Reunión diplomática ruso-saudí sobre Siria

Moscú.- Según informa la agencia AP, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, apoyó la participación de las fuerzas del gobierno sirio en los esfuerzos internacionales de lucha contra los militantes de E.I., pero su homólogo saudí, Adel Al-Jubeir, rechazó con firmeza cualquier papel del presidente Asad. “Creemos que Asad es parte del problema y no parte de la solución”, dijo.

Ambos, sin embargo, coincidieron en la necesidad alentar a los grupos de la oposición siria para unir sus esfuerzos en la búsqueda de una solución pacífica.

Este encuentro siguió las conversaciones ruso-saudíes de la semana pasada en Qatar, de las cuales también participó el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. Más tarde esta semana, Lavrov espera llevar adelante una reunión con la oposición de la Coalición Nacional Siria (CNS), que hasta ahora se ha negado a visitar Rusia.

Como parte de su accionar diplomático, también se espera que Moscú reciba al enviado especial de la ONU para Siria y al ministro de Relaciones Exteriores iraní.

Moscú ha sido un soporte clave de Damasco, apoyando al gobierno sirio al frenar sanciones impulsadas por EEUU y sus aliados en la ONU y dotándolo de armas a lo largo de un duro conflicto que se ha prolongado durante más de cuatro años.

El presidente Vladimir Putin lanzó un nuevo esfuerzo de mediación de Rusia en junio, reuniéndose con el príncipe heredero saudí y ministro de Defensa, Mohammed bin Salman, en San Petersburgo.

Aunque los detalles del plan de Putin no se han hecho públicos, Lavrov dijo que Rusia propone que todas las fuerzas anti-E.I., incluyendo el ejército sirio, el ejército iraquí y los kurdos, unifiquen sus esfuerzos. “Deben todos unirse, y los jugadores regionales deben usar sus influencias sobre los grupos en el terreno, para hacer esa unificación lo más eficiente posible”, dijo Lavrov.

"Sin poner en común los esfuerzos de todos aquellos que se enfrentan a los terroristas en el terreno, los ataques aéreos de la coalición liderada por EEUU no traería los resultados deseados y Estado Islámico (E.I.), no sería derrotado", dijo Lavrov. Sin embargo, aclaró que Rusia no estaba proponiendo un mando unificado.

Lavrov advirtió fuertemente contra todo intento de derrocar al presidente Asad, lo cual es la meta de largo plazo de los rebeldes sirios junto con Arabia Saudita y Turquía. “Bashar Al Asad no está amenazando a ningún país vecino, mientras que E.I. ha compilado mapas que abarcan desde España hasta Paquistán”, dijo.

Su homologo saudí, Al-Jubeir insistió en que la postura saudí en el conflicto sirio se ha mantenido sin cambios, y agregó que, si bien el ejército sirio y otras estructuras de gobierno deben preservarse, Al Asad no debe tener ningún papel en una futura Siria.

En una nota conciliatoria, dijo que él y Lavrov coincidieron en la importancia de unificar la oposición siria para que participen juntos del proceso de paz. “El terrorismo amenaza a todo el mundo y discutimos formas de enfrentarlo”, dijo Al-Jubeir.

Agrego también que Arabia Saudita esta también considerando la compra de misiles rusos Iskander y otros sistemas armamentísticos.

Ampliando la perspectiva

Es importante resaltar como a la fecha, y puntualmente en la temática siria, los medios internacionales difunden con total naturalidad una triste realidad que muestra a dos representantes de estados con su propio peso específico regional, intercambiar opiniones -más allá de las diferencias y posiciones estratégicas- sobre el destino de un tercero al cual un cumulo de poderes tanto regionales como internacionales, pretenden moldear a su gusto y necesidad.

Pareciera que muy lejos en el tiempo han quedado las épocas en que se respetaban valores como “soberanía” y “autodeterminación”, tiempos en los que por lo menos se guardaban ciertas mínimas formas que no permitían tanto descaro y doble rasero como nos muestra hoy el mundillo de la diplomacia internacional.

Todas estas -a esta altura tan corrientes- manifestaciones de poderes externos intervinientes en el conflicto importado a la República Árabe Siria, deben ser claramente rotuladas bajo aquello que las relaciones internacionales en todos sus manuales señalan como una repudiable y evitable práctica non-sancta: “injerencia extranjera”.