Manifestación popular en Hasaka rechaza destrucción de facultades por fuerzas de EEUU
Una masiva concentración en la capital provincial del noreste sirio, rechazó la agresión estadounidense y las prácticas de las milicias kurdas SDF, agentes de Washington.
Una protesta popular tuvo lugar este miércoles en la Plaza del Presidente de la ciudad de Hasaka, capital de la nororiental provincia homónima, en rechazo a la reciente destrucción de las facultades de Economía y de Ingeniería Civil y del Instituto Politécnico por parte de las fuerzas de ocupación estadounidense.
La agresión fue consecuencia de la supuesta “operación” conjunta del 22 de enero último, entre la ocupación estadounidense y las milicias SDF, contra los reos de DAESH (ISIS) y su intento de escape de la prisión de al-Zohour.
A su vez, los manifestantes denunciaron la continuidad de las prácticas terroristas de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF por su sigla en inglés), aliadas de Washington, que impidieron a los estudiantes presentarse a sus exámenes.
Anteriormente, el gobernador de la provincia Hasaka, Ghassan al-Khalil, afirmó que las instalaciones educativas ubicadas en el sur de la capital provincial sufrieron gran destrucción a consecuencia de los bombardeos lanzados por las fuerzas de la ocupación estadounidense.
Al-Khalil señaló que “la evaluación preliminar de los daños en las facultades de Ingeniería Civil y Economía y en el Instituto de Ingeniería muestra la destrucción completa de algunos edificios y bloques educativos, además de varios daños externos”, precisó.
Entre los edificios con significativas afectaciones figura el Instituto de Ingeniería, el salón de conferencias, las aulas magnas II y III, los laboratorios de física y biología en las dos facultades, el edificio de administración del Rectorado de la Universidad del Éufrates.
Los daños en el edificio de las facultades de Ingeniería Civil y Economía son severos, precisó.
Manifestación del miércoles 9 de febrero | Video reporte (SANA):
Ataque a la educación
Por su parte, el consejo de ancianos y dignatarios de los clanes sirios en la gobernación de Hasaka condenó la destrucción de los edificios de los colegios universitarios por parte de las fuerzas de ocupación estadounidenses y las acciones de las milicias SDF vinculadas a ellas, que saquearon los equipamientos de los distintos edificios educativos, tras los bombardeos estadounidenses.
A su vez, denunciaron que en el marco de una agenda terrorista, el ocupante estadounidense “destruyó los edificios científicos representados en la Facultad de Economía, la Facultad de Ingeniería Civil y el Instituto Técnico de Ingeniería y causó la interrupción de la educación y los exámenes y perjudicó a nuestros estudiantes de todos los colores del espectro social en la zona de al-Jazeera (noreste sirio)”.
El Consejo llamó a todas las personas honorables de la provincia a “apoyar a los hijos de sus estudiantes llamando a la milicia (SDF) a levantar su mano de los colegios y escuelas bajo el principio de que confiscar el derecho a la educación es un crimen que no debe continuar, ya que destruye el futuro de nuestras generaciones jóvenes y priva a la nación de los futuros cuadros que necesita para la batalla de la restauración y la reconstrucción”.
El Consejo también hizo un llamado a las organizaciones internacionales involucradas para que detengan las medidas de la milicia SDF, que les fueron dictadas por el ocupante estadounidense, para imponer la ignorancia de los pueblos de la región y convertirlos en mercenarios y armas de campaña para servir al agresivo proyecto estadounidense, considerando a su vez, que el ocupante es muy consciente de que transferir a los estudiantes de Hasaka a otras universidades es un asunto costoso dadas las circunstancias, el injusto asedio de la ocupación estadounidense y el saqueo de los recursos nacionales, especialmente el petróleo.
La declaración continuó: “El Consejo pide a nuestros estudiantes que se adhieran a su derecho a continuar su educación y rechacen la política y las herramientas del ocupante por todos los medios disponibles para preservar su derecho a construir su futuro”.
Botín de guerra
A pesar de los esfuerzos del Estado sirio para reanudar los exámenes de los estudiantes el ataque al sistema educativo sirio por parte de la milicia SDF continúa.
El rector de la Universidad del Éufrates, Dr. Taha al-Khalifa, indicó este martes que recientemente se envió un equipo a las universidades destruidas para recuperar los archivos y registros en papel de los estudiantes, pero la milicia SDF lo impidió, por lo que se tuvieron que aprobar los datos informáticos de los estudiantes que la universidad había preparado previamente para completar los exámenes en las sucursales de Hasaka.
A su vez, al-Khalifa señaló que el valor del equipo científico y de laboratorio que estaba ubicado en el edificio de la Facultad de Ingeniería Civil y que fue confiscado por la milicia kurda se estima en decenas de miles de millones de libras.
La milicia SDF cerró el lunes la Facultad de Agricultura, ubicada en las afueras del barrio de al-Kallasa, al oeste de Hasaka, e impidió el ingreso o acercamiento del personal docente y administrativo, así como el ingreso de 2500 estudiantes a tomar sus exámenes en medio de un gran descontento entre ellos.
Mas allá de los recientes sucesos, el ataque constante al sistema educativo sirio por parte de la milicia kurda SDF, no es nuevo. Similares acciones han sido denunciadas por las autoridades sirias desde hace tiempo, (notas de sept. 2020 aquí y aquí // nota de sept. 2021 aquí ).
En el marco de la ocupación estadounidense y de sus lacayos kurdos en el noreste del país, el ataque constante a la educación oficial siria se enmarca en un proyecto de fomento de la ignorancia, que busca el doble objetivo de privar al país de sus esenciales recursos humanos para la reconstrucción, y a la vez empujar a los jóvenes sirios de la región a sumarse a las filas de las SDF, y de esta forma alimentar un fantasioso proyecto separatista que apunta a lograr, de mínima, un cantón autónomo en la región, similar a la formula ya aplicada en Irak con el llamado kurdistán iraquí, aliado incondicional de Washington y sus socios regionales de Tel Aviv.
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