La visita emiratí suma otro punto a la restauración de relaciones árabes con Siria
En otro destacado hecho político, la reciente visita del canciller emiratí a Damasco, es una nueva señal del ya evidente sendero hacia la restauración general de las relaciones del bloque árabe con Siria.
Por primera vez, desde el inicio de la guerra impuesta a Siria hace una década, el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Abdullah bin Zayed, visitó Damasco , el martes 9 de noviembre último, y se reunió con el presidente sirio Bashar al-Asad, para discutir las relaciones bilaterales y la cooperación entre los dos países.
En este alto nivel ejecutivo, se trató el desarrollo integral del intercambio diplomático , a través de la cooperación en diversos campos de interés común, además de intensificar los esfuerzos para encontrar nuevos aspectos de esta cooperación, particularmente en sectores vitales para impulsar las asociaciones de inversión.
Según observadores y especialistas, la visita de Bin Zayed a Damasco no se habría producido sin la previa luz verde habilitante de Washington a los EAU, uno de sus principales socios regionales, máxime considerando que Emiratos intentó más de una vez impulsar las relaciones con Damasco, pero chocó con la oposición estadounidense, especialmente durante la gestión del expresidente Trump.
A su vez, habida cuenta que la visita del ministro emiratí habría implicado una clara violación a la llamada “Ley César” estadounidense, que promueve el asedio terrorista en materia económica contra Siria, al prohibir a cualquier país o institución cooperar y comunicarse con Damasco; resulta evidente la “excepción” en favor de los EAU, que se mantienen indemnes de cualquier consecuencia de la coercitiva medida.
Múltiple apertura árabe y apoyo de Rusia
A este último avance con Emiratos, deben sumarse la serie de reuniones del canciller sirio, Faisal Mikdad, con sus homólogos árabes, durante los trabajos del 76° período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, y las declaraciones y posturas que siguieron a estas reuniones en apoyo a la normalización de las relaciones con Damasco.
El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, se comprometió a ayudar a “restaurar la posición de Siria en el mundo árabe”, además del regreso de las relaciones entre Siria y Jordania en diversas formas como la coordinación de la seguridad y la apertura económica.
No es menor en este marco, el papel de Rusia en el impulso del regreso de las relaciones sirio-emiratíes, o sirio-jordanas. En marzo pasado, el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, durante su reunión con su homólogo ruso, Lavrov, destacó que “el regreso de Siria a su entorno es inevitable”, y explicó que “la Ley César está complicando el regreso de Siria a su entorno árabe”.
El papel ruso también fue evidente en la búsqueda de la reconciliación que tuvo lugar -en agosto pasado con grupúsculos armados- en el sur de Siria (provincia de Deraa), lo cual enfrió el ambiente, pacificó la zona y allanó el camino para la reapertura de la frontera con Jordania y el retorno del contacto económico pleno.
Diplomacia y economía
El proceso de restauración de las relaciones árabes con Siria, que ha sido testigo de movimientos rotundos en años anteriores, se ha impulsado más fuertemente desde principios de este año, a través de la puerta de entrada a la economía. Jordania y Egipto acogieron varias reuniones para reactivar el “Gasoducto Árabe” (Arab Gas Pipeline - AGP), con el objetivo de aliviar la crisis energética y eléctrica en Líbano, seguidas de la apertura del paso fronterizo sirio-jordano de Nassib-Jaber.
En ese punto, también se llevaron a cabo reuniones y están en marcha procesos para apoyar al Líbano en relación a sus necesidades en materia de red eléctrica , para lo cual ya se encuentran en un trabajo conjunto Siria y Jordania.
En cuanto al propio Líbano, dada su natural asociación de hermandad e intercambio económico vital con la República Árabe Siria, superando las fuertes presiones -internas y externas- en contrario, se han reforzado este año las relaciones bilaterales sirio-libanesas a través de múltiples reuniones, incluyendo hechos como la visita de una alta delegación gubernamental del país del cedro a Damasco.
Dicha necesidad de fortalecer el intercambio, fue expresada esta semana por el ministro de Agricultura libanés, Abbas Hajj Hassan, quien pidió impulsar las relaciones bilaterales con Siria en todas las áreas, especialmente en la que compete a su cartera.
A lo mencionado deben sumarse los ingentes esfuerzos conjuntos sirio-iraquíes en materia energética (gas y petróleo) que han venido desarrollándose en forma bilateral desde abril pasado.
Por su parte, Damasco se muestra optimista sobre los últimos desarrollos inter-árabes, ya que diplomáticamente busca recuperar su natural papel como actor regional. Sobre esto, el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Faisal Mikdad, expresó: “Esperamos que los países árabes se abran el uno al otro, no solo a Siria”.
Debe -tristemente- recordarse que, desde el estallido de la guerra terrorista contra Siria en 2011, y merced a las presiones y asociaciones de estados regionales -especialmente de los países del Golfo- con Washington, la Liga Árabe suspendió la membresía de Damasco, y varios países árabes cortaron lazos con ella, incluidos los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, Abu Dhabi reabrió su embajada en la capital siria en diciembre de 2018, seguido por Bahrein y la reactivación de la embajada de Jordania en enero de 2019. En el mismo sentido, pueden observarse los avances diplomáticos con Omán .
Regreso pleno a la Liga
Hoy, con varios países árabes abriéndose hacia Siria, algunos consideran que el próximo paso será el regreso de Siria, uno de los 7 estados fundadores, a ocupar su correspondiente asiento en la Liga de los Estados Árabes, y quizás antes de la próxima cumbre del organismo en Argelia en 2022, en referencia a lo cual el Ministro de Relaciones Exteriores argelino afirmó , esta semana, que “es hora de que Siria regrese a la Liga”, dando la bienvenida al movimiento emiratí.
Esta posición argelina no es la única a nivel árabe. El secretario general de la Liga, Ahmed Aboul Gheit, reveló el mes pasado que tres países quieren que Siria regrese en forma plena al seno del organismo. El ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Fouad Hussein, también señaló que Irak continúa con sus esfuerzos para que Siria regrese a su asiento en la Liga Árabe.
Anteriormente, varios medios especializados asociados con Washington, revelaron la posibilidad del regreso de Siria a la Liga Árabe, a través de la coordinación egipcia. También el periódico británico The Guardian informó que “son los estados del Golfo Árabe los que buscan devolver Siria a la Liga Árabe, después de ocho años de congelar su membresía”.
Las noticias son alentadoras, no solo para terminar con el injusto asedio en múltiples áreas que se ha impuesto por una década a la República Árabe Siria, sino también en el marco regional árabe para reencausar la necesaria recuperación y sendero hacia el desarrollo de todos los hermanos estados del bloque, lo cual requiere inevitablemente de la sólida y activa presencia de los principales y más grandes baluartes del arabismo como han sido históricamente, Egipto, Siria e Irak.
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