La economía Siria: costos actuales y necesidades futuras
El conflicto que atraviesa la República Árabe de Siria esta afectando a los principales indicadores macroeconómicos nacionales, y la Reconstrucción implicará un proceso de reconversión de la estructura económica.
En una entrevista (30 de Marzo del 2016) brindada a la Agencia Rusa, RIA Novosti, el Presidente, Bashar Al Assad, declaró “los daños materiales de la guerra representan actualmente 200.000 millones de USD y el proceso de reconstrucción llevará un tiempo muy largo”.
Éste dato particular permite indagar los efectos nocivos que el conflicto está teniendo sobre la economía siria y analizar las perspectivas a futuro, consciente de la reconversión que vivirá la estructura económica local.
Desde el inicio del conflicto hasta la actualidad, los costos de la guerra se tradujeron no sólo en la pérdida de vidas humanas, sino también en la caída notoria de la actividad económica. Por ejemplo, el producto bruto interno (PBI) descendió de 60.5 billones de dólares estadounidenses (u$s) en 2010 a 34.2 billones en 2014.
Asimismo, al desagregar este fenómeno, se destaca la disminución de los ingresos como contrapartida de la venta de petróleo -los cuales eran de u$s4.7 billones en 2011, mientras que el año pasado cerraron en una cifra cercana a los u$s0.14 billones- , y la imposibilidad de explotar la totalidad de la capacidad petrolera local -según datos de Bloomberg, “la producción disminuyó de 400.000 barriles diarios en el 2011 a menos de 20.000 en el 2015”.
Este fuerte impacto sobre el sector petrolífero se debe particularmente a la presencia de E.I. en los campos petroleros Deir Ezzor y Raqqa, y el derrumbe del precio internacional del crudo.
Acompañando la caída de la producción petrolera, otros indicadores sufrieron modificaciones, y se destaca el incremento en la proporción que el déficit representa sobre el PBI. Según datos del Banco Mundial, “en el año 2015 éste fue del 13% y se estima del 10% para el corriente año”, caída asociada con un aumento del gasto público destinado a la compra de armamento y el “saldo negativo de la balanza comercial: u$s4.44 miles de millones (2013-2014)” de acuerdo con la información publicado por el Atlas Media-MacroConnections.
Además, las reservas cayeron abruptamente pasando de u$s20 billones (2010) a aproximadamente u$s1 billón en 2015. Ésta situación se vio acompañada por las medidas devaluatorias de las autoridades económicas sirias, pasando el tipo de cambio de las “47 libras (SYP) por dólar en el año 2010 a los 219.86 SYP actuales” con los que se cerró la actividad bancaria el día 11 de abril del corriente año, en Damasco.
La depreciación de la libra siria se tradujo en la perdida nominal de los ingresos de los asalariados, complejizándose el panorama por “el aumento de la inflación que en Octubre del 2015 oscilo el 43,02% y del Indice de Precios al Consumidor (IPC) que está en los 472.30 puntos,” según informó el portal Trading Economics.
Traducido, ese incremento en los precios en una partida especial y en una ciudad determinada, se manifiesta en Aleppo donde “el precio del gas representó en el invierno 2015-2016 el 35% de los ingresos de un ciudadano,” afirmo el Foro Económico Sirio.
Por otra parte, la población económicamente activa (PEA) representa el sector que mayor cantidad de cambios está atravesando, esto se observa a través de dos grandes hechos: la pérdida de vidas durante el conflicto que alcanza a 225.000 personas con capacidad de trabajar (Organización de Naciones Unidas) y los movimientos migratorios, ya sea con la modalidad de refugiado o de desplazado interno.
Sin embargo, en este último acontecimiento, reside uno de las perspectivas a futuro que implicará la reconversión de la economía siria, debido a que aparecerán las remesas como un indicador sustantivo, escenario que, por ejemplo, Líbano experimenta desde hace muchos años y que en el 2013, según el informe “Migration and Development Brief 23” del Banco Mundial representaron el 17% del PBI.
Por último, para salir de la actual situación económica será necesario en primera instancia, lograr un grado de estabilidad en el conflicto armado, la recuperación de los campos petroleros de Deir Ezzor y Raqqa, apuntar a una moneda estable que evite fluctuaciones sustantivas sobre las reservas y los costos de vida locales.
En segunda instancia, el mayor desafío vendrá de la capacidad que tendrá el Estado sirio para incentivar al sector privado a que invierta y genere empleo genuino, siendo este último punto clave para modernizar la estructura productiva e insertarse en una región que está viviendo cambios en su ordenamiento económico.
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