Enviado de la ONU advierte a Damasco sobre la “violencia en represalia”
A pesar de los discursos de supuestas garantías dadas por los dirigentes de facto en Siria, los miembros de la comunidad islámica alauita y en menor medida, pero también, la cristiana, denuncian ataques, asesinatos, secuestros y abusos cotidianos.
El enviado de las Naciones Unidas para Siria instó el miércoles a los dirigentes de facto del país a evitar “un ciclo de venganza y retribución” tras el derrocamiento del régimen del expresidente Bashar al-Assad.
En una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el alto diplomático noruego, Geir Pedersen, expresó su preocupación por los informes de violencia bajo las autoridades “de transición” de Siria, citando relatos de "hombres muertos en el intercambio de disparos" y "graves malos tratos durante la detención".
También destacó los informes de "secuestros, saqueos, expropiaciones de propiedades y desalojos forzosos de familias de viviendas públicas".
Pedersen señaló que las autoridades le habían asegurado que "no hay una política de venganza ni retribución" y que cientos de detenidos habían sido liberados. Sin embargo, advirtió que sigue habiendo una "falta de claridad" en cuanto al debido proceso para quienes aún se encuentran detenidos.
El enviado enfatizó que era "responsabilidad de las autoridades interinas" poner fin a las violaciones de derechos y establecer "un marco integral de justicia transicional".
A pesar de las presuntas “garantías” dadas por el llamado “gobierno de transición” sirio, los miembros de la comunidad islámica alauita, a la que pertenece la familia del expresidente Assad, temen represalias selectivas. Desde el triunfo del proyecto de cambio de régimen, el 8 de diciembre último, la violencia contra los alauitas ha aumentado, y un importante organismo de control informó de más de 160 asesinatos. También se reportaron ataques a iglesias y abusos contra integrantes de la comunidad cristiana.
Pedersen, quien visitó Siria recientemente, también señaló la creciente preocupación de los residentes por las "prácticas discriminatorias contra las mujeres" y la "creciente presión social" para ajustarse a ciertas normas.
El funcionario de la ONU acogió con satisfacción las "recientes decisiones y señales" de Estados Unidos y la Unión Europea en relación con la posible flexibilización de las sanciones contra Siria, pero subrayó que "una transición creíble será esencial para continuar y ampliar las medidas positivas y audaces en materia de sanciones".
"Los rostros de Siria son innumerables e inmensos, incluyendo un conflicto en curso, un panorama de seguridad fragmentado, una economía golpeada y una población que emerge, después de catorce años de guerra, en una situación de gran esperanza, pero también de división", concluyó Pedersen.
Noticias relacionadas
-
París: Occidente colectivo impulsa nueva conferencia sobre Siria
-
Al Sharaa visita a Erdogan
-
Anuncian reformas radicales para Siria: despidos y privatizaciones en el horizonte
-
Damasco: nombran a Al Sharaa nuevo presidente interino