Cham Wings estudia abrir una ruta entre Siria y América Latina

Con la vuelta de la seguridad a buena parte de Siria y el sostenido regreso en los últimos meses de los expatriados sirios en América Latina, Cham Wings estudia la posibilidad de abrir una ruta entre la Madre Patria y algún punto de la región.

Entrevistado durante la exposición FITUR 2020 recientemente realizada en Madrid, así lo detalló al Diario Sirio Libanés Osama Satea, Director de Desarrollo de Negocio de la aerolínea privada siria fundada por el muy sirio grupo empresarial Shammout.

“Cham Wings siempre busca sumar nuevas rutas a su red. Buscamos en todo el mundo, pero especialmente intentamos llegar allí donde hay sirios”, destaca Osama Satea, quien añade que desde su creación el objetivo principal de la aerolínea es “ser un puente entre los sirios de todo el mundo y la Madre Patria”.

Una convicción que se proyecta a partir del mismo nombre de la compañía. Cham tiene un doble significado. Si se está dentro de Siria, remite a Damasco. Por ejemplo, si alguien está en Lataquia y viaja a la capital, dirá “voy a Cham”. Al ser una compañía damascena con su sede central en la milenaria capital siria, no hay duda sobre la elección del nombre.

Sin embargo, el vocablo Cham tiene otra acepción. Si se está fuera de Siria significa ni más ni menos que la propia Siria en su sentido geográfico, histórico y social. En el siglo XIX, a los emigrados sirios que fundaron periódicos y editoriales en El Cairo pero también a aquellos que trabajaban en otros sectores, se les conocía como “chami”, fuesen originarios de Damasco, Alepo, Homs, Beirut, Trípoli, Al Quds o de cualquier otra ciudad o región de Bilad al Cham.

Lo mismo años después en otros destinos de la emigración histórica siria. Como se ejemplifica en Fuera de lugar, las memorias del gran intelectual chami-palestino Edward Said, “chami” no significa otra cosa que oriundo u originario de Siria, de la Siria histórica. A todos ellos quiere servir Cham Wings. En ese sentido, tampoco hay dudas sobre la conexión del nombre de la aerolínea con su vocación principal. Se trata de unir por vía aérea al Cham con los chamis instalados en varias zonas del mundo, entre otras, América Latina.

Para Cham Wings la región ha aumentado aún más su importancia en su estrategia de expansión y apertura de nuevas rutas. Como explica Satea, las sanciones impuestas a Siria por la Unión Europea impiden las conexiones aéreas con Siria y los países de ese bloque político y económico. Ello no solo castiga a las recientes comunidades de sirios en Europa, también a los que desde América Latina hacían escalas en países de la UE en sus viajes a Siria. Hoy deben viajar a Moscú, a Ereván, al Golfo Pérsico, a Jartum u otros puntos de conexión con Siria y sus países vecinos atendidos por Cham Wings.

“Hemos hecho un estudio de mercado en América Latina. En esa región hay grandes comunidades de sirios, por ejemplo en la Argentina, en Brasil, en Venezuela, Chile y otros países latinoamericanos”.

Osama Satea añade que “hicimos muchas entrevistas a miembros de las comunidades de sirios de América Latina “y ellos nos insistieron en que estaban esperando la llegada de nuestros vuelos a los países en los que viven. Están deseando ver la bandera siria y aviones sirios aterrizando en los aeropuertos de los países en los que han hecho su vida. Nos dijeron que esperan volver a Siria vía Cham Wings. Por eso estamos trabajando duro para que eso pueda ocurrir”.

Aunque no hay una fecha concreta para que ese proyecto sea una realidad, el Director de Desarrollo de Negocio de Cham Wings confía en que sea pronto. La idea es seguir estudiando las muchas variables que determinan una decisión de esa envergadura.

Además de los costos, se trata de precisar al máximo en qué fechas puede haber más demanda para viajar a Siria desde América Latina, y en particular desde Sudamérica ya que se estima que en el subcontinente viven más de cinco millones de sirios y sirio descendientes. Navidad, Semana Santa y, por supuesto, el verano austral son las tres épocas del año en las que más personas viajan.

Osama Satea considera que al principio las operaciones podrían adoptar la forma de vuelos chárter “como una manera de iniciar las operaciones y comprobar todos los detalles del funcionamiento de la ruta. Una vez que ello ocurra sería posible en el corto plazo pasar de vuelos chárter a vuelos regulares”. Aunque no hay ninguna decisión adoptada, Buenos Aires o alguna ciudad brasilera podrían acoger esos vuelos. La intención es que el aeropuerto seleccionado opere como un hub o nodo de conexión al que acudan todos los interesados en viajar a Siria desde Sudamérica.

Conectar Siria con Sudamérica es para esta compañía más que un sueño o un negocio. Según Satea, desde su nacimiento Cham Wings ha puesto a las personas en el centro de su filosofía empresarial. Por un lado, siempre han intentado servir a las personas teniendo en cuenta la realidad del Medio Oriente.

De hecho Satea recuerda que su primera ruta, abierta en 2007, conectaba Damasco con Bagdad. Entonces cerca de un millón y medio de iraquíes se habían instalado en Siria después de la invasión de su país por parte de EE UU y el Reino Unido. Se trataba de facilitar los viajes de esas personas entre Siria e Irak. Más tarde se abrieron rutas a los países del Golfo y a otros en los que hay importantes comunidades de expatriados sirios.

El Director de Desarrollo de Negocio de Cham Wings destaca que mantener esas rutas es una prioridad porque “somos parte de esta bella comunidad que es Siria, la cuna de la civilización. Pertenecemos a Siria y a su gente, tanto los que están en Siria como los que viven fuera pero son parte de esta nación”.

Satea pone de ejemplo el mantenimiento de la ruta entre Damasco y Ereván, capital de Armenia. Desde finales del siglo XIX decenas de miles de armenios encontraron un hogar en Siria huyendo de la represión turca otomana.

 “Nosotros volamos entre Damasco y Ereván. Es una ruta que no siempre es rentable, especialmente durante el invierno. Sin embargo, decidimos seguir operando todo el año para que se mantuviera el vínculo entre los dos países. Hay muchos armenios que viven en Siria, en Alepo, Damasco, Lataquia, Kassab, y otros lugares de Siria. Los sirios de origen armenio están muy contentos de que esta ruta opere. Eso es importante para nosotros”.

Pero al decir que las personas están en el centro de la filosofía de la compañía aérea, también se refiere a los recursos humanos de la propia empresa. “Todos nuestros tripulantes de cabina son sirios. El 100 por ciento de nuestro personal de abordo es sirio. También la mayoría del personal técnico y de los pilotos y de los copilotos son sirios. Para Cham Wings todos ellos son muy importantes. Están en el centro de nuestra estrategia. Por eso invertimos mucho en su formación continua, tanto en Siria como en el extranjero, por ejemplo, a través de cursos en países de la región y en Europa”.

Ese personal le permite a Cham Wings alcanzar veinte destinos desde Damasco, Lataquia o Qamíshli. Muy pronto esperan poder hacerlo también desde Alepo, una vez que se reabra su aeropuerto internacional. De hecho Cham Wings tiene ya funcionando una oficina en la gran ciudad del norte de Siria. Opera desde el flamante y reinaugurado Hotel Sheraton de la ciudad alepina para “facilitar los viajes hacia y desde Siria de las personas que llegan a Alepo por negocios o turismo”.

Satea insiste en que la situación de Siria ha mejorado mucho, que la seguridad es plena en la mayoría del país y que así se lo comentan asombrados algunos de los extranjeros que vuelan a Siria con Cham Wings.

La compañía tiene cuatro modernos aparatos Airbus 320 de tamaño medio y distintas configuraciones de asientos, incluyendo algunos en clase business. Además de pasajeros, esos aviones también transportan carga, cuestión esencial ahora que Siria está embarcada en la reconstrucción del país y la recuperación de una economía afectada por las sanciones y los ataques a la moneda nacional, una lira siria que según Satea la compañía utiliza en sus transacciones para demostrar su compromiso con el Cham y los sirios. Porque donde quiera que estén, la intención es la misma.

Parafraseando el título de una de las obras de la gran escritora y ex directora de la Biblioteca Nacional de España Rosa Regàs, el objetivo es que los sirios del mundo puedan hacer su “viaje a la luz del Cham”.