Avance y retroceso en el frente de Idleb
El constante avance liberador del Ejército Árabe Sirio continuó en el sur de Idleb pero sufrió un momentáneo retroceso con la caída de Saraqib el miércoles a manos de Al Nusra con apoyo de Turquía.
La tensión crece en el frente de Idleb donde, desde enero pasado, el Ejército Árabe Sirio (EAS) comenzó operaciones para liberar las estratégicas rutas M5 y M4.
Tras el último y destacado hito de la recuperación de la Ruta M5 en toda su extensión, los logros de las fuerzas nacionales continuaron esta semana en el sur del cantón bajo control terrorista.
El EAS avanzó en el área de la montaña Zawiyah, liberando entre lunes y jueves más de 15 localidades en una avanzada que busca llegar hasta la ruta M4 que conecta Lataquia con Alepo.
Este viernes se sumaron otras 4 localidades, permitiendo a las tropas sirias alcanzar el sur de la difícil zona de la planicie de al-Ghab, en el área interprovincial que comparten el centro-oeste de Idleb, con el sudeste de Lataquia y noroeste de Hama.
En el marco de esta operación, las tropas del EAS y sus aliados orientaron sus más expertas y eficientes tropas lideradas por las Fuerzas Tigre de elite hacia el flanco sur del cantón. Esa fue una de las causas a las que se atribuye la caída de la estratégica ciudad de Saraqib –que había sido liberada el 6 de febrero- , nuevamente en manos de las hordas terroristas, la mañana del miércoles.
El otro motivo, no menor, ha sido el importante refuerzo que recibieron los grupos terroristas directamente de parte del ejército turco, cuyo liderazgo desde hace semanas amenazaba con participar plenamente del lado de las agrupaciones extremistas, so pretexto de “proteger a los civiles” y defender los acuerdos hechos con Rusia en septiembre de 2018 y que establecieron la zona de desescalada en Idleb.
Con ese objetivo, el régimen de Erdogan pertrechó y reforzó a las milicias de Al Nusra en la ciudad de Idleb, desde donde iniciaron el martes 25 su ataque hacia el este, primero sobre la localidad de Nayrab y luego sobre la ciudad de Saraqib, a la cual ingresaron desde sus flancos norte y oeste.
Con el control terrorista de dicha ciudad, se ha cortado por el momento, nuevamente el flujo de la ruta M5 y por ende el tránsito de suministros y comercio que se empezaba a retomar entre Damasco y Alepo.
Desde este jueves, las fuerzas del EAS, con apoyo de las fuerzas aéreas siria y rusa, han luchado por estabilizar y contener el avance de los terroristas y han comenzado los preparativos para un contraataque en pos de recuperar la ciudad de Saraqib y sus aldeas circundantes.
La situación continúa en desarrollo…
Tensiones entre Ankara y Moscú
Merced a las acciones en el sur del cantón, se produjo un incidente el jueves 27 de febrero, en el que murieron al menos 33 soldados turcos. Esto causó una nueva ola de histeria anti-siria y anti-rusa entre los medios de comunicación turcos y los principales funcionarios turcos que elevaron el nivel de amenaza de guerra abierta.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia enfatizó que los soldados turcos muertos estaban colaborando con los grupos terroristas que apoya Ankara y que las tropas turcas no habían informado a Rusia sobre su despliegue en el área.
Rusia enfatizó que:
► No se dañaron las tropas turcas ubicadas en los puntos de observación;
► Las tropas turcas golpeadas por los ataques se ubicaron en la zona de combate, cerca de los terroristas;
► Los puestos de observación turcos debieron haber evitado la agresión de los armados, pero no lo hicieron;
► Ninguna tropa turca debería estar fuera de los puestos de observación y Ankara no proporcionó datos sobre sus fuerzas fuera de los puestos establecidos.
En otras palabras, Moscú afirmó que Turquía simplemente enfrentó las consecuencias de sus propias acciones. Además, Turquía y Rusia reconocieron indirectamente el contacto de fuego entre sus fuerzas en Idleb. Anteriormente, el personal turco utilizó públicamente lanzacohetes portátiles (MANPAD) contra aviones de combate rusos y sirios en la zona del Gran Idleb.
Si bien el uso activo por parte de las fuerzas turcas de lanzacohetes MANPAD no derribó ningún avión ruso o sirio, pudieron derribar dos helicópteros sirios.
Todo esto se produce en medio de fuertes llamados de auxilio turcos por apoyo de EEUU y la OTAN en el marco de la jugada imperial del gobierno de Erdogan en Idleb. Como era de esperarse, esta mañana la OTAN expresó solo un apoyo moral a las acciones turcas y no prometió acciones reales.
En síntesis, el ejército turco desplegado ilegalmente y en flagrante ocupación de territorio sirio, suministró armas y equipos a los terroristas de Al Qaeda (Al Nusra), desplegó a sus propias tropas junto a Al Nusra y atacó al Ejército sirio. Sin embargo, cuando recibió una respuesta militar real, comenzó a quejarse de inmediato a la “comunidad internacional” y culpó al “sangriento régimen de Asad” de agresión.
A pesar de lo cuasi ridículo e irónico de la situación, Rusia tampoco está interesada en una mayor escalada. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, también dijo que el presidente ruso, Putin, y el presidente turco, Erdogan, habían realizado una llamada telefónica este viernes, durante la cual discutieron sobre la implementación de los acuerdos sobre Idleb.
Por lo tanto, parece que Moscú y Ankara intentarán evitar una confrontación militar directa en Idleb.
Además, el Parlamento turco, que según los medios de comunicación turcos y principales planeaba votar un proyecto de ley que declarara una guerra a Siria, parecía no estar planeando hacerlo.
Según informes oficiales turcos, al menos 54 soldados turcos ya fueron muertos en incidentes recientes en Idleb y este número crecerá dramáticamente si la verdadera guerra abierta comienza en la región.
Sin embargo, el problema con estos esfuerzos de desescalada es que las tropas turcas ya están integradas con sus grupos aliados vinculados al terrorismo fanático en Idleb.
Estos grupos han sido excluidos del alto el fuego por los acuerdos de Sochi y son un objetivo legal de cualquier esfuerzo antiterrorista. Por lo tanto, si el gobierno de Erdogan no separa sus propias fuerzas de los terroristas, corre el riesgo de sufrir aún más bajas en la región, lo cual agravará la situación abriendo la puerta a una mayor escalada.
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