Amina Al Zein: “Los refugiados queremos volver a nuestra casa”
La mujer tuvo que huir con su familia de Siria y ahora dirige una escuela para niños refugiados en Líbano.
Antes de 2011, Amina Al Zein (49), dirigía una escuela infantil en la ciudad siria de Alqusayr, cerca de Homs. Su marido trabajaba de auxiliar de farmacia y sus tres hijos mayores iban a la universidad; la cuarta al instituto y el chico más pequeño al colegio. Hasta que llegaron los bombardeos y su vida cambió para siempre.
Amina huyó con su familia -como tantos sirios- al Líbano. Ahora dirige una escuela en los campamentos de refugiados. Y por unos días ha viajado a España con la Fundación Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados a explicar "lo importante que es la educación para la reconstrucción de Siria".
"Mi cuarta hija acaba de terminar la secundaria. Tenía que desplazarse cada día 40 kilómetros para poder estudiar. La educación de nuestros niños y jóvenes es fundamental para poder reconstruir el país, cuando acabe todo, cuando podamos volver...", cuenta con voz dulce que no refleja el drama vivido en primera persona en los últimos cuatro años.
Amina Al Zein recuerda su huida de Siria. "Cuando empezó la guerra, los niños dejaron de acudir a la escuela. Venían familias a refugiarse en el colegio. La situación fue empeorando, había bombardeos todos los días en nuestra ciudad. Era muy peligroso. Hicimos rápido las maletas y nos fuimos al Líbano, primero viajamos en coche y luego a pie. Pensábamos que volveríamos pronto, en unos días o como mucho unas semanas".
Primero se alojaron en casa de una familia libanesa que les dio cobijo. Después buscaron otro alojamiento. Uno de cada tres personas en el Líbano es refugiada, recuerdan desde Entreculturas. La mayoría de los refugiados están en Beirut y otras ciudades, pero también hay campamentos informales en la zona rural. Amina y sus cinco hijos viven actualmente en el valle de Bekaa, una zona del Líbano próxima a Siria.
"Mi mayor preocupación eran los niños – explica Amina. Veíamos a muchos niños refugiados vagando por las calles, unos sin hacer nada, otros pidiendo dinero o trabajando desde muy pequeños. Nos dolía mucho. Era muy importante que volvieran al colegio, a formarse, a curar las secuelas de la guerra”.
El Servicio Jesuita a los Refugiados creó una escuela para los niños de siete campamentos de refugiados del valle de Bekaa y se contactó con Amina. Allí estudian 550 niños de entre 4 y 14 años. También hay servicio de comedor y atención psicológica.
"Mi esperanza y la de todos los refugiados sirios es volver a nuestra casa en Siria. Por eso estamos muy preocupados por la formación de esta generación, y muy agradecidos a las ONG que están trabajando", apunta esta profesora y refugiada.
Por su parte, el marido de Amina se marchó a Alemania, porque en el Líbano no tenía permiso de residencia ni oportunidades de trabajo. "Nuestro objetivo es volver todos juntos a Siria algún día. Y que nuestros hijos sigan estudiando", asegura Amina.
La fundación Entreculturas y el Servicio Jesuita a los Refugiados acaban de lanzar la campaña "Hospitalidad" para exigir a los representantes políticos, políticas acogida y respeto a los derechos humanos.
"Queremos ser tierra de acogida. Para salvar vidas hay que reforzar las operaciones de salvamento y no cerrar fronteras. Pedimos que impulsen vías de acceso legales y seguras. Y que la Unión Europea cumpla con sus compromisos de reubicación y reasentamiento. Pedimos procedimientos de asilos individualizados, rápidos, justos y eficientes, sea cual sea el país de origen o llegada. Hay que fomentar una cultura de la hospitalidad y la convivencia intercultural", destacan en un manifiesto.
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