Al Asad: el acuerdo sobre Idleb es una medida temporal
Últimas declaraciones del presidente de la República Árabe Siria en referencia a la temática del cantón de Idleb y a la actualidad nacional en general.
Rusia y Turquía llegaron a un acuerdo sobre la creación de una zona desmilitarizada de 15 a 20 kilómetros en Idleb entre las fuerzas sirias y los grupos armados concentrados en la región el mes pasado en un intento por evitar una carnicería innecesaria y una posible intervención occidental.
El acuerdo ruso-turco para Idleb es "temporal", pero ha servido para evitar el derramamiento de sangre, dijo este domingo el presidente sirio Bashar Al Asad, al brindar su mensaje ante miembros del Comité Central del Partido Ba'ath.
El discurso del presidente sirio ofreció una visión general de los últimos acontecimientos políticos nacionales y regionales y la realidad sobre el terreno. Damasco, señaló Al Asad, no ha renunciado a su objetivo de restaurar el control sobre todo el territorio nacional.
En referencia a la oposición y las amenazas occidentales contra una ofensiva siria en Idleb, el mandatario afirmó que tales objeciones eran "histéricas", y agregó que una victoria del Ejército Árabe Sirio frustraría los planes agresivos de Occidente para dividir a Siria.
“Lo que hemos presenciado recientemente de la histeria occidental, antes de la batalla de Idleb, se debe al hecho de que es una cosa fatal para ellos, porque la victoria de los sirios en ella llevará al fracaso de sus planes y al regreso de Siria como un actor aún más serio que antes, frente a su proyecto regional”, dijo.
Según el presidente, el país está entrando ahora en una nueva "batalla" para rehabilitar los elementos de la sociedad nacional que colaboraron o apoyaron el "caos y el terrorismo".
“A medida que avancemos hacia la victoria, los enemigos de Siria intensificarán sus intentos de drenarnos militar, política, económica y socialmente”, dijo el presidente. “Tendremos" desafíos internos no menos peligrosos que la guerra”.
En el marco del proceso de liberación nacional, especialmente durante el último año, y con la ayuda de Rusia, el Gobierno sirio ha alcanzado en cuantiosas aldeas y pueblos, varios acuerdos de reconciliación con los elementos armados nativos, permitiéndoles regresar a una vida pacífica a cambio de deponer las armas y aceptar el regreso de la administración estatal siria.
El lunes, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Vershinin, afirmó en entrevista a Sputnik que las fronteras de la zona desmilitarizada entre las fuerzas sirias y los armados en Idleb han sido "determinadas" y que las fuerzas militares rusas y turcas han establecido "muy buenos contactos, cooperación y vínculos entre sí".
Se espera que la zona desmilitarizada de Idleb, acordada entre los presidentes Putin y Erdogan en Sochi el 17 de septiembre, esté completamente establecida para el 15 de octubre.
Según el acuerdo, Ankara ha prometido ayudar a desarmar y expulsar a los grupos terroristas concentrados en el cantón.
La semana pasada, medios de comunicación turcos informaron que los extremistas del Frente Al Nusra habían acordado disolverse, retirar sus fuerzas de la zona desmilitarizada y modificar su ideología, bajo la presión de la inteligencia turca. A su vez, hace dos semanas y según trascendió desde sus medios acólitos, la agrupación armada extremista Frente Nacional para la Liberación (NFL), respaldada por Turquía y enfrentada a Al Nusra, habría acogido positivamente el acuerdo ruso-turco.
En ese contexto, los grupos armados FSA, sustentados por Turquía, completaron la entrega de armas pesadas de la zona de desmilitarizada de Idleb este lunes 8 de octubre, según informó la agencia turca Anadolu citando a un corresponsal local. Según otra fuente mencionada por la agencia turca, "la oposición trabajó durante los últimos días y durante la noche del domingo para retirar sus armas pesadas, incluidos lanzacohetes Grad, morteros y misiles de mediano alcance".
Antecedentes
Después de que el Ejército Árabe Sirio concluyera a fines de julio la ofensiva del frente sur en las provincias de Deraa y Quneitra, Idleb se convirtió en el último bastión importante de los grupos terroristas en Siria, con decenas de miles de elementos armados concentrados en la región en medio de una población civil de aproximadamente tres millones.
Damasco planificó y preparó una operación militar para liberar la provincia durante agosto e inicios de septiembre, pero Turquía, Estados Unidos y sus aliados europeos advirtieron contra una ofensiva siria, con Washington y París amenazando con intervenir militarmente so pretexto del falaz uso de armas químicas por parte de las tropas sirias. Damasco y Moscú revelaron posteriormente información de inteligencia que mostró que los grupos terroristas se preparaban para realizar un ataque químico de falsa bandera culpando a las fuerzas sirias y promover así una intervención occidental.
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