Turquía agita el tablero en el Mediterráneo Oriental
El expansionismo turco a nivel regional con su incursión en el conflicto de Libia y los proyectos de perforación en el este del Mediterráneo frente a Chipre, genera respuesta de los vecinos, especialmente de Egipto y Grecia.
Tal como lo ha señalado recientemente la Liga Árabe, las repetidas e ilegales incursiones militares del régimen de Turquía encabezado por su presidente Recep Tayyip Erdogan, tanto en el norte de Irak y Siria, así como su participación directa en el conflicto de Libia, generan preocupación rechazo y desaprobación de todos los países árabes.
Pero este no es el único frente que abre la política expansionista de Turquía. A su vez, los proyectos de perforación en busca de gas en aguas de soberanía chipriota, que Ankara lleva adelante desde 2019, no solo le han granjeado oposición y sanciones económicas de la Unión Europea sino que frente a un irascible Erdogan, se ha reforzado el clima de tensión y conflicto en el Mediterráneo Oriental.
En ese contexto, el accionar expansionista -no solo militar sino también de orden económico- del régimen de Ankara, ha dado como resultado la preocupación y reacción por parte de Egipto y Grecia .
Estos últimos se suman así a la lista de contrapesos regionales frente al neo-otomanismo de Erdogan que hasta ahora había encontrado en el Estado sirio a su principal fuerza de resistencia, en respuesta a la invasión y ocupación de los territorios del norte del país levantino.
El complejo panorama regional resultante de las acciones de Ankara, ha desatado también nuevos y recientes desarrollos, expresados por las gestiones diplomáticas y comerciales de Egipto y Grecia, que buscan una estrategia conjunta para proteger sus intereses en las compartidas aguas mediterráneas.
En el caso de Grecia, esto se agudiza merced al más reciente transito continuo de las fuerzas de Turquía por sobre aguas helenas, para transportar combatientes extremistas y equipamiento desde el norte sirio hacia Libia.
Atenas y El Cairo se preparan para bloquear la expansión marítima turca
Según informó el pasado miércoles la agencia italiana Nova, el ministro de Relaciones Exteriores griego, Nikos Dendias, visitará Egipto el jueves 18 de junio para reanudar las negociaciones con El Cairo sobre la demarcación de las fronteras marítimas entre ambos países.
Para Atenas este movimiento llega como complemento de un acuerdo similar firmado con Roma.
Según el reporte, después de firmar el 9 de junio un acuerdo para designar las zonas económicas exclusivas entre Grecia e Italia , los cancilleres de ambos países brindaron una conferencia de prensa conjunta en la que Dendias anunció, que visitaría Egipto para obtener un resultado similar.
Según las declaraciones del jefe diplomático griego, el acuerdo alcanzado entre Italia y Grecia para designar las zonas económicas marítimas “ciertamente enfureció al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan”, y a su vez señaló que Italia adoptó plenamente una interpretación del derecho internacional según lo previsto por Grecia.
El canciller griego también dejó en claro que, en el presente conflicto de intereses, solo Turquía insiste en su “visión unidimensional”.
Por su parte, y merced al conflicto en curso en la vecina Libia, también Egipto busca sumar sus esfuerzos para detener el expansionismo turco y a su vez bloquear el acuerdo en el Mediterráneo oriental entre el régimen de Erdogan y el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) con sede en Trípoli.
En ese marco, El Cairo y Atenas acordaron hace varios meses acelerar la demarcación de las fronteras marítimas bilaterales, para lo cual se programó la próxima visita de la delegación griega, que se produciría de esta forma, en un momento muy oportuno y en tándem con la reciente demarcación entre Grecia e Italia.
A su vez, esta estrategia bilateral con los helenos traería beneficios para Egipto ya que le permitiría explorar por petróleo y gas en sus regiones económicas occidentales ubicadas en las fronteras marítimas con Grecia.
Entrevistado por la prensa egipcia, el experto ‘Abdel-Latif Darwish, profesor de economía y gestión de crisis, afirmó que el acuerdo de Egipto con Grecia sobre la demarcación de fronteras marítimas representa un duro golpe para la conexión entre el régimen turco y el Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia.
En cuanto al acuerdo greco-italiano destacó que “Grecia ha logrado un gran éxito al golpear los sueños de Erdogan de tomar el gas del Mediterráneo oriental”.
Asimismo subrayó el especialista, la importancia que tendrá la presión de las potencias de Europa sobre Turquía para detener el intento turco de imponer su influencia tanto en la región árabe como en las aguas del Mediterráneo.
Ankara muestra músculos
El movimiento de sus vecinos sin duda tuvo efecto inmediato en el régimen de Erdogan, que rápidamente se mostró listo para la guerra, enviando un poderoso mensaje a Egipto y Grecia, a través de un nuevo ejercicio militar masivo.
Bajo el título de “Mar Abierto” la Armada y la Fuerza Aérea turcas realizaron el jueves 11 de junio, un conjunto de maniobras en el Mar Mediterráneo, en línea con anteriores prácticas similares, muy reforzadas ya desde 2019 .
Según lo anunciado por el Ministerio de Defensa turco, en un reporte emitido el viernes, los ejercicios militares se llevaron a cabo en aguas internacionales en el Mediterráneo, con la participación de unidades líderes de la Fuerza Aérea y la Marina, y se ejecutaron desde los centros de operaciones en Turquía.
Un conjunto de 17 aviones y una flota de ocho naves, entre fragatas y corbetas, participaron de los ejercicios, que duraron aproximadamente ocho horas e incluyeron una ruta que se extendió 2000 kilómetros fuera de aguas territoriales turcas.
El informe da cuenta que, durante las maniobras, se realizaron reabastecimientos de combustible así como entrenamiento conjunto marítimo-aéreo y otras operaciones, con el objetivo de "probar y desarrollar la conducción ininterrumpida de tareas de operaciones de larga distancia".
¿Erdogan el Magnífico?
Queda evidenciado de esta forma el crecientemente tenso panorama que generan y suponen las acciones beligerantes del régimen turco para con sus vecinos limítrofes y regionales.
Las mismas deben entenderse como enmarcadas en una estrategia expansionista neo-otomana la cual, en su carácter de principal víctima, la República Árabe Siria se ha dedicado a denunciar en los foros internacionales durante años, y que ahora con otras dimensiones especificas en el ámbito energético, pero un similar nivel de peligro y amenaza de desestabilización regional, otros estados vecinos han comenzado a sufrir en carne propia.
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