Tensa calma en Hodeidah

Los choques parecen haber disminuido en Hodeidah, dando lugar a una frágil calma, a pocas horas de la entrada en vigor de la tregua mediada por la ONU para la ciudad portuaria al oeste del país, un salvavidas para millones de yemeníes.

Mientras continúan los enfrentamientos en otros puntos del frente, una frágil calma se ha apoderado de la ciudad de Hodeidah, en el oeste de Yemen, pocas horas después de que entró en vigor un acuerdo de alto el fuego mediado por la ONU entre los combatientes hutíes de Ansarullah y las fuerzas leales al gobierno.

Los residentes de la ciudad afirmaron que los combates entre las fuerzas de Ansarullah y el régimen de Abd Rabbuh Mansur Hadi apoyado por la coalición saudita habían disminuido para el mediodía del martes, a pesar del sonido de disparos esporádicos en algunas partes de la ciudad.

Tras una semana de consultas en la ciudad sueca de Rimbo, representantes de ambas partes acordaron el pasado jueves retirar a sus combatientes de Hodeidah y permitir el despliegue de fuerzas neutrales supervisadas por la ONU así como el establecimiento de corredores humanitarios.

Monitores militares

Martin Griffiths, enviado especial para Yemen, espera que una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, redactada por el Reino Unido, respalde los acuerdos alcanzados en Suecia, incluida la necesidad de que un organismo de la ONU supervise la administración portuaria y los retiros mutuos de tropas.

Más de 22 millones de personas en Yemen necesitan ayuda, incluidos 8.4 millones que están en riesgo de morir de hambre.

El Consejo de Seguridad de la ONU ha expresado previamente su "profunda preocupación" por los combates y los funcionarios de la ONU han advertido sobre el alto riesgo de hambruna.

Según la ONU, se espera que ambas partes se retiren de la ciudad dentro de los próximos 21 días con el despliegue de monitores internacionales, dirigidos por el general retirado holandés Patrick Cammaert.

Según fuentes del organismo internacional, los miembros de la misión de monitoreo podrían estar en el terreno tan pronto como este miércoles.

El equipo de monitoreo analizará qué funciones deben realizar y luego decidirá la forma y cantidad de monitores que necesitarán provenir de los estados miembros de la ONU.

Como parte del acuerdo de alto el fuego, los tres puertos de Hodeidah, Ras Isa y Saleef quedarán bajo el control de "fuerzas locales", que luego enviarían los ingresos de los puertos al Banco Central de Yemen.

El ministro de Relaciones Exteriores de Yemen, Khaled al-Yamani, se ha negado a especificar si esas fuerzas serán las fuerzas de seguridad del Estado, y en cambio afirmó que informarán a la "autoridad central".

Redacción poco clara

Según analistas especializados, existen varios obstáculos que podrían impedir que el acuerdo "vagamente redactado" alcanzado en Suecia funcione en el terreno.

Preocupa la no especificidad en tópicos como quiénes serán las fuerzas neutrales que supuestamente tomarán el control una vez que estas milicias de ambos lados salgan de la ciudad.

Otro punto establecido por el acuerdo sugiere que ambos grupos formen unidades conjuntas, algo que se ve como casi imposible, sumado al plan para que Ansarullah entregue un mapa de la ciudad que muestre la ubicación de minas terrestres, explosivos improvisados, y depósitos de armas.

Trasfondo

Yemen, el país más pobre del mundo árabe, ha sido devastado por un conflicto múltiple que involucra a actores locales, regionales e internacionales.

El conflicto comenzó con la toma en 2014 de la capital, Sanaa, por parte de las milicias hutíes de Ansarullah, quienes derrocaron al gobierno del presidente Hadi. Una coalición liderada por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos aliada con el gobierno de Hadi ha estado luchando contra los hutíes desde marzo de 2015.

Desde entonces, más de 60 mil personas han muerto en los combates, según estimaciones de grupos de derechos humanos, y hasta 85 mil niños pueden haber muerto de hambre.

Hablando el domingo en un evento en la capital de Qatar, Doha, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que si la situación humanitaria de Yemen no mejoraba, 14 millones de personas necesitarían ayuda alimentaria en 2019, seis millones más que este año.

"El hecho de que aún no se haya declarado la hambruna no disminuye de ninguna manera nuestra enorme preocupación por el nivel tan alto de hambre que existe en Yemen con una cantidad de personas que mueren en circunstancias muy dramáticas", dijo.