Riad y Teherán en curso de colisión
Crisis in crescendo entre Arabia Saudita e Irán con ruptura de relaciones incluida. Posibles consecuencias profundas en la situación del Levante en general y la crisis en Siria.
Riad y Teherán ingresaron en una nueva etapa de su histórico enfrentamiento, a partir de los sucesos acaecidos este fin de semana. Según analistas, ambos estados viven la peor crisis reciente entre rivales regionales en Oriente Medio.
Los hechos
El clérigo Nimr Baqir Al Nimr y otros 46 condenados a muerte fueron ejecutados el sábado pasado en Arabia Saudí, bajo acusaciones de haber instigado protestas entre la minoría shií del país en 2012, y de haber cometido actos terroristas.
Los iraníes salieron a las calles de diferentes ciudades del país para demostrar su rechazo ante la decisión de Riad de ejecutar al líder religioso Al Nimr. Incluso tiraron cócteles molotov e incendiaron parte de la embajada saudita.
Pero no sólo en Teherán sino que en el propio país donde fue ejecutado el clérigo, muchas personas salieron a la calle, sobre todo en la ciudad de Al Qatif, de mayoría shií.
Además el líder supremo iraní, Alí Jamenei, también ha condenado su ejecución: “Esto es un crimen, es un gran crimen y es un error porque estoy seguro de que su sangre llegará hasta Arabia Saudí”. A su vez calificó la reacción tras la ejecución del líder religioso, como un levantamiento popular.
También el consulado saudita en la ciudad iraní de Masjad fue asaltado y quemado. Los diplomáticos saudíes fueron evacuados a Dubai.
De esta forma, la quema de la embajada saudí en Teherán provocó la ruptura de relaciones de Arabia Saudí con Irán, ayer domingo.
El ministro saudí de Asuntos Exteriores, Adel Al Jubeir, dió 48 horas el embajador iraní en Riad para marcharse de Arabia Saudí declarando que su país no permitirá a Irán “que socave nuestra seguridad”, acusando al país vecino de instigador y responsable de una "intervención abierta en los asuntos internos del reino, actos de hostilidad en la región y ataques contra la embajada saudí en Teherán y el consulado en Masjad".
Al Jubeir también anunció el corte de todo tráfico aéreo y relación comercial.
Por su parte el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, ha acusado a Arabia Saudí de utilizar la ejecución del religioso para “agravar las tensiones en Oriente Medio”.
Este nuevo episodio viene a profundizar gravemente las relaciones entre dos actores regionales, reconocidos rivales en una guerra fría, que ha venido recalentándose constantemente de forma indirecta en los choques armados en proceso en la región (Siria, Yemen, Irak).
Guerra fría, la mencionada, que se presenta como un contrapunto de supuestas históricas diferencias sectarias entre la república islámica de mayoría shií, y la monarquía islámica de mayoría sunní, pero cuyo trasfondo político excede claramente la simplificación mediática dominante que pretende reducir toda diferencia al plano sectario.
Repercusiones
Los aliados saudíes del golfo se plegaron a Riad. Emiratos Árabes redujo las relaciones diplomáticas con Irán, mientras que Bahrein también cortó y Qatar se encuentra en una difícil encrucijada merced a sus íntimas conexiones con Riad y sus intercambios comerciales con Teherán.
Por su parte Egipto se plegó junto a la Liga Árabe al discurso arabista solidario con Riad, condenando los hechos sobre las legaciones diplomáticas saudíes en Irán.
Marruecos por su parte optó por la equidistancia y el pedido a “la clarividencia de las dos partes para no permitir que las tensiones entre ambos se extiendan a otros países de la región”.
En Europa , Francia condenó la acción de los saudíes sobre Al Nimr y pidió al resto de líderes regionales que eviten que la tensión se incremente. Por otro lado, la oposición alemana pide a Angel Merkel que rompa la alianza que mantiene con Arabia Saudí.
Mientras EEUU pide calma declarando temer que el llamado Estado Islámico (E.I.) pueda beneficiarse de la situación, Rusia propone el diálogo y se ofrece como mediador.
La ONU , informó este lunes que el enviado especial para Siria, Staffan de Mistura, viajará próximamente a Riad y luego a Teherán.
Lupa regional
La lectura básica impone que las consecuencias de la ejecución del clérigo Al Nimr por las autoridades de Arabia Saudí van más allá de la tensión creciente entre Riad y Teherán.
Todo parece indicar que la mecha se ha encendido ardientemente entre estos dos estratégicos contrincantes políticos regionales, Riad (apoyada por EEUU y la OTAN), y Teherán (apoyada por Rusia y China).
Sin duda, son malas noticias para la región que avizoraba un atisbo de esperanza hacia la pacificación, estando por estos días a las puertas de un nuevo ciclo de conversaciones para poner fin a la crisis en Siria, bajo la resolución de la ONU de hace quince días.
Acusaciones cruzadas e incremento de agresiones a nivel declamatorio y diplomático podrían llevar al plano bélico (ya ensayado en la crisis de Yemen), a una situación que ya en su candente actual status, no favorece para nada a la tan golpeada región del Levante.
Esto compete, especialmente a Siria y su pueblo que sigue siendo el principal depositario del sufrimiento desde hace casi cinco años, generado por un duro cuadro interno, ampliamente conocido.
Asimismo, tampoco ayuda al Líbano y su crisis institucional manifiesta en los vaivenes entre los dos grandes bloques políticos del país del cedro, y que está fuertemente ligada al conflicto en la vecina Siria.
Para el pueblo palestino y su cotidiana convivencia con la opresión y ocupación sionista, no puede significar más que otro aporte a la invisibilización y falta de atención internacional y regional, que requiere su noble lucha que lleva ya 68 años.
De idéntica forma el nuevo contrapunto regional entre los dos más grandes vecinos del Golfo Pérsico, puede afectar gravemente los movimientos en Irak, que si bien ha ingresado el último año en un lento proceso de reconstitución y recuperación de terreno de manos del extremismo sectario de E.I., permanece expuesto a un nuevo declive en el camino de la disgregación y el caos interno, bajo la excusa sectaria.
A esto debe agregarse, el ya denso y preexistente cuadro que supone para Bagdad, lidiar con la autonomía de su región norte bajo el manejo del partido kurdo de Barzani, en sólida alianza con Washington y el régimen de Tel Aviv.
Este último, usurpador legendario, seguramente una vez más, único beneficiario de toda nueva bocanada de oxígeno que alimente los preexistentes fuegos entre las demás casas del vecindario.
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