Libia vive momentos complicados al borde del caos
Momentos de tensión son los que se viven en el país del norte africano debido a los ataques opositores al gobierno islamista, comandados por el general retirado Jalifa Haftar
Libia entró en erupción nuevamente, es que hace unos meses se viven ataques, y uno de los causantes es el general retirado Jalifa Haftar, quien viene planeando un golpe de estado desde febrero, cuando lo anunció en la televisión de Libia. Cuando aquel país todavía se encontraba intentando recuperar la paz luego del derrocamiento de Muamar Gadafi
Jalifa Haftar, que el pasado domingo encabezó un intento de golpe de Estado contra el Parlamento está cosechando muchos apoyos, (es reconocido por su cercanía a los Estados Unidos) y la guerra civil está al borde de inciarse. Es considerado un militar, anti islamista.
El perfil profesional como militar de Jalifa Haftar es ambiguo. Primero fue jefe de la Academia de Artillería de Al Mark, su ciudad de la infancia, en 1969 ayudó y respaldó a Gadafi en el golpe que lo llevó al poder y derrocó al monarca King Idris. Pero luego se distanciaron y se convirtieron en grandes enemigos. La brecha se generó tras la caótica guerra entre Libia y Chad en la década de los 80. Haftar la dirigió pero resultó lamentable. Murieron más de 75.000 libios, hubo miles de torturados y el ex general fue capturado y llevado a prisión. Todo apunta a que Gadafi no se interesó por su liberación.
Cuando se liberó fundó en Libia el Frente de Salvación Nacional en la oposición. Luego se refugió en Estados Unidos, en Virginia, en una casa muy cerca de la base central que la CIA tiene en Langley, cerca de Washington. Allí se mantuvo casi 20 años, manteniendo reuniones, contactos y conspiraciones contra el régimen de Gadafi. No se sabe muy bien cómo se financió ese periodo de su vida. Un informe del Congreso norteamericano sugirió en 1996 que EE UU sufragó y entrenó ese grupo.
Cuando los norteamericanos y la OTAN montaron toda la operación para tumbar en 2011 a Gadafi el general Haftar estaba también en esas encrucijadas y pensaba salir muy reforzado, al mando del futuro Ejército del nuevo Gobierno. No sucedió así. Eso sí, volvió a su país y retomó sus conexiones con políticos liberales bien situados y con antiguos compañeros militares cada vez más hartos de la presencia e influencia de los islamistas en el nuevo poder político
Haftar es un antiislamista que acusa al Parlamento de Libia de dar cobijo a los yihadistas extremistas y a grupos terroristas próximos a Al Qaeda. Esa es la razón que esgrimió para atacar hace 10 días Bengasi, provocar casi 80 muertos, hace 7 dias tomar el Parlamento, y enfrentarse a las milicias tribales. Pero ahora sí ha recogido muchos y variados apoyos.
EE UU, que no ha querido condenar este intento de asonada, ve con muy buenos ojos esa obsesión de Haftar contra las milicias asentadas en torno a Bengasi, que quieren imponer la ley del Islam y la Sharia.
Mientras tanto, la oposición califica como un proceso de “la dignididad de Libia” y se desvinculan de los asesinatos ocasionados en Bengasi.
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