La marea de refugiados pone a Oriente Medio ante la mayor crisis humana de la historia reciente
Tres años de guerra han hecho retroceder a Siria a los niveles de 1980
Líbano carece de espacio físico para contener la avalancha de fugitivos
Los refugiados palestinos, parias entre los parias, pierden la esperanza de alcanzar algún día una vida normal
Violaciones y asesinatos de mujeres y niños son una estrategia militar perfectamente planificada
Tres años de guerra han hecho retroceder a Siria a los niveles de 1980
Líbano carece de espacio físico para contener la avalancha de fugitivos
Los refugiados palestinos, parias entre los parias, pierden la esperanza de alcanzar algún día una vida normal
Violaciones y asesinatos de mujeres y niños son una estrategia militar perfectamente planificada
Una exiliada siria cocina en el campo de refugiados del valle de Bekaa en Líbano / Getty Una exiliada siria cocina en el campo de refugiados del valle de Bekaa en Líbano / Getty
La prioridad ya no es echar del poder al presidente sirio Bashar Al-Assad, que ha recuperado todas sus opciones de seguir rigiendo los destinos, especialmente las tragedias, de un país arrasado, desmembrado y que vomita sobre sus vecinos millones de refugiados, que huyen del horror de bombardeos implacables.
De la marea estimada de cinco millones de fugitivos, al menos un millón y medio han recalado en Líbano, cuyos 4,5 millones de habitantes carecen de espacio y alimentos que ceder a esta invasión de desheredados por la guerra de Siria. Los diarios bombardeos en la zona fronteriza aumentan la inseguridad y el flujo de los que huyen del horror, y en Beirut se suceden también a diario atentados como consecuencia de la tensión entre Hezbolá, que apoya al régimen de Assad, y las facciones que lo combaten.
Esta catástrofe humanitaria, considerada ya como la mayor de la historia, por encima incluso de la acaecida en torno a los grandes lagos de África, ha sido el tema principal del seminario del Centro de Estudios de Oriente Medio, celebrado en la Casa Árabe de Madrid. El embajador libanés, Charbel Aoun, calificó la situación de desesperada, con el sistema sanitario completamente colapsado y la falta de medios, especialmente en alimentos, para atender las necesidades de semejante muchedumbre. Observadores permanentes en el país, como José Antonio Naya, advertía de que la situación es insostenible, hasta el punto de prever un estallido de Líbano a corto plazo, "lo que sería especialmente grave para toda la región, al ser Líbano tradicionalmente el país que ha permitido desaguar gran parte de las crisis regionales", señala.
"Líbano puede estallar a corto plazo, lo que sería especialmente grave al ser el país que ha permitido desaguar tradicionalmente gran parte de las crisis"
Abunda la tragedia y el espanto en las narraciones de tantas familias que han perdido de la noche a la mañana parte de sus miembros, la totalidad de sus bienes e incluso la esperanza. De ellas se hace eco Giuseppe Belsito, director en Amman de la Oficina de Mujeres de Naciones Unidas en Jordania y Siria. "La violaciones y asesinatos de niños y mujeres -afirma- es una estrategia militar perfectamente planificada, y tienen como consecuencia aterrorizarles y sembrar el miedo en toda la población".
Relatos que superan a la imaginación
Sin abundar en detalles, confiesa que cada día ha de realizar grandes esfuerzos para mantener la calma ante relatos de víctimas "que superan toda capacidad de imaginación". En los campos de refugiados, y ante las acuciantes necesidades, han vuelto también los matrimonios forzados de niñas con cualquiera que pueda dar a cambio el sustento de un solo día. "Todos los avances que se habían conseguido en pos de la igualdad de la mujer - afirma Belsito- han desaparecido; estamos de nuevo en los más rancios usos medievales".
Han vuelto los matrimonios forzados de niñas con cualquiera que pueda dar a cambio el sustento de un solo día
Si la tragedia derivada de la guerra se ceba con todos, los palestinos son probablemente los parias entre los parias de este enésimo conflicto. Fueron 700.000 los palestinos que huyeron inicialmente de Palestina a raíz de la instauración del Estado de Israel en 1948. Hoy son 5,2 millones contando con los descendientes de los que no aceptaron entonces la partición decretada por Naciones Unidas.
Negociaciones sin esperanza
Para subvenir a las necesidades de aquellos primeros refugiados palestinos, esparcidos por Jordania, Siria, Líbano y Egipto se creó en 1949 la UNWRA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos) por un periodo de tres años, en la creencia de que al cabo de dicho lapso el problema palestino estaría solucionado. Han pasado ya 65 años y la tragedia palestina, lejos de atenuarse, está derivando hacia ninguna parte. Las actuales negociaciones israelo-palestinas, 70ª edición ya de frustrados intentos de arreglo, están a punto de capotar precisamente porque cada día se hace más imposible diseñar la presunta solución de dos estados, y que el palestino sea viable.
"Los refugiados palestinos -dice Raquel Martí, directora ejecutiva de UNWRA- ya han renunciado a vivir en un estado propio; ahora reclaman simplemente vivir en la que fue su tierra, bajo soberanía israelí, pero que el gobierno de Israel les conceda los derechos civiles de los que ahora carecen".
Martí explica que el medio millón de refugiados palestinos en Siria se mantuvo al margen de la guerra durante los dos primeros años, hasta que las milicias rebeldes al régimen de Al-Assad entraron en los campos, especialmente en el de Yarmouk. Fue el punto de inflexión, porque a partir de entonces Assad ha combinado el bombardeo sistemático de los campos con el bloqueo y asedio total, convirtiendo a los 20.000 refugiados que no tuvieron ocasión de escapar en muertos vivientes. Ha impedido u obstaculizado la entrada de toda ayuda humanitaria, de forma que los habitantes que aún no han muerto "sobreviven alimentándose de las malas hierbas que aún encuentran en el campo".
El bombardeo y asedio del campo de Yarmouk por el régimen de Al-Assad es el paradigma de la tragedia de los refugiados palestinos
Los palestinos que han logrado huir a Jordania ocultan cuidadosamente su verdadera identidad, ya que el reino hachemita no reconoce la existencia de refugiados palestinos. En consecuencia, son invisibles: no pueden casarse ni trabajar legalmente ni acceder a los servicios de sanidad o educación.
Por su parte, los palestinos que se habían instalado en los campos de refugiados de Líbano desde su huida de Palestina, han visto agravada su situación por la "competencia" de la marea siria. Su situación ha sido tradicionalmente difícil por cuanto tenían prohibido desempeñar hasta 70 profesiones, entre ellas las liberales (médicos, abogados, informáticos, etc.), como tampoco acceder a la propiedad privada de una casa, tierras o establecimientos comerciales. Una situación que ha desembocado en su sometimiento a las condiciones que arbitrariamente les quiera imponer el socio o el empresario libanés de turno.
Construcciones sin cimientos
Para culminar el drama de los palestinos en Líbano, el gobierno de Beirut ha decretado taxativamente la prohibición de ampliar cualquier campo de refugiados, lo que está derivando en que éstos crezcan en vertical, añadiendo pisos a sus construcciones de fortuna carentes de cimientos, con los consiguientes derrumbamientos casi a diario.
La UNWRA también señala que la situación de los palestinos en Gaza y Cisjordania se agrava por momentos, que achaca a la dureza del bloqueo isarelí de la Franja a raíz de que Hamás ganara las elecciones de 2007, y a la contínua implantación de colonias judías en Cisjordania, jalonadas por el muro de seguridad que se interna 1,5 kilómetros en ese territorio, dejando aisladas poblaciones y tierras de cultivo.
Gaza, sin espacio vital, con apenas 4 ó 5 horas de electricidad al día, el agua contaminada y sin poder reciclar sus aguas fecales, está al borde de la explosión
Para Raquel Martí "es dudoso que Gaza no explote más allá de 2020, con una población angustiada, sin espacio vital en el que moverse, donde el agua que se bebe está contaminada, los alimentos que consumen son solo carbohidratos, y donde apenas hay electricidad 4 ó 5 horas al día porque la central se alimenta de combustible que proporciona Israel cuándo y cómo lo estima conveniente". La directora ejecutiva de UNWRA también se explaya al desgranar la lista de mercancías sometidas a inspección y autorización por Israel, causa del estrangulamiento de la economía palestina.
La fatiga del donante
A este respecto, por ejemplo, y arguyendo que los materiales necesarios para construir una depuradora podrían tener también un uso agresivo y distinto, Gaza no puede reciclar sus aguas negras, de forma que no menos de 90 millones de litros de pura mierda son vertidos diariamente al Mediterráneo. Esa contaminación del litoral gazatí ha hecho desaparecer la pesca casi por completo, pero las barcas palestinas no pueden adentrarse en el mar más allá de seis millas náuticas so pena de ser ametralladas por la guardia costera israelí.
El 80% del millón y medio de palestinos que se abigarran en la Franja de Gaza depende de la UNWRA, pero los fondos que alimentan a esta agencia de Naciones Unidas hace tiempo que escasean. Las 700 escuelas y 138 ambulatorios que regenta carecen cada vez más de los instrumentos necesarios. Después de tantos años, los donantes tradicionales muestran su fatiga en sus aportaciones, incluida España, que de ser uno de los diez países más generosos, ha pasado al puesto 24. La UNWRA exhibe un déficit sobre sus programas de emergencia en Siria de 313 millones de dólares; de 247 millones en Gaza y Cisjordania, y de 68 millones para atender a los servicios básicos de educación y salud.
- ¿Qué pasará si no se encuentra ese dinero?
- Simplemente, los programas no se ejecutarán y los palestinos sufrirán aún más las consecuencias, responde Martí trasluciendo una inequívoca sensación de impotencia.
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