Intelectuales analizan proyecto alternativo regional

El simposio Los árabes e Irán frente a los desafíos regionales: oportunidades, retos y perspectivas de asociación, organizado por el Centro Consultivo de Estudios y Documentación , el grupo de pensamiento estratégico de Hezbollah, bajo el patrocinio de la Universidad del Líbano , el Instituto de Estudios Políticos e Internacionales de Teherán (IPIS), del Instituto de Investigaciones Andisheh Sazan-e Noor y el periódico libanés As Safir , se celebró del 31 mayo al 2 de junio en Beirut, y reunió a decenas de intelectuales, investigadores, líderes políticos y religiosos, tanto iraníes como árabes. 

En esta ocasión, entregó sus reflexiones sobre los desafíos reales y potenciales que plantea el nuevo panorama regional. La configuración es más compleja, marcada tanto por la erosión de la influencia estadounidense en el Medio Oriente, así como por la competencia entre los actores regionales que exacerba los conflictos.

El debate enfrentó a los defensores de una asociación entre los países árabes e Irán, y los más escépticos que cuestionaron la idea de la cooperación con Irán,  un Estado fuerte que ha desarrollado una estrategia nacionalista, comparativamente a las sociedades árabes divididas por la subsistencia de particularismos locales profundamente arraigados en la historia.

Las contribuciones del economista franco-egipcio Samir Amin, un especialista en cuestiones estratégicas regionales, y el cercano a Irán Anis Naccache, junto al intelectual palestino experto en asuntos internacionales y estratégicos, Mounir Chafik, han permitido esclarecer el debate.

"Contención" de Irán

Amin regresó a una retrospectiva sobre las causas estructurales y las limitaciones históricas que explican la resistencia de las estructuras estatales.

El golpe de estado organizado en 1953 por la CIA y el MI6 británico contra el primer ministro iraní Mohammad Mossadegh, la nacionalización de la industria petrolera, la estrategia estadounidense de contención de Irán para provocar un cambio de régimen después de la Revolución Islámica Popular de 1979… Teherán ha resistido, dijo, a la permanencia de las ambiciones externas.

Samir Amin recuerda también la abrumadora responsabilidad de los países del Golfo en esta estrategia de contención para impedir el surgimiento de una potencia regional dominante plausible de competir con EEUU en la región.

Después de la caída de la monarquía iraní, que fortalece la influencia de EEUU en el Golfo, los aliados preferidos de Washington están jugando un papel destacado en la desestabilización de Irán y conducen a Saddam Hussein a la agonía de una guerra larga y extremadamente costosa para ambos beligerantes.

Es en esta estrategia que se inscribe la disputa nuclear, según el analista, quien se refirió a que las ambiciones nucleares de Irán se remontan al Shah e incluso fueron apoyadas por Washington.

El callejón sin salida de las guerras en Afganistán e Irak y el fracaso de las operaciones de cambio de régimen en Irán y Siria consagran el fracaso de esta estrategia, según Samir Amin.

Sin embargo, la disminución relativa del poder de EEUU en el sistema internacional para hacer frente a la dinámica de re-emergencia de otros actores, ha llevado a un cambio en la posición estadounidense frente a Irán. El acuerdo de Lausana con Irán, sin embargo, no tiene efecto sobre las grandes orientaciones estratégicas anti-imperialistas del régimen islámico.

En este contexto, la cooperación entre los países árabes e Irán, sería deseable, pero su eficacia está condicionada por la necesidad de liberación de la dependencia económica, mediante la creación de mecanismos alternativos y solidarios, para resistir las políticas neoliberales que mantienen a las sociedades árabes en un estado de mayor subordinación, de acuerdo con Amin.

Proyecto alternativo regional

Anis Naccache analiza el proyecto alternativo de construcción de un espacio económico regional entre Irán y los países árabes para consolidar la independencia frente a las potencias occidentales, una construcción que trasciende las divisiones de identidad para despertar el interés económico común.

Tomando el ejemplo iraní, él cree que la construcción de un Estado fuerte y soberano con una economía productiva nacional es el requisito previo para el desarrollo. Las instituciones democráticas y la liberalización política no son suficientes para eliminar los impedimentos estructurales del desarrollo.

Mounir Chafik, por su parte, favorece un enfoque político basado en una evaluación realista de los reportes de fuerzas, para analizar la dinámica regional. La complejidad mundial y regional requiere romper con anticuadas grillas de análisis que se oponen a un enfoque binario en dos ejes.

El punto básico sigue siendo una transformación sustancial de las relaciones de poder, una multiplicación y diversificación de alianzas, y un distanciamiento de las relaciones de dependencia.

El antagonismo persistente entre Washington y Riad, Ankara, o El Cairo son todos ejemplos llamativos de la autonomía progresiva de los aliados tradicionales de la política de EEUU.

El borrado de los Estados Unidos ha dado paso a un vacío de poder que las fuerzas ascendentes regionales están ahora tratando de ocupar, esencialmente a través de conflictos entre estas fuerzas regionales que tienden a liberarse gradualmente de la tutela exterior, para llevar adelante una política más acorde con sus propios intereses.

Pero si bien estos desarrollos pueden tomar la forma de una radicalización del enfrentamiento, no obstante constituyen una ventana de oportunidad. Los operadores regionales tienen la oportunidad de encontrar un modus vivendi y lograr un compromiso histórico.

Para Mounir Chafik, ahora más que nunca, el mundo árabe puede dar forma a su propio destino.

Nota: La publicación original de L’Orient Le Jour puede encontrarse siguiendo este enlace .