Informe Especial: Tercera Parte: Jordania
La tercera entrega del informe especial: El Mundo Árabe según occidente, está dedicada a Jordania. La monarquía jordana es uno de los más importantes aliados de EEUU en la región. La relación especial se mantiene a través de un balance de favores, donde Jordania recibe ayuda militar y EEUU un aliado más en sus coaliciones. El entendimiento fue posible tras la firma de la paz con Israel. Pero ¿es esa la imagen que occidente promueve de Jordania? Un repaso por los índices propuestos nos permitirá responder el interrogante.
Polity IV evalúa la calidad de gobierno y otorgó en 2010 a Jordania -3 puntos (autocrático). La calificación es similar a la recibida por Egipto y Yemen, obteniendo una nota de 2 en la dimensión de democracia, y 5 en autocracia. La comparación es útil, debido a que el gobierno en los tres países es constitucional. A pesar de ello, la separación de poderes es inexistente, y el poder de decisión residía en una persona: Mubarak en Egipto, Saleh en Yemen, y Abdullah en Jordania.
Con respecto a la elección del poder ejecutivo, el informe destaca la dualidad del puesto de Primer Ministro. Por un lado, el cargo es designado a dedo por el monarca, mientras que sus funciones son reguladas por un documento constitucional. Por la misma razón, y dado que el Rey Abdullah fue designado Príncipe por su padre, Jordania es un híbrido de las categorías “monarquía hereditaria” y “monarquía constitucional.”
Con respecto a los límites al poder ejecutivo, el documento afirma que son mínimos a moderados. Específicamente, el informe resalta que los 55 miembros de la Cámara Alta son elegidos por el Rey, y que la elección popular de los 104 miembros de la Cámara Baja no democratizó el sistema político. En otras palabras, el Parlamento continua siendo un lugar de debate, incapaz de quebrar la influencia del Rey.
El informe cierra destacando la falta de competencia política. La intimidación de fuerzas políticas de oposición y el fraude electoral, son herramientas para controlar disidentes. Las diferencias entre las tribus beduinas de Cisjordania (oficialistas seculares) y palestinos (opositores islámicos) se evidencio a través de la violencia a partir de 2002, que desemboco en el anuncio de reformas liberales. Sin embargo, los anuncios fueron frenados tras la victoria electoral de Hamas en Palestina 2006 y la inestabilidad regional a partir de 2007.
A pesar de las demandas por un sistema democrático, no se esperan mayores reformas en Jordania. El Rey Adbullah sorteó protestas en 2002 y 2011 con éxito, y desde entonces afianzó su poder a través de los líderes tribales del sur. Además, la violencia incitada por E.I. desde Siria le ha sido funcional para aislar a las facciones políticas religiosas. Todo ello a pesar de un aumento de la militancia religiosa en el país.
Transparencia Internacional mide niveles de corrupción y calificó en 2014 a Jordania con 49 puntos (corrupto). La calificación lo ubicó en el puesto 55 entre 175 países. En comparación con Líbano y Siria, el nivel de corrupción percibida es considerablemente menor. En cuanto al control de la corrupción, Jordania se ubica dentro del promedio, y recibió una nota de 0.04 (escala -2.5 a 2.5).
En 2010, el organismo midió el acceso (público) al presupuesto nacional. En esta categoría Jordania obtuvo 50/100 puntos, gracias a la publicación de algunos documentos del presupuesto nacional, y el control de la legislatura y otras instituciones sobre el gasto público.
El sector privado en Jordania no percibe altos niveles de corrupción. Ello puede ser por dos razones. Primero, los controles sobre la administración pública funcionan correctamente. Segundo, el Rey Abdullah ejerce un control exhaustivo de los fondos. Porque la transparencia y responsabilidad no son características de Estados autocráticos.
El tercer índice, Paz Global, estima el nivel de conflictividad estatal y otorgó en 2014 a Jordania 1,861 puntos (pacífico). Ese puntaje lo ubica en el puesto 56, tercero en la región detrás Qatar y Emiratos Árabes Unidos, con un costo estimado de la violencia de u$s 2.200 millones.
Al observar con detalle los indicadores, inestabilidad política es el peor puntuado con 3,5/5 puntos. De cerca, con 3/5 puntos le siguen criminalidad percibida en la sociedad, manifestaciones violentas, terror político, y relaciones con los pueblos vecinos. Un punto más abajo se encuentra gasto militar, acceso a las armas pequeñas y armas ligeras, actividad terrorista, personal de las fuerzas armadas y conflictos luchados.
El índice se complementa con mediciones sobre actividades terroristas en el país. Jordania obtuvo una calificación de 1,76 puntos, ubicándose en el puesto 70 entre 162 países (alguna actividad terrorista). El índice informó que para el año 2013, ocurrieron 2 incidentes terroristas, sin heridos ni fatalidades.
En Jordania la ausencia de milicias como en Siria e Irak, tiene un impacto visiblemente positivo sobre ambos índices. Por otro lado, el índice no refleja el gasto militar del gobierno jordano. Es más, el índice otorga a Líbano—que tiene prohibida la compra de armamento y las Fuerzas Armadas poseen un menor número de personal—una calificación peor que Jordania en la dimensión militarización. Por último, las Fuerzas Armadas de Jordania formaron parte de intervenciones militar en Yemen (2009-2010), Libia (2011), y Siria (2014-2015).
El cuarto índice, Desarrollo Humano computa un promedio de bienestar y calificó a Jordania en 2014 con 0,745 puntos (alto desarrollo humano), ubicándolo en el puesto 77 entre 187 países. Además, el informe resalta un crecimiento acumulado del 27 % entre 1980-2013, siendo años de escolaridad (200%) el indicador con la mayor evolución.
El nivel de desarrollo humano de Jordania aumentó a la par de Arabia Saudita hasta el año 1995. Desde entonces la tendencia ascendente desaceleró, replicando un crecimiento similar al de Emiratos Árabes Unidos. A pesar de todo, la tendencia continúa siendo positiva y se mantiene por encima de la media regional.
El reporte de Naciones Unidas también incluye mediciones sobre desigualdad. Al corregir el índice por desigualdad en la distribución del desarrollo humano, Jordania recibe una calificación de 0,607 puntos. La corrección representa una pérdida de 18.5%, un punto por debajo de la media para países con alto desarrollo humano y 6 puntos por debajo de la media regional.
Con respecto a la desigualdad de género, Jordania recibe un puntaje de 0,488, ubicándolo 101 entre 149 países. Este resultado se debe principalmente a la baja participación de mujeres en el mercado laboral (15.3% contra 66.2%). Por último, sobre las privaciones en educación, salud y bienestar para el año 2009, el índice multidimensional de pobreza informa que la pobreza multidimensional (1.9%) es casi el doble de la pobreza (1%).
El desarrollo humano en Jordania desarrolló una tendencia positiva durante los últimos 30 años, que desaceleró a partir de 1995. A pesar de ello, la desigualdad en el país con respecto a la distribución de ese desarrollo es baja. También es bajo el nivel de pobreza en el país, mientras que la desigualdad de género sigue siendo notoria a pesar del ingreso de mujeres al Parlamento y similar educación.
El índice Progreso Social mide múltiples dimensiones de mejoramiento social . Para el año 2014 Jordania recibe una puntuación de 61.92, ubicándolo en el puesto 75 entre 123 países. Necesidades humanas básicas (81.31 puntos) y bases para el bienestar (61.15), en comparación con países de similar GDP per cápita, son las dimensiones con mejor y peor calificación respectivamente.
Dentro de la dimensión oportunidades, derechos personales, que incluye a los indicadores derechos políticos, libertad de expresión y libertad de movimiento, es la peor categoría calificada. Entre los indicadores de necesidades básicas humanas, se destacan nutrición y provisión de alimentos, como también acceso a agua corriente y acceso a servicios sanitarios.
Por último, el Estado Jordano es eficiente en la provisión de servicios públicos y vivienda, siendo la educación e información los sectores menos favorecidos. Por otro lado, y al igual que Líbano y Siria, el impacto global continúa siendo una temática ignorada. En general Jordania es presenta un progreso social moderado, con un claro limite sobre los derechos personales.
El sexto y último índice, Planeta Feliz, calcula la capacidad estatal para suministrar largas, felices y sustentables vidas y calificó a Jordania con 51,7 puntos (felicidad media-alta). Entre los 151 países, la el país se ubica en el puesto 27, siendo expectativa de vida (73,4 puntos) la dimensión mejor calificada e impacto ambiental (2,1) la peor. La corrección por desigualdad tuvo un pequeño impacto sobre la calificación de Jordania, mejorando la calificación 1 puesto desde su ubicación original. Este cambio refleja lo observado anteriormente por el índice de desarrollo humano, en su versión corregida por desigualdad.
A modo de resumen y según los indicadores, Jordania es un país con un gobierno autocrático y pacífico, con baja corrupción. Además, posee un desarrollo humano alto y progreso social promedio, reflejado por una sociedad feliz.
En general, la imagen propuesta por los índices de Jordania esconde algunos detalles. Destaco la militarización del Estado, la mala relación con sus vecinos (Siria, Irak y Palestina), y la participación en intervenciones militares. Por último, se observa un intercambio tácito entre el electorado y el gobierno, de estabilidad política y económica en detrimento de las libertades personales y políticas.
Nota: Haga click aquí para visitar la introducción de este informe especial y encontrar una descripción de los objetivos e índices.
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