Informe Especial: Segunda Parte: Siria
La segunda entrega del informe especial: El Mundo Árabe según occidente, está dedicada a Siria. En febrero de 2011, las primeras protestas contra el gobierno de Bashar Al Asad dieron origen al actual conflicto armado. Entre medio, las demandas por mayor democracia quedaron a un lado, y el daño de infraestructura causada amenaza la viabilidad económica del país.
El primer índice, Polity IV, califica la calidad de gobierno y otorgó en 2010 a Siria -7 puntos (autocracia). La calificación es similar a la recibida por Irán y Libia, obteniendo una nota de 0 en la dimensión de democracia, y 7 en autocracia. El dominio del aparato estatal por el Partido Baath, la sucesión presidencial hereditaria, y la falta de competencia política son claves para entender la calificación otorgada.
Con respecto a la elección presidencial, el informe de Polity IV destaca una tendencia hacia la instauración de una “dinastía republicana.” Agregando que cualquier designación presidencial continua siendo un proceso consensuado entre los líderes del partido Baath. Por último, responsabiliza a la “vieja guardia” del partido por la demora en las reformas económicas propuestas desde el ejecutivo.
Con respecto a los límites al poder ejecutivo, el documento los describe como mínimos a moderados. Específicamente, se resalta la ausencia de un sistema de pesos y contrapesos entre los poderes, debido a la fortaleza del poder ejecutivo. Por lo mismo, el sistema político de Siria se describe como centralizado, y el partido Baath en general, y de Bashar Al Assad en particular.
El informe cierra destacando la falta de competencia política. Una característica fundamental para la estabilidad política del país, debido a la variedad de fracturas étnicas y religiosas de la sociedad siria. Por la misma razón, el documento resalta la aceptación tácita de dichas condiciones, como un intercambio entre la sociedad y el gobierno, que asegura la paz social. Este acuerdo de caballeros sin embargo, se quebró durante 2011; motivo por el cual no se espera una mejora del índice en sus próximas ediciones.
El segundo índice, Transparencia Internacional, mide niveles de corrupción y calificó en 2014 a Siria con 20 puntos (muy corrupto). Esa calificación lo ubicó en el puesto 159 entre 175 países. En 2010 el organismo también calificó el control de corrupción, o la percepción del público sobre la utilización del poder público para beneficio privado, con una puntuación de -1.05 (escala -2,5 a 2,5). Ello ubica a Siria entre el 15% de países con mayor malversación de fondos para el enriquecimiento ilícito.
Por razones de seguridad, el relevo de los datos se ha vuelto un problema. Tal es así que no existen datos sobre la opinión pública. Por la misma razón, la información disponible sobre Siria es limitada. Esto no solo es un contratiempo para los objetivos de este informe, sino que además genera sospechas sobre la objetividad de la información disponible.
El tercer índice, Paz Global, estima el nivel de conflictividad estatal y otorgó en 2014 a Siria 3,65 puntos (muy conflictivo). Ese puntaje lo ubica en el puesto 162, último entre los países relevados, con un costo estimado de la violencia de u$s 25.960 millones.
Al observar con detalle los indicadores, 10 de los 22 indicadores de conflictividad obtienen una puntuación de 5. Criminalidad percibida en la sociedad, oficiales de seguridad y policía, acceso a armas, conflicto organizado (interno), demostraciones violentas, crimen violento, terrorismo político, muertes por conflicto (interno), población desplazada y relaciones con países vecinos, son los indicadores con la peor calificación. Actividad terrorista e inestabilidad política completan la descripción de Siria con 4 y 4,5 puntos respectivamente.
El índice se complementa con mediciones sobre actividades terroristas en el país. Esta medición otorga a Siria una calificación de 8,12 puntos, ubicando al país en el puesto 5 de 162 países (alta actividad terrorista). De acuerdo con el índice, durante 2013 se reportaron 217 incidentes, con un total de 1776 heridos y 1078 muertes.
Ambas mediciones son sensibles a la presencia o ausencia de conflicto. En Siria particularmente, la presencia de milicias religiosas como Jabhat Al Nusra y Estado Islámico, hace que las mediciones sean particularmente negativas por la virulencia de sus actos. Por eso mismo, un acuerdo de paz entre el gobierno y organizaciones de oposición seculares tendrá un efecto positivo sobre el índice, pero su total recuperación depende de la desaparición de las milicias religiosas.
El cuarto índice, Desarrollo Humano, computa un promedio de bienestar y calificó a Siria en 2014 con 0,658 puntos (nivel de desarrollo promedio). La nota ubicó al país en el puesto 118 entre 187 países, acumulando un crecimiento del 24,6% entre 1980-2013, siendo años de escolaridad (30%) el indicador con la mayor evolución.
En este índice, Siria se ubica entre los países con un desarrollo humano promedio, similar al de Irak y Egipto. Luego de corregir el índice por desigualdad, la nueva calificación es 0,518 y pierde un 21.2% debido a la inequitativa distribución de la riqueza. Una perdida similar a la de Líbano, por debajo de la media regional de 24.9%.
La corrección por desigualdad del índice de desarrollo humano es parte de un reporte de Naciones Unidas, que también mide la desigualdad de género. Siria recibe una calificación de 0,556 puntos, ubicándolo en el puesto 124 entre 143 países. Ello se debe a la muerte de 70 mujeres por cada 1.000 nacimientos, y poca participación en el mercado de trabajo (13.4% de mujeres en comparación con el 72.7% de los hombres). Con respecto a la educación, la diferencia entre géneros es del 10% en favor de los hombres. Por otro lado, la participación de mujeres en el parlamento es 4 veces más alta que en Líbano.
El desarrollo humano en Siria describe una tendencia positiva para los últimos 30 años. Esa moda sin embargo, ha comenzado a revertirse a razón del conflicto interno. La emigración de ciudadanos sirios y destrucción de infraestructura, tendrá un efecto negativo perceptible sobre los indicadores en los próximos años.
El quinto índice, Progreso Social, mide múltiples dimensiones de mejoramiento social . Debido al actual conflicto y los problemas de seguridad asociados con ello, no se pudo relevar la información necesaria para construir el índice. Cabe recordar que este índice comenzó a realizar mediciones en el año 2013.
Se puede especular que el índice no otorgue una buena calificación a Siria, por la misma razón que no se puede medir—el conflicto y sus repercusiones sociales. Específicamente, el deterioro de infraestructura tendrá un impacto negativo considerable sobre las dimensiones necesidades básicas humanas y bases para el bienestar. Por otro lado, la dimensión oportunidad es la que menos sufrirá, pero tampoco recibirá una buena calificación. Esa mala nota se deberá a una baja calificación en las categorías derechos personales, tolerancia e inclusión y acceso a educación terciaria.
Siria tiene aquí un panorama complicado, específicamente debido a la destrucción material asociada con el conflicto desatado en 2011. Las actividades de organizaciones como Estado Islámico (intolerancia religiosa, discriminación contra minorías, libertad sobre decisiones de vida, y criminalidad violenta) y la destrucción de infraestructura de servicios públicos (mortalidad infantil, acceso al agua, acceso a la vivienda, e inscripción en educación primaria y secundaria) tienen un visible impacto sobre los indicadores para Siria. Por la misma razón, la acción del Estado sirio será clave para la reconstrucción del país y obtención de una buena calificación.
El sexto y último índice, Planeta Feliz, calcula la capacidad estatal para suministrar largas, felices y sustentables vidas y calificó a Siria con 47,1 puntos (felicidad media-alta). Entre los 151 países, la el país se ubica en el puesto 48, siendo huella ecológica (1.5) la dimensión mejor calificada y bienestar experimentado (4.1) la peor. La corrección por desigualdad tuvo un fuerte impacto sobre la calificación de Siria, retrasando al país 21 puestos desde su ubicación original.
La mejora de este índice depende en gran parte de cómo se desarrolle el conflicto actual en Siria. En otras palabras, la continuidad del conflicto otorgará al país una calificación cada vez menor. Por otro lado, la finalización del conflicto abre las puertas a una automática mejora del bienestar experimentado y expectativa de vida, mientras que la dimensión huella ecológica requerirá de un plan a largo plazo.
A modo de resumen y según los indicadores, occidente promueve una imagen autocrática, con un nivel de desarrollo humano promedio en decadencia, reflejado por un alto nivel de corrupción y corrupción. A pesar de todo eso, el nivel de felicidad media-alta evidencia una sociedad inquebrantable.
La imagen de Siria, construida a través de los índices y basados en valores occidentales, no se encuentra lejos de la realidad. En otras palabras, el efecto destructivo del actual conflicto ha sido reflejado por los índices. El deterioro de la infraestructura, presencia de violencia sectaria y ausencia de competencia política son tres indicadores que evidencian un difícil momento.
Nota: Haga click aquí para visitar la introducción de este informe especial y encontrar una descripción de los objetivos e índices.
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