Informe Especial: Qatar
La décima quinta entrega del informe especial, El Mundo Árabe según Occidente, está dedicado a Qatar. El emirato es uno de los principales productores de petróleo mundiales, y posee alrededor del 10% de las reservas probadas de petróleo.
Polity IV analiza las características de gobierno, y calificó a Qatar en 2010 con una puntuación de -10 (autocracia/monarquía autoritaria). La calificación denota un tipo de gobierno con participación política gravemente limitada o reprimida, la elección del poder ejecutivo se realiza por medio de reglas preestablecidas por la elite política, y una vez electo, la ausencia de balance de poder es notable. Qatar recibió la misma calificación que Arabia Saudita, y dos puntos por detras de EAU.
Qatar es una monarquía hereditaria, y no hay elección del ejecutivo se realiza, el puesto es adjudicado a un miembro de la familia Al Thani desde 1916. Sin embargo, desde 1972 la transferencia de poder no se realiza de otra manera que no sea por medio de golpes de palacio, o golpes de estado sin derramamiento de sangre. El último golpe exitoso ocurrió en 1995, y dejo a Sheikh Hamad Bin Khalifa Al Thani en el poder.
Los límites al poder ejecutivo son inexistentes, porque en Qatar el Emir concentra el poder absoluto. Además, la autoridad política se construye a través de un sistema híbrido donde se combinan tradiciones beduinas e instituciones burocráticas modernas. Por último, el poder legislativo es un órgano de consulta y el judicial está sujeto a supervisión del ejecutivo.
La participación política es reprimida. El 75% de los habitantes de Qatar son extranjeros, los partidos políticos están prohibidos, y el derecho a reunión y asociación severamente coartados. Por otro lado, los derechos humanos de ciudadanos y extranjeros están legalmente protegidos, y la prensa enfrenta pequeñas restricciones.
Transparency International mide niveles de corrupción percibida, y calificó con 69 puntos (poco media) a Qatar en 2014. Esa calificación le valió el puesto 26 entre 175 países observados, compartiendo la ubicación con Francia y Estonia, por detrás de EAU.
Sobre el control de corrupción, calificó a Qatar con una nota de 1,52 puntos (escala +/-2,5). En otras palabras, hay una correlación negativa muy fuerte entre el ejercicio de una oficina pública y el beneficio privado. Por último, no hay información sobre secreto financiero y acceso al presupuesto, y el país no adhiere a la Convención Anti-Corrupción de la OCDE.
Visión de la Humanidad estima niveles de conflictividad estatal, y asignó a Qatar en 2014 una calificación de 1,488 puntos (muy poca conflictividad). Esa nota le valió el puesto 23 entre 162 países, con un costo estimado de la violencia de u$s 11.076 millones.
Por su mala calificación se destacan los indicadores importaciones de armas convencionales (4/5), oficiales de seguridad y policía (3,5/5), inestabilidad política (3/5) y relaciones con los países vecinos (3/5). Entre los indicadores mejor calificados se destacan homicidios, intensidad de conflicto (interno), manifestaciones violentas, crímenes violentos, terror político, impacto de terrorismo, personal de las fuerzas armadas, exportaciones de armas convencionales, personas desplazadas, conflictos luchados (externos) y conflictos luchados (internos) (1/5).
Sobre la actividad terrorista, no se registró impacto alguno sobre Qatar durante el año 2013, ubicándose en el puesto 124 entre 162 países.
El Índice de Desarrollo Humano evalúa el crecimiento social, y en 2014 calificó a Qatar con 0,851 puntos (muy alto desarrollo humano), alcanzando el puesto 31 entre 187 países. La calificación ubica al país por debajo del promedio para los países de muy alto desarrollo (0,890), y por encima del promedio para los países árabes (0,682).
En términos comparados, durante el período 1980-2010 Qatar refleja un progreso social similar al de Bahréin y Kuwait, registrando una mejora total del 16,7%. El indicador educación mostró la mayor mejora, seguido de cerca por expectativa de vida,mientras que PBI per cápita sufrió un pequeño retroceso.
El índice desigualdad de género asignó al país una calificación de 0,524 puntos, ubicándose el puesto 114 entre 149 países. Se destaca que las mujeres ocupan el 0,1% de los asientos parlamentarios, el 66,7% alcanzó el nivel de educación secundaria (7% por encima de los hombres), y el 50,6% participa activamente del mercado laboral (95,6% de los hombres).
Progreso Social Indispensable evalúa las condiciones generales de vida y Qatar recibió una calificación parcial en 2014, porque los datos para la dimensión necesidades humanas básicas fueron recogidos de manera parcial.
Las dos dimensiones restantes que componen el índice se ubican por debajo de sus pares—fundamentos del bienestar recibió 70,60 puntos y oportunidades 52,15 puntos. De las categorías calificadas se destaca sustentabilidad del ecosistema (28,03 puntos) como la peor, y acceso a la educación básico (97,01 puntos) como la mejor.
Happy Planet evalúa la capacidad del estado para garantizar vidas largas, felices y sustentables, y calificó a Qatar con 25,2 puntos (muy infeliz), ubicándolo en el puesto 149 entre 151 países. La baja calificación es producto de un alto impacto ambiental (11,7), frente a una experiencia de bienestar promedio (6,6) y expectativa de vida alta (78,4). El ajuste por desigualdad beneficia a la clasificación general del país en 5 puestos (144) a pesar de la caída en el indicador expectativa de vida.
En conclusión, y de acuerdo con los datos ofrecidos por los índices aquí presentados, Qatar es un país autocrático/monarquía hereditaria y poco corrupto, con bajo nivel de conflictividad y desarrollo humano muy alto, pero con una sociedad muy infeliz.
Nota: Haga click aquí para visitar la introducción de este informe especial y encontrar una descripción de los objetivos e índices.
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