Informe Especial: Yemen
La décima tercera entrega del informe especial: El Mundo Árabe según occidente, está dedicado a Yemen. El país se encuentra actualmente en el medio de un conflicto armado que involucra a las potencias regionales y mundiales, como también a varias guerrillas y organizaciones terroristas, debido a su importancia para la lucha de EEUU contra Al Qaeda.
Polity IV analiza las características de gobierno, y calificó a Yemen en 2010 con una puntuación de -2 (anocracia). La calificación denota una categoría de gobierno que combina características de gobiernos democráticos y autoritarios de forma incoherente, tornándolo vulnerable a la inestabilidad política. La calificación alcanzada es similar a la obtenida por Sudán y Jordania. Para describir la gobernabilidad del país, el informe hace hincapié en 3 dimensiones: elección presidencial, límites al poder presidencial, y participación política.
Con respecto al primer punto, elección presidencial, el informe describe el proceso de selección presidencial como transitorio desde la autoselección. Específicamente, se resalta la instauración de procedimientos electorales por parte de Ali Abdullah Saleh, aunque sin ceder su control sobre el aparato estatal. Por la misma razón, Saleh pudo asegurarse la reelección en dos ocasiones (1999 y 2006) a pesar de las reformas. Los resultados favorables fueron facilitados por el boicot de la oposición en la primera instancia, y por el fraude en la segunda.
Sobre al segundo punto, límites al poder presidencial, el documento destaca la presencia de límites mínimos. En principio, se destaca el control unipartidario del gobierno bajo el mando de Saleh. Más, las únicas instituciones capaces de ofrecer alguna oposición al poder ejecutivo son el partido de gobierno o la legislatura, ambas bajo el estricto control del poder ejecutivo. Además, la constitución efectivamente concentra el poder en la autoridad ejecutiva al asignarle la designación del vicepresidente, primer ministro, y la formación del gabinete.
En referencia al tercer punto, participación política es considerada restringida y fragmentada. En ese sentido se destaca complejidad de las relaciones entre líderes tribales, grupos religiosos y partidos políticos regionales, todos controlados por un amplio aparato de seguridad. La dificultosa relación entre estos actores alimentó las protestas observadas a partir de 2011 en el país, que llevaron a la destitución de Saleh en 2012 y derivó en el actual conflicto armado.
Transparency International mide niveles de corrupción percibida, y calificó a Yemen en 2014 con una nota de 19 puntos (muy corrupto), valiéndole el puesto 161 entre 175 países observados. En términos comparados, en el país se perciben niveles de corrupción similares a los reportados en Venezuela y Libia.
Sobre el control de corrupción, el organismo otorga a Yemen una calificación de -1,14 puntos (escala +/-2,5). En otras palabras, hay una relación positiva entre los oficiales públicos y el beneficio privado. Quiero decir, el empleado público yemení está muy dispuesto a ser corrompido. Además, el índice de transparencia presupuestaria solo alcanzó los 25 puntos debido al pobre acceso a los documentos relacionados con el presupuesto nacional.
Visión de la Humanidad estima niveles de conflictividad estatal, y asignó a Yemen en 2014 una calificación de 2,629 puntos (conflictivo), ubicándolo en el puesto 147 entre 162 países. El organismo estima que ese nivel de conflictividad acarrea un con un costo u$s 4.305 millones.
Entre los indicadores que componen el índice, se destaca acceso a las armas pequeñas y las armas ligeras (5/5), criminalidad percibida en la sociedad (4/5), conflicto organizado (interno) (4/5), manifestaciones violentas (4/5), financiación de las misiones de paz de la ONU (4/5) y actividad terrorista (4/5). Además, le siguen de cerca y completando el cuadro de situación los indicadores crímenes violentos, inestabilidad política y terror político con 3.5 puntos.
La organización también mide la actividad terrorista, y califica a Yemen con 7,31 puntos, ubicándolo en el puesto 8 entre 162 países (gran actividad terrorista). La calificación se debe a los 295 incidentes informados, 291 víctimas fatales, 583 lesionados, y 65 propiedades destruídas.
Naciones Unidas elabora anualmente el Índice de Desarrollo Humano para asesorar las capacidades de crecimiento al alcance de los ciudadanos de cada país. Yemen recibió en 2014 una calificación de 0,500 puntos (bajo desarrollo humano), alcanzando el puesto 154 entre 187 países.
En términos comparados, el país refleja un progreso similar al de Marruecos y Sudán durante el período 1990-2013, con un crecimiento acumulado del 28,2%. De los cuatro indicadores formadores del índice, producto bruto nacionalacumuló el mayor progreso (80%). El resto de los indicadores, expectativa de vida, años de escolaridad totales y promedio no alcanzaron el 30% de progreso durante el período 1990-2014. Tras corregir el índice por desigualdad de oportunidades de desarrollo, la calificación original cae un 32,8% (0,366 puntos), dos puntos por encima de la media regional.
La desigualdad también es evidente en la distribución del desarrollo en términos de género, donde Yemen obtiene una calificación de 0,733 puntos, ubicándose en el último puesto (152). Esto se debe a la baja participación en el parlamento, pobre educación, y reducida participación del mercado laboral de las mujeres.
Progreso Social Indispensable evalúa multidimensionalmente las condiciones generales de vida, y otorgó a Yemen una calificación general para el año 2014 de 40,30 puntos (bajo progreso). En comparación con países de similar producto bruto interno, el país obtuvo una calificación menor que la de sus pares Camerún, Pakistán y Nicaragua.
La dimensión fundamentos del bienestar fue la mejor calificada alcanzando los 50,07 puntos, seguido de cerca por necesidades básicas humanas con 49,72 puntos, y más atrás oportunidades con 21,12 puntos. Las categorías nutrición y asistencia médica básica (71,15 puntos) y salud y bienestar (64,93 puntos) obtuvieron los mejores resultados, mientras que tolerancia e inclusión (20,40 puntos) y derechos personales (15,52 puntos) recibieron las calificaciones más bajas. Solo el indicador tasa de homicidios reportó una nota superior a la de sus pares.
El último índice es elaborado por Happy Planet , evalúa la capacidad del estado para garantizar vidas largas, felices y sustentables. Yemen recibió en 2014 una calificación de 43 puntos (felicidad media), ubicándose en el puesto 68. De los tres indicadores que conforman el índice, expectativa de vida es el mejor calificado, seguido por bienestar experimentado e impacto ecológico. Luego de ajustar la medición por desigualdad, la calificación del país cae 13 puesto, quedando relegado al puesto 81 en la calificación general.
En conclusión, y de acuerdo con los datos ofrecidos por los índices analizados, Yemen es un país con gobierno anocrático, muy corrupto, conflictivo, con felicidad media, bajo progreso social y bajo desarrollo humano.
Nota: Haga click aquí para visitar la introducción de este informe especial y encontrar una descripción de los objetivos e índices
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