Informe Especial: Marruecos
La décima entrega del informe especial: El Mundo Árabe según occidente, está dedicado a Marruecos. Es uno de los países más populares durante el verano europeo por sus playas de una belleza inigualable. Una imagen difícil de reconciliar con las particularidades del tipo de gobierno y la realidad de la población autóctona. Es una especie de Cuba en el Mundo Árabe.
Polity IV analiza las características de gobierno, y calificó a Marruecos en 2010 con una puntuación de -2 (autocracia). La calificación denota un tipo de gobierno donde la participación ciudadana es limitado o reprimida, donde el poder ejecutivo es elegido por reglas preestablecidas (normalmente hereditario) por la elite política, y el balance de poder es inexistente. La calificación alcanzada por el país es similar a la obtenida por Irán, Kuwait, Libia y Siria. Para describir el gobierno marroquí, el informe hace hincapié en 3 dimensiones: elección presidencial, límites al poder presidencial, y participación política.
Con respecto a la primera dimensión, el informe describe al proceso de selección presidencial como designado y hereditario. Específicamente, se resalta la existencia de una monarquía islámica desde la Edad Media y constitucional desde 1962. En papel el gobierno se describe como monarquía social demócrata pero en la práctica se observa una monarquía hereditaria, porque el presidente es también Jefe de Estado, líder civil y religioso supremo, y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.
Sobre la segunda dimensión, límites al poder presidencial, el documento describe presencia de pequeños a moderados límites. A pesar de la concentración de poder, el Rey Hassan promovió dos reformas (1992, 1996) donde otorgó mayor presencia a la legislatura, tras crear una cámara alta. De acuerdo con la constitución, la legislatura puede, entre otras cosas, proponer reformas legislativas, declarar la guerra, reformar la constitución e realizar un voto de confianza sobre el gabinete. Por otro lado, el Poder Judicial ha servido al Poder Ejecutivo y su rol institucional es menor.
En referencia a la tercera dimensión, la participación política, se describe como liberalización guiada. Al respecto, el informe plantea que la monarquía hereditaria ha sufrido cambios desde su independencia en 1956. Esto implica el incentivo de partidos políticos, sindicatos, concejos comunales y uniones de profesionales. A pesar de ello, la competencia entre las fuerzas no es democrática, porque el Estado compra votos y reprime organizaciones políticas consideradas peligrosas para el orden interno.
Transparency International mide niveles de corrupción percibida, y calificó a Marruecos en 2014 con una nota de 39/100 puntos (corrupto), valiéndole el puesto 80 entre 175 países observados. En términos comparados, el país se ubica apenas detrás de Túnez (40 puntos) y por delante de la Argentina (34 puntos).
Sobre el control de corrupción, el organismo otorga a Marruecos una calificación de -0,15 puntos (escala +/-2,5). En otras palabras, hay una relación positiva entre oficina pública y beneficio privado. Quiero decir, el empleado público marroquí está dispuesto a recibir una coima, desviar fondos, etc. La organización también analiza el acceso al presupuesto y lo califica con una nota de 28/100 (mínimo), o lo que es lo mismo, el acceso a la información necesaria para controlar el gasto pública el limitada.
Visión de la Humanidad estima niveles de conflictividad estatal, asignando a Marruecos en 2014 una calificación de 1,915 puntos (muy poco conflictivo), ubicándolo en el puesto 63 entre 162 países, con un costo de violencia que alcanza los u$s 8.440 millones.
Entro los indicadores con la calificación más baja se destacan: conflicto organizado (interno), manifestaciones violentas, crímenes violentos, inestabilidad política, terror político y relaciones con los vecinos, todos con 3/5 puntos. El cuadro destaca un escenario interno por lo menos inestable y muy pacífico hay afuera, porque todos los indicadores de presencia de armas livianas o nucleares, y número de desplazados y muertos es mínimo.
La organización también mide la actividad terrorista en el país, otorgando al país una calificación de 2,11 puntos (alguna actividad), ubicándolo en el puesto 67 entre 162 países. Lamentablemente el índice no proporciona detalles para justificar la calificación asignada al país.
Naciones Unidas elabora anualmente el Índice de Desarrollo Humano para asesorar las capacidades de crecimiento al alcance de los ciudadanos de cada país. Marruecos recibió en 2014 una calificación de 0,617 puntos (medio desarrollo humano), alcanzando el puesto 129 entre 187 países. En términos comparados, el país se ubica por debajo Siria e Iraq.
El documento resalta que en línea con las tendencias mundiales, la calificación de Marruecos entre 1980 y 2013 describió una tendencia positiva, acumulando durante el período un crecimiento del 54,6%. Además, se destaca que el indicador años promedio de escolaridad tuvo el mayor crecimiento, seguido por PBI per cápita (90%) y expectativa de vida (12%) en el último lugar.
Con respecto a la desigualdad de género, el informe ubica a Marruecos en 2013 en el puesto 92 entre 149 países con un puntaje de 0,460. Se destaca que la educación secundaria y presencia en el parlamente de las mujeres es la mitad de la de los hombres para ambos indicadores. Por otro lado, la participación de las mujeres en el mercado laboral (43%) se encuentra 10 puntos detrás de los hombres (57,4%).
Progreso Social Indispensable evalúa multidimensionalmente las condiciones generales de vida, y calificó en 2014 a Marruecos con una nota de 59,56 puntos (progreso medio bajo), ubicando al país en el puesto 91. Al comparar la calificación con la de otros de similar PBI (Armenia, India, Paraguay y Jamaica), el país se ubica en el promedio.
Al observar en detalle las dimensiones que componen el índice, observamos que las dimensiones oportunidades (37,89) recibió la peor clasificación total y comparada. Ello se debe especialmente a la baja calificación recibida por las categorías acceso a la educación superior, tolerancia e inclusión, y derechos personales. Por otro lado, las dimensiones necesidades humanas básicas y fundamentos del bienestar alcanzan calificaciones comparadas promedio. De la primera, se destaca la categoría vivienda y seguridad personal por su alta calificación, mientras que de la segunda, se llama la atención sobre la categoría sustentabilidad del ecosistema por su baja nota.
El último índice es elaborado por Happy Planet , evalúa la capacidad del estado para garantizar vidas largas, felices y sustentables, y calificó en 2014 a Marruecos con 47,9 puntos (no muy feliz), ubicándolo en el puesto 44.
El índice se compone de tres indicadores y el peor calificado es impacto ambiental (1,3 puntos), seguido por bienestar experimentado (4,4 puntos), y expectativa de vida es el mejor calificado (72,2 años). Luego de corregir la medición, e incluir indicadores de desigualdad, la ubicación general del país mejora 2 puestos (60,1 puntos). Esto insinúa una sociedad equitativa por encima del promedio.
En conclusión, y de acuerdo con los datos ofrecidos por los índices analizados, Marruecos es un país autocrático y corrupto, muy poco conflictivo, con una no muy población feliz, progreso social medio bajo y medio desarrollo humano.
Nota: Haga click aquí para visitar la introducción de este informe especial y encontrar una descripción de los objetivos e índices
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