Hollywood mata árabes: la película
Desde la Redacción de DSL compartimos con nuestros lectores esta nota de atención, a cargo de dos intelectuales de la Colectividad Árabe de EEUU acerca de esta recién estrenada cinta fílmica, la cual encontramos claramente enmarcada dentro del conjunto de obras señaladas por el Dr. Jack Shaheen en su obra y documental “Reel Bad Arabs” .
Hollywood mata árabes: la película
El arte y la propaganda tienen una relación íntima. Particularmente en EEUU en la actualidad, donde las películas de guerra representan un género sagrado que muestra íntimamente a estadounidenses comunes y corrientes extraídos de la mundana clase media estadounidense y colocados entre los peligros de un campo de batalla extranjero donde se convierten en héroes de proporciones históricas.
La edición más reciente de este género, “American Sniper”, basada en el libro autobiográfico de Chris Kyle, un francotirador estadounidense, se centra en Irak.
La cinta dirigida por Clint Eastwoood, que en Latinoamérica se estrena como “Francotirador”(en Argentina ya lo hizo el 22 de enero ), contiene todas las características esenciales del género bélico: el soldado protagonista tratado como personaje principal, el paradigma del bien contra el mal y la ilustración de este como implacablemente maligno, amenazante y empecinado en la destrucción de todo lo puro y civilizado.
Francotirador (trailer ) no desilusiona y presenta esa dañina dicotomía reforzada con los frívolos tópicos sobre los iraquíes y musulmanes que atraen masas de espectadores. Tantos, que la película estableció un récord de taquilla durante su primer fin de semana, el cual se presume continuará en su segunda semana.
Debatiendo sobre el arte
El cine es arte, y la expresión creativa no debería restringirse legalmente. Sin embargo, el arte tiene el potencial de incitar, particularmente cuando los malvados en un éxito de taquilla son rotundamente configurados, maliciosamente desvirtuados y presentados como los incorregibles oponentes de EEUU y de su héroe con su fusil.
En Francotirador, los iraquíes no son más que forraje y enemigos a quienes Chris Kyle abate implacablemente a tiros para imponer un parasítico patriotismo hacia el que un amplio sector de EEUU no solo siente atracción, sino que además se compromete a perpetuarlo.
Todos los iraquíes en la película son presuntos culpables. Y por lo tanto merecedores de la deformada justicia , la cual Kyle, está más que dispuesto a imponer una y otra vez.
La violenta reacción racista inspirada por Francotirador evidencia que la cinta equipa a los promotores del odio cada vez con más munición. Y los objetivos de esta reacción son árabes y musulmanes, “cabezas de trapo” y cualquiera que se parezca a las caricaturas iraquíes expuestas en el film.
De manera que Francotirador es mucho más que un estudio de carácter. El principal protagonista, Chris Kyle, es un estadounidense común y corriente, que personifica a conciencia el extremo desdén por los musulmanes, que es endémico –y se intensifica– en el EEUU actual.
Además, Kyle ve su estadía en Irak como una oportunidad de vengar los ataques terroristas del 11-S, reduciendo el patriotismo a una vendetta sangrienta contra un populacho totalmente desconectado y disociado de ese ataque.
¿Estudio caricaturesco?
Esas ideas, y la visión del mundo del que surgen, no son solo las de Kyle. Más bien, mediante el posicionamiento del protagonista como un arquetipo, Kyle representa una posición basada en una perspectiva mucho mayor, adoptada por un sustancial segmento de la población de EEUU.
Además, esos puntos de vista se representan a través de un un héroe, vestido de combate, con gorro de béisbol e interpretado por una estrella de Hollywood rompecorazones, Bradley Cooper, quien considera que su matanza indiscriminada de 255 “despreciables malvados salvajes”, es una cruzada política y espiritual .
A través de la mirada distorsionada de Kyle, el espectador también ve a los iraquíes como objetivos. Sea una madre cubierta por un velo, un joven muchacho o el ficticio rival Mustafá, la inquietante encarnación del mal que tiene como objetivo el fin de Kyle y de todo lo que representa.
Como arte y propaganda, Francotirador continúa la tradición del género del cine bélico. Pero, dentro del contexto de la considerable intolerancia antiárabe y anti-islámica en EEUU, la película recuerda otra cinta épica críticamente aclamada pero racista, “El nacimiento de una nación” de DW Griffith, editada en 1915; la cual convirtió en personajes destacados a los miembros del Ku Klux Klan mediante deplorables representaciones de estadounidenses negros. Subsecuentemente, llama a los espectadores a tomar las armas contra los malvados.
Como numerosas películas anteriores, Francotirador refunde a los iraquíes con árabes y musulmanes, “Al Qaeda” y “yihadistas”.
Para Kyle y Eastwood, las distinciones sin irrelevantes. Volviendo a desplegar antiguas imágenes orientalistas, los iraquíes de la película aparecen, pobremente estructurados, como enemigos de los divinos demócratas y por lo tanto hay que acribillarlos metódicamente por el bien de Dios y la patria. Una creencia que, en el EEUU actual, está más cerca de la realidad que de la ficción.
Después del estreno de la cinta, el Comité Estadounidense Árabe contra la Discriminación (ADC) emitió una información a la comunidad ,y advirtió de un “significativo aumento de la violenta retórica del odio a las comunidades árabes y musulmanas estadounidenses”.
La información se publicó como reacción a la significativa cantidad de mensajes violentos contra los estadounidenses árabes y musulmanes después del estreno de “American Sniper”. Muchas de las amenazas se hicieron a través de las redes sociales.
Reacción violenta
Las amenazas propugnan el asesinato de estadounidenses árabes y musulmanes. En una de ellas ahora eliminada, el usuario de Twitter, Dex Harmon escribió: “Francotirador hizo que me entrasen ganas de ir a matar a algunos malditos árabes”, seguido por emoticones de tres pistolas.
La incitación al odio y ese tipo de amenazas no se deben ignorar. En su lugar, deben servir de señal de advertencia. Los discursos y la retórica de incitación al odio solo se seguirán sumando a la cultura de violencia, que llevará a más incidentes y más ataques. Particularmente dentro de un contexto ya maduro de odio antiárabe e islamofobia.
Las estadísticas reunidas por ADC, así como por el Centro Legal sobre la Pobreza del Sur, muestran que hubo un aumento del 50% de crímenes de odio contra árabes, musulmanes y los percibidos como árabes o musulmanes en EEUU. El aumento está correlacionado con el comienzo de la controversia de la llamada “Mezquita Zona Cero” (Park 51 ), que seguramente se intensificará con la reacción interior y global contra árabes y musulmanes después del reciente ataque a Charlie Hebdo.
Porque mientras existan la imaginería negativa y el odio permisible contra árabes y musulmanes, los miembros de las respectivas comunidades seguirán viviendo en un estado de constante temor de que podrían ser la próxima víctima de un crimen de odio. El precedente existe y la historia nos ha mostrado que a medida que la retórica empeora, la cultura de la imputación colateral y la perspectiva de violencia aumentan.
“American Sniper - Francotirador” es arte. Pero también es munición. El derecho a la expresión creativa debería ser atemperado por la responsabilidad. De otra manera la película solo realiza lo que colocó a su personaje protagonista en el centro de la atención pública: ataques indiscriminados contra árabes y musulmanes por “portación de rostro”. Lo cual, esperamos que no sea el objetivo de la película.
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(1) Khaled A Beydoun es profesor asistente de derecho en la Escuela de Derecho Dwayne O. Andreas en la Universidad Barry. Es oriundo de Detroit.
(2) Abed Ayoub es director legal del Comité Estadounidense Árabe contra la discriminación en Washington DC, y es oriundo de Detroit.
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