Amán: una ciudad construida sobre la arena del tiempo
Seguimos con el recorrido de ciudades árabes que podes visitar y esta vez le toca a Amán, Jordania. Amán es una moderna ciudad árabe y uno de los grandes centros culturales del Oriente Medio. Entérate un poco más sobre esta urbe en la nota.
Amán, capital de Jordania, es una ciudad fascinante llena de contrastes, una mezcla única de lo antiguo con lo moderno, situada estratégicamente en un área de colinas, entre el desierto y el fértil valle del Jordán.
En el centro comercial de la ciudad, se codean edificios ultramodernos, hoteles, modernos restaurantes, galerías de arte y boutiques con cafeterías tradicionales y talleres de artesanía. Cualquier rincón evidencia el pasado antiguo de la ciudad.
Debido a la prosperidad de la que disfruta la ciudad en nuestros días y a su clima templado, casi la mitad de la población de Jordania está concentrada en el área de Amán. Los barrios residenciales consisten principalmente en calles y avenidas perfectamente alineadas y flanqueadas por elegantes casas blancas, ya que una ley municipal establece el uso de la piedra local en la fachada de las casas.
El centro es mucho más antiguo y más tradicional. Allí hay negocios más pequeños que producen y venden casi de todo, desde artículos de joyería hasta utensilios del hogar.
Los habitantes de Amán son multiculturales, educados, hospitalarios y conforman una sociedad muy variada. Dan la bienvenida a los visitantes y muestran orgullosos su fascinante y vibrante ciudad.
En Amán viven 3 millones de personas, la mitad de toda la población que habita Jordania pero, a pesar de esto, no es una ciudad incómoda sino diáfana y con grandes espacios. Avenidas anchas y paseos peatonales ocupan la zona más moderna. Pero su casco histórico sí es irregular y laberíntico. Desde la Ciudadela se puede ver, perfectamente formado por casas de un blanco arena arracimadas, compactadas de tal manera que parecen un avispero gigante.
La Ciudadela es un hermoso lugar que encierra restos romanos, bizantinos e islámicos: el Palacio de los Omeyas (730 d.C.), los restos del templo de Hércules, las ruinas de una iglesia bizantina del siglo VI o VII d.C. Es un buen lugar donde sentase a contemplar anochecer. Es un lugar fascinante lleno de contrastes, que consigue mezclar lo antiguo con lo moderno de una manera única. Cuando el sol se despide, la arena del desierto que rodea la ciudad asciende y las luces de la ciudad tintinean entre una neblina sedosa.
Amán es una ciudad para disfrutar, sus encantos son los justos para abrir boca a un país inmenso, acogedor y mágico.
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