Actualidad Regional: Siria, Líbano, Palestina, Jordania e Iraq
Aumento de cooperación de interventores en Siria e Iraq, reinicio de actividades legislativas en Líbano, nuevo avance sionista sobre Palestina, y nueva tarea para Jordania.
Cada acto terrorista apuntado contra potencias occidentales, dentro y fuera del Máshreq, eleva la tensión regional en la medida que el número de operaciones militares en Siria e Iraq aumentan. Al mismo tiempo, el esquema de alianzas se complejiza con la profundización de la cooperación militar entre los interventores para evitar un enfrentamiento directo.
El derribo de un avión ruso en la zona de Sinaí (Egipto), las dos detonaciones en el barrio de Dahieh (Beirut), y el terror diseminado en las calles de París (Francia), generaron en los países integrantes del Consejo de Seguridad de ONU razones suficientes para aumentar el número de operaciones militares contra E.I., especialmente en Siria. Una novedad para Francia que operaba exclusivamente en Iraq.
Por el lado de Iraq, la operaciones del ejército iraquí con apoyo aéreo de la coalición anti-E.I. continúa avanzando sobre la provincia de Anbar. Actualmente E.I. se encuentra en franco retroceso, y la ciudad de Ramadi es el centro de las misiones terrestres y aéreas realizadas. Este avance que puso en jaque el control de territorio iraquí en manos de E.I. significó la renovación de la violencia en la ciudad de Bagdad.
A pesar de la reacción común de los interventores, sus objetivos son diferentes, motivo por el cual la cooperación estratégica es de suma importancia. Porque cualquier error de interpretación durante las operaciones militares de la actual guerra subsidiaria (proxy), desembocará en un enfrentamiento abierto entre la coalición anti-E.I.—EEUU, Reino Unido y Francia—y Rusia.
Esas malas interpretaciones son comunes en un escenario donde abundan la desconfianza, y las armas. Por eso es importante mantener el número de participantes, una tendencia que no parece posible tras lo ocurrido en Líbano. Este pequeño país es clave para el balance de poder regional por su proximidad a Siria, y sus vínculos externos con Arabia Saudita e Irán, representantes regionales de potencias occidentales.
Las inmolaciones ocurridas el jueves pasado en Beirut, quieren desestabilizar la frágil situación política y social, y arrastrarlo hacia el conflicto sectario propuesto pro E.I. Por esa misma razón, las detonaciones se concretaron durante las sesiones del Parlamento que trataron el vacío presidencial, la ley de lavado de dinero, el financiamiento de municipios, entre otras temáticas abordadas.
Además, el blanco de los ataques fue el barrio predominantemente shiíta de Dahieh, donde tiene su base política Hezbollah, quien desde bien temprano iniciada la crisis siria asistió militarmente al gobierno sirio primero, y luego con el libanés, para frenar el avance de E.I. Sin embargo, su carácter shiíta solo alimentó la lectura sectaria de su intervención, profundizando las fracturas políticas existentes.
Las sesiones parlamentarias representaron la reanudación de las actividades legislativas tras casi un año de inactividad, durante las cuales se aprobaron más de 20 borradores legislativos el día jueves, y porque los atentados no detuvieron la actividad legislativa del día siguiente. Además, se aprobó la formación de un comité para reformar la ley electoral que tomará forma el próximo miércoles.
Estos desarrollos en Siria y Líbano quitaron la atención de Palestina y los territorios ocupados, ambos marcados por el avance de colonos judíos, detenciones y ejecuciones ilegales israelíes. Tras varios meses de enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de ocupación israelíes, debido a la ocupación de la Mezquita Al Aqsa, la atención fue absorbida por los actos terroristas ocurridos la última semana.
En el día de hoy, 31 palestinos fueron detenidos mientras que otros 2 perdieron la vida. Y tras la reunión entre Barack Obama y Benjamín Netanyahu, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel manifestó que la licitación pública para 450 unidades de vivienda en el este de Al Quds (Jerusalén) es parte de un proyecto de 1.000 unidades. Las declaraciones dejan en evidencia la falta de compromiso israelí con la solución de dos estados, y la complicidad estadounidense.
Al mismo tiempo, la mezquita de Al Quds continúa sitiada por fuerzas israelíes de ocupación, y su acceso es limitado, debido al fracaso del proyecto auspiciado por Jordania. Además, la posibilidad de formar un nuevo gobierno de unidad se aleja a medida que la población palestina reduce su apoyo al proceso de negociación de la paz en respuesta al avance sionista.
Por último, Jordania se mantiene al margen de la violencia que caracteriza a la región, y continúa buscando financiamiento en Europa para el desarrollo de infraestructura. Al mismo tiempo, el país fue designado para crear una nueva lista de grupos extremistas operando en Siria. Esto último confirma el estrecho vínculo entre la monarquía y las potencias occidentales.
A modo de conclusión, la coalición anti-E.I. y Rusia aumentan su coordinación estratégica en la medida que el número de operaciones militares aumentan en Siria e Iraq. Mientras tanto, el avance sionista sobre Palestina perdió atención, y Jordania se retira de su rol como mediador y fortalece su vínculo con Occidente, dejando como único logro el reinicio de actividades legislativas en Líbano.
Noticias relacionadas
-
Líderes libios discuten sobre unificación de la institución militar
-
Libia reanuda producción petrolera
-
Argelia celebró el 60º aniversario de la independencia
-
Miles de mujeres del Mundo Árabe organizan una huelga generalizada contra los recientes crímenes ‘patriarcales’
-
Emiratos Árabes Unidos: Falleció el jeque Jalifa bin Zayed