Gaza, el lugar con más niños amputados en el mundo

Gaza es hoy el lugar con más niños amputados per cápita en el mundo, una tragedia humanitaria sin precedentes documentada por las Naciones Unidas. Después de más de un año de bombardeos incesantes del régimen de Tel Aviv, miles de niños han perdido extremidades y, en muchos casos, a sus familias enteras. La devastación en Gaza, agravada por el bloqueo y la destrucción de su infraestructura médica, pone a los menores en situaciones desesperadas donde incluso la atención básica es inalcanzable.

Historias de dolor y resistencia

Fuad, un adolescente de 16 años, sobrevivió a un bombardeo que destruyó su hogar y mató a sus padres y tres hermanos al instante. Fue rescatado de los escombros por su primo y trasladado al hospital Al-Shifa, el principal centro médico de Gaza. En medio del caos, los médicos tuvieron que amputarle la pierna sin anestesia. “Me dijeron que contara hasta tres, y entonces lo hicieron. No podía esperar a mi padre, no sabía que ya estaba muerto”, relató Fuad. Ahora, enfrenta una vida marcada por el trauma físico y emocional.

Otro caso conmovedor es el de Jihad, un niño de tres años. Tras un ataque cerca de su refugio en Khan Younis, perdió ambas piernas y parte de una mano. Su madre, Mai, cuenta cómo su hijo pasó de ser un niño lleno de vida a uno que llora constantemente y no entiende por qué ya no puede caminar. “Me pide zapatillas nuevas, pero no tiene pies. No sé qué responderle”, expresó con desesperación.

Un sistema de salud colapsado

El sistema sanitario de Gaza, que ya estaba bajo presión antes de los ataques, ha colapsado por completo. Los hospitales están desbordados, muchos han sido destruidos, y los médicos trabajan en condiciones extremas, sin los recursos básicos necesarios, como anestesia o medicamentos esenciales. Cada día llegan más heridos de gravedad, pero los médicos se ven obligados a tomar decisiones imposibles, como elegir a quién tratar con los limitados suministros disponibles.

Los datos son alarmantes: más de 17.000 niños han muerto en Gaza en el último año, mientras que otros 20.000 permanecen desaparecidos, probablemente enterrados bajo los escombros o en fosas comunes. La destrucción del sistema de registro de muertes hace imposible cuantificar el alcance real de la tragedia.

A la crisis sanitaria se suma una devastadora crisis humanitaria. Gaza enfrenta un invierno húmedo y frío, con miles de familias desplazadas viviendo en refugios improvisados, sin acceso a agua potable, electricidad ni alimentos suficientes. La ayuda humanitaria, bloqueada sistemáticamente por el régimen israelí, no llega a la población necesitada.

Las escenas son desgarradoras: niños caminando entre los escombros, madres desesperadas tratando de alimentar a sus hijos, y un futuro que parece cada vez más sombrío. Según la ONU, más de la mitad de los 2 millones de habitantes de Gaza son menores de edad, lo que convierte esta situación en un ataque directo contra la infancia.

La voz de la comunidad internacional

Lisa Doughten, representante de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), describió la situación en Gaza como una “tragedia sin precedentes” durante su intervención en la Asamblea General de la ONU en octubre de 2024. “Gaza es hogar del mayor número de niños amputados en la historia moderna. No podemos alegar ignorancia sobre lo que está ocurriendo, ni permitirnos mirar hacia otro lado”, afirmó.

Doughten también destacó que las mujeres en Gaza tienen tres veces más probabilidades de sufrir abortos o morir durante el parto debido al colapso del sistema de salud. Estas cifras reflejan la magnitud del sufrimiento que vive la población, especialmente los grupos más vulnerables.