Brutalidad israelí en Tulkarem y Gaza: Testimonios de horror y resistencia

Las tropas israelíes se retiraron de la ciudad de Tulkarem, en Cisjordania ocupada este lunes 1 de julio, después de haber irrumpido en la ciudad palestina a primera hora de la mañana, dejando tras de sí una destrucción masiva y varias víctimas. El ejército israelí invadió el campamento de Nour Shams, donde se desataron enfrentamientos con combatientes palestinos. En represalia, ejecutaron a dos palestinos: una mujer y un niño.

Las fuerzas de ocupación abrieron fuego al azar mientras se retiraban, dejando un saldo de cuatro heridos más y detonaron una casa, impidiendo la llegada de equipos de defensa civil. La ocupación impuso un estricto asedio al campamento, desplegando francotiradores en los tejados.

Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa y la Brigada Tulkarem de las Brigadas Quds del movimiento Yihad Islámica enfrentaron a las tropas israelíes con disparos y artefactos explosivos, causando heridas graves a varios soldados y vehículos antes de la retirada de las tropas invasoras. La resistencia palestina demostró una vez más su determinación frente a la brutalidad sionista.

Mientras tanto, en la Franja de Gaza, la situación no es diferente. Nuevas imágenes obtenidas por Al Jazeera el 30 de junio documentan el uso de civiles palestinos como escudos humanos por parte del ejército israelí, una táctica utilizada durante años por la ocupación israelí. Los videos muestran a prisioneros palestinos vestidos con uniformes del ejército israelí y equipados con cámaras corporales, siendo forzados a ingresar a edificios o túneles para asegurarse de que no estuvieran equipados con explosivos.

En uno de los videos, dos palestinos son obligados a entrar en los escombros de una casa para buscar una entrada de túnel, informando a los soldados que solo encontraron tierra y concreto.

Otro video muestra a un prisionero siendo forzado a ingresar a un túnel atado a un cable sostenido por soldados israelíes en la superficie. "Chicos, el ejército me está usando como señuelo", grita el prisionero, esperando que los combatientes de la resistencia lo escuchen y sepan que no deben abrir fuego.

Un tercer video muestra a un prisionero herido, sin ropa, siendo obligado a ingresar a un edificio acompañado de un dron para asegurarse de que no estuviera minado o que no hubiera combatientes dentro.

Desde el inicio de la invasión terrestre israelí en Gaza, Israel ha secuestrado a miles de civiles palestinos, incluidos mujeres, niños, y trabajadores médicos y de rescate. Si bien algunos han sido liberados, muchos permanecen en cautiverio, y aquellos que son liberados suelen mostrar signos de tortura y condiciones extremas en los centros de detención israelíes, ofreciendo testimonios escalofriantes. A finales del mes pasado, circuló en las redes sociales un video que mostraba a un detenido palestino atado al frente de un jeep militar israelí durante una redada en Cisjordania.

El 18 de junio, Haaretz informó que un destacado médico de Gaza fue torturado hasta la muerte en noviembre mientras estaba bajo interrogatorio por el Shin Bet, el servicio de seguridad interno del régimen de Tel Aviv. Estos actos deplorables demuestran una vez más la brutalidad y la falta de humanidad de la ocupación israelí, que continúa cometiendo crímenes contra el pueblo palestino con total impunidad.

La violencia desatada en Tulkarem y Gaza no es un hecho aislado, sino parte de una política sistemática de represión y violación de derechos humanos por parte del régimen ocupante, que utiliza a los civiles palestinos como herramientas en su brutal campaña de opresión.