Líbano reclama por verdad y justicia
Miles de libaneses se manifestaron en Beirut recordando a las víctimas de la explosión del puerto de la ciudad en el primer aniversario de la tragedia.
Un año después del desastre, Líbano sigue consternado por la explosión que le costó la vida a más de 200 personas e hirió a miles, arrasando con gran parte de la ciudad. Este miércoles 4 de agosto, miles de libaneses se movilizaron en las calles de todo el país pidiendo justicia por las víctimas del estallido.
Desde distintos puntos de la capital libanesa, una gran multitud se desplazó hacia la “zona cero”, lugar donde explotaron las más de 500 toneladas de nitrato de amonio, y realizaron un profundo y sentido minuto de silencio poco después de las 18:00 hora local, momento en el que las llamas alcanzaron el químico y ocurrió la catástrofe.
Las cercanías del lugar, que aún parece un lugar bombardeado, albergó a miles de personas con banderas libanesas que descendieron al puerto y áreas cercanas. Mientras tanto, helicópteros del ejército libanés sobrevolaron el cielo emitiendo humo rojo y verde, los colores nacionales, mientras se leyeron los nombres de las víctimas en conmemoración.
Mientras varios miembros de las familias de las víctimas pedían justicia, señalando al gobierno libanés como responsable, muchos libaneses aplaudieron y vitorearon a las familias. Hasta ahora, la investigación sobre la explosión no ha logrado proporcionar respuestas sobre quién fue el responsable de una de las explosiones no nucleares más grandes de la historia.
Por la tarde, el presidente libanés, Michel Aoun, pidió "verdad y justicia” para culpar a los responsables de la explosión en el principal puerto del país. En una conferencia virtual celebrada por la ONU, Aoun aseguró que “es el reclamo de todos los libaneses, en especial de quienes la catástrofe cortó la vida a seres queridos”.
Por su parte, el primer ministro interino Hassan Diab aseguró que “para lograr justicia en la explosión del puerto de Beirut, hay que responsabilizar a los responsables de la tragedia”. “La explosión del 4 de agosto expuso los defectos del país”, dijo Diab. “El pueblo libanés no puede sentirse seguro si no se revela la verdad completa de tal catástrofe, en la que aún no se pueden superar sus efectos psicológicos y sociales”.
Mientras tanto, el reciente primer ministro designado, Najib Miqati, dijo en un comunicado este miércoles que apoya a las familias de las víctimas en su demanda de justicia, y pidió a todos que cooperen con el poder judicial para lograr justicia, revelar la verdad y castigar a los culpables. "El Líbano está en peligro y nada puede salvar al país excepto nuestra unidad y deshacernos de nuestro egoísmo e intereses personales", finalizó.
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