La Administración del presidente Aoun define gabinete

Tras más de dos años de bloqueo político, el Líbano ha logrado conformar un nuevo gobierno encabezado por el primer ministro Nawaf Salam, quien, junto al presidente Joseph Aoun, firmó el decreto que oficializa el gabinete de 24 ministros. La medida pone fin a un largo período de parálisis que había dejado al país sin liderazgo efectivo en medio de una crisis económica sin precedentes y de la reciente agresión israelí.

El nuevo Gobierno, según declaraciones de Salam, aspira a ser un "gabinete de reforma y salvación". Entre sus principales objetivos se encuentran restaurar la confianza entre los ciudadanos y el Estado, retomar relaciones diplomáticas con los países árabes y desbloquear ayuda financiera internacional para la reconstrucción del país. Sin embargo, los desafíos son enormes: además de enfrentar la crisis económica, el gobierno deberá garantizar la estabilidad en medio de un frágil cese al fuego con el régimen de Tel Aviv, que ha intensificado sus agresiones en la región.

Entre los nombramientos clave destacan Michel Menassa como ministro de Defensa, Youssef Raji en Relaciones Exteriores y Ahmad Hajjar en Interior. Un dato relevante es que, aunque los partidos políticos han influido en la designación de ministros, muchos de los integrantes del gabinete no son estrictamente leales a las facciones tradicionales, lo que abre una posibilidad para una administración con mayor independencia.

A pesar de los retos políticos internos y la amenaza latente del régimen sionista, la comunidad internacional ha dado la bienvenida al nuevo gobierno. Sin embargo, algunos actores han mostrado posturas distintas: mientras la Unión Europea respalda el enfoque reformista de Salam, Estados Unidos ha advertido en contra de la presencia de Hezbollah en el gobierno, en un claro intento de presionar a Beirut en medio de su histórica resistencia contra la ocupación.

El nuevo gabinete deberá presentar su declaración ministerial ante el Parlamento en los próximos 30 días para obtener el voto de confianza. Con elecciones legislativas previstas para 2026, la administración de Salam tiene una ventana de tiempo limitada para demostrar que puede implementar reformas concretas sin caer en el tradicional bloqueo político que ha caracterizado al país en los últimos años.