Grupo de Apoyo Internacional expresa preocupación sobre Líbano

El Grupo de Apoyo Internacional para el Líbano expresó hoy su preocupación por los retrasos en la formación del gobierno e instó a las autoridades libanesas a implementar reformas inmediatas. 

El Grupo, que fue lanzado en septiembre de 2013 y reunió a las Naciones Unidas, China, Francia, Alemania, Italia, Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos, junto con la Unión Europea y la Liga Árabe, solicitó la pronta formación de “un gobierno con la capacidad y la voluntad de implementar las reformas necesarias sin más demora”.

La asociación pidió al actual gobierno interino que "cumpla con sus responsabilidades inmediatas" y trabaje en las medidas necesarias para mitigar los efectos de la crisis económica en las familias y empresas libanesas.

La declaración también afirmó el respaldo de ISG a la idea francesa de realizar una conferencia internacional que tiene como objetivo apoyar al Líbano a principios del próximo mes. "El ISG da la bienvenida a la intención de Francia de llevar a cabo  una conferencia humanitaria y de recuperación temprana en apoyo del pueblo del Líbano a principios de diciembre, presidida por las Naciones Unidas", aseguró.

Mientras tanto, con el correr de los días, el proceso de formación del Gabinete libanés sigue estancado. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hizo un llamado este domingo a los líderes políticos del Líbano para que actúen para que formen un nuevo gobierno capaz de promulgar las reformas requeridas y satisfacer las necesidades del pueblo libanés.

El punto muerto del Gabinete se produce mientras el Líbano está luchando con una fuerte crisis económica, un aumento alarmante en los contagios por coronavirus y las graves consecuencias de la explosión del puerto del 4 de agosto que mató a más de 200 personas, y dejó a 300.000 sin hogar.

Desde que fue designado el 22 de octubre para formar un nuevo gobierno que se encargará de implementar las reformas estructurales descritas en la iniciativa francesa, Saad Hariri ha tenido problemas con las comunidades religiosas, que compiten por puestos ministeriales clave. Además, el proceso se complicó aún más luego de la imposición de "sanciones" estadounidenses contra Gebran Bassil .