Diab: "Cumplan el toque de queda"

El primer ministro libanés, Hassan Diab, pidió a las fuerzas de seguridad que apliquen medidas más estrictas para mantener a las personas en el interior y evitar reuniones para frenar el brote de coronavirus. En un discurso televisado este sábado a toda la nación, dijo que esto incluiría patrullas y puntos de control, pidiendo a los libaneses que se queden en casa y solo salgan si son "absolutamente necesarios".

A raíz del rápido ritmo en que se está extendiendo el COVID-19, Diab instó a todos los ciudadanos a imponer un "toque de queda" debido al gran riesgo que enfrenta el país, que entra en la fase del brote de la enfermedad.

Los funcionarios libaneses pidieron medidas de emergencia más duras después de que el número de casos de coronavirus en el país aumentara a 230 el sábado, mientras cuatro de ellas se encuentran en estado "crítico". El Ministerio de Salud instó a las personas a "adherirse a la cuarentena doméstica completa" y advirtió que aquellos que ignoren las advertencias repetidas del gobierno podrían enfrentar un proceso penal.

"El aumento de casos infectados registrados en los últimos dos días, va acompañado de un peligro inminente que amenaza a nuestra sociedad, y nos llevará a la fase epidémica, ya que el Ministerio de Salud Pública registró 67 nuevos casos, lo que eleva el número de casos a 230", dijo el primer ministro.

"Hoy, les pido que implementen una restricción individual a la circulación, ya que el gobierno no puede enfrentar la expansión de esta epidemia solo. Esta responsabilidad es una tarea colectiva", reiteró Diab a los ciudadanos.

Las tropas libanesas comenzaron a patrullar las calles de la ciudad y las carreteras principales el domingo, estableciendo bloqueos de carreteras e instando a las personas a quedarse en casa. Helicópteros del ejército rodearon Beirut y otras ciudades importantes, utilizando altavoces para instar a la gente a quedarse en casa.

El ejército libanés y las fuerzas de seguridad, junto con la policía, establecieron puestos de control en las carreteras principales y secundarias para disuadir a las personas de viajar. Las tropas también vigilan para evitar el hacinamiento en panaderías, farmacias y supermercados.

El Ministerio de Salud del Líbano afirmó que las personas que esperan los resultados de las pruebas del virus deben comprometerse a la cuarentena domiciliaria. "La cuarentena doméstica se ha convertido en una responsabilidad moral individual y social, y cualquier compromiso en su implementación expondrá a los infractores a enjuiciamientos legales y penales", advirtió el ministerio.

El ministro del Interior, Mohammed Fahmi, dijo: “La situación es preocupante. Debemos salvarnos a nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestro país, antes de que sea demasiado tarde". Fahmi sugirió a la gente que "se prepare para lo peor, mientras mantienen la esperanza y la fe de que venceremos esta crisis haciendo lo correcto".

El Dr. Assem Araji, jefe de la Comisión de Salud Parlamentaria, exigió que se intensifiquen las medidas de emergencia "porque las personas no se han adherido a la cuarentena doméstica". Mientras tanto, la policía local emitió advertencias a las personas que violaron la cuarentena domiciliaria y se llevaron a cabo redadas en empresas que ignoraron el fallo; además, se impusieron sanciones a los dueños de tiendas que desafiaban las medidas implementadas por el Gobierno.

Los municipios utilizaron altavoces para advertir a los residentes que no alquilaran casas a familias libanesas o sirias de pueblos y aldeas "por temor a propagar el virus y mantener la seguridad sanitaria". Incluso, la advertencia llegó a los campos de refugiados palestinos en el Líbano, que cerraron sus puntos de entrada y salida.

"Estamos preocupados por la falta de instalaciones médicas para tratar la enfermedad", dijo a un medio local un funcionario de Ain Al-Hilweh, el campamento palestino más grande del Líbano. Los equipos médicos y de salud de la Media Luna Roja Palestina, junto con las fuerzas de seguridad palestinas, comenzaron a controlar a las personas que ingresan o salen del campo, desinfectando vehículos y otras máquinas.

Por su parte, George Kettana, director general de la Cruz Roja Libanesa, infrormó: "Recibimos muchas llamadas de todas las regiones y respondemos a todos los casos posibles". Unos 4.000 voluntarios están ayudando a la organización a transportar a los infectados al hospital.

El presidente del Sindicato de Hospitales Privados, Suleiman Haroun, aseguró que "tratar de reducir el número de casos diarios es importante porque es una carrera contra el tiempo". “Si el número de casos diarios llega a cientos, no podremos recibir todos los casos. La capacidad de los hospitales es limitada y no están preparados para enfrentar tal pandemia”, afirmó.

A medida que el número de casos positivos de COVID-19 en el Líbano continuó aumentando, se conoció que un ex ministro, Mohammed Safadi, también había sido contagiado. “El resultado del examen de laboratorio es positivo. Ahora goza de buena salud y pronto se unirá a la lista de quienes se están recuperando”, dijo su esposa, la ex ministra Violet Safadi.