Congreso de la Diáspora Libanesa 2016: entrevista a Adib Attie
El Congreso tuvo lugar los días 5,6 y 7 de mayo en el Hilton Grand Habtoor Hotel, en Beirut. Allí, el Sr. Adib Attie, contó cuáles fueron sus impresiones del Congreso y cómo ve esta iniciativa a futuro.
El evento denominado “Lebanese Diáspora Energy” y convocado por el ministro de Asuntos Exteriores y Emigrados, Gebran Bassil, va por su tercera edición y este año se centró en la convocatoria de invitados del exterior. La Argentina estuvo representada por el Cdor. Adib Attie, presidente del Club Sirio Libanés de Buenos Aires, quien fue galardonado por Bassil con una “distinción a la trayectoria” a solicitud del embajador de Líbano en Argentina, Antonio Andary.
Attie brindó una entrevista exclusiva a DSL.
-Como actual presidente del Club Sirio Libanés de Buenos Aires, ¿cuál podría decir que es la consigna que impera en dicha institución?
La consigna que tenemos, es la misma que intenté transmitirles siempre a mis hijos y se trata de transmitir el amor a la patria donde viven, que les da de comer y los educa. La patria es aquel lugar donde yo puedo comer y dar de comer a mis hijos. Si bien yo nací en el Líbano, mi patria es la Argentina, porque es la que me ha dado de comer. Ahora, ¿cómo les transmito a mis hijos de dónde vienen? No nacieron hoy, hay unas raíces y esas raíces están en el Líbano y en Siria también, porque mi mamá es siria. Entonces, yo enseño a mis hijos el amor a la Argentina; pero también cuál es su origen, de dónde vienen y la cultura que le transmite su sangre. Es importante que ellos sepan de dónde vienen para transmitírselo a sus hijos.
-Siguiendo esta línea que plantea ¿Qué nos puede contar del origen de su familia?
Yo tenía 6 años, y mi hermano Farid de 4, y el más chiquito recién nacido, a quien le pusieron Charles porque veníamos a América. Mis tíos, hermanos de mi mamá, que vinieron en el año '29 les decían a todos en Líbano: “Vengan a Argentina, que si trabajas tenes plata”. De allá venía el sufrimiento de los turcos; después, la Primera Guerra Mundial. Todos mis tíos eran hijos de la primera guerra mundial, tenían 20 años y vinieron buscando un mejor porvenir aca. Por lo tanto, venir a la Argentina era, para ellos, abrirse a un lugar donde se podía respirar un aire de libertad y así fue. Para el año 5'1, mis tíos desde aca, le mandaron el pasaje a mi abuela, a mi tío Hosni y a mi tía Sarwi que eran ambos solteros, y mi mamá dijo “yo quiero ir también”. Asi fue como vinimos toda la familia junta y se inicio nuestra historia en el pais.
-Adentrándonos a la actividad por la que ha viajado a Líbano, ¿qué rescata del Congreso organizado por el ministro Gebran?
Lo que rescato, es que hay una buena intención de acercar a los migrantes libaneses a que inviertan en el Líbano; o que desde sus países ayuden a que en el Líbano los jóvenes tengan trabajo. Vi, por ejemplo, en la exposición muchas empresas que ofrecen software manejados por jóvenes desde el Líbano.
-¿Podríamos decir, entonces que lo positivo es que la diáspora contribuya a que los jóvenes se queden en Líbano para generar puestos de trabajo?
No tanto porque no todos lo hacen. Yo considero que la migración también es enriquecedora. Argentina, por ejemplo, está formada en su gran mayoría por inmigrantes y sus descendientes. Lo que no está bueno, es que la persona esté forzada a salir de su país por cuestiones de guerra, o falta de trabajo. Sí está bueno, que la persona salga de su país buscando mejores oportunidades. Si miramos los últimos cien años: italianos, españoles, franceses, muchos se tuvieron que ir de su lugar buscando nuevos horizontes.
El hombre que busca mejores oportunidades, sea donde sea, es rico espiritualmente. Porque no se queda esperando con la boca abierta que le caiga la comida del cielo. No hay una receta para la migración. Hay jóvenes capacitados en Líbano, pero carecen hoy de oportunidades.
-En el congreso se expuso un panel que expresaba “Latinoamérica: tierra de oportunidades” ¿Qué es lo que más le llamó la atención de esta sesión?
Hoy el embajador de Brasil en Líbano habló de la iniciativa de realizar un congreso de la diáspora latinoamericana que tenga sede en San Pablo. Se va a permitir, por ejemplo, que un empresario latinoamericano pueda exportar al Líbano, o importar desde el Líbano, mercancías, trabajo, o conocimientos, por ejemplo, en software. Además, que se pueda traer alimento, que haya un nivel de comercio con otros países y así permitir que los jóvenes en el Líbano tengan trabajo. La actividad está estipulada para el mes de noviembre próximo.
-¿Participaría?
Claro que sí.
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