Cambio histórico: Riad Salameh deja el Banco Central libanés después de 30 años

El lunes marcó el final de una era en el Banco del Líbano, ya que Riad Salameh concluyó sus 30 años de gobernación en medio de una situación política y económica complicada en Beirut. En ausencia de un reemplazo oficial, el primer diputado Waseem Mansouri asumió temporalmente sus funciones, según anunció en una conferencia de prensa realizada en la sede del Banco Central.

Mansouri informó que desde el martes asumirá la autoridad ejecutiva del banco, incluida la responsabilidad de firmar documentos oficiales. La entrega del liderazgo se produce en un momento de transición crítica, en el que es necesario adoptar leyes de reforma. Mansouri destacó que se encuentran en una encrucijada en la relación entre el banco y el gobierno, y subrayó que el enfoque político anterior ya no es viable debido a las limitadas capacidades de la institución. 

El Primer Vicegobernador del Banque du Liban rechazó por completo cualquier estudio que justifique la injerencia y enfatizó que la única solución para poner fin a la dependencia del estado del banco central es mejorar las finanzas públicas. En este sentido, hizo un llamado a una cooperación legal e integrada entre el gobierno, el parlamento y el banco central, dejando claro que no firmará ningún desembolso de financiación gubernamental fuera de sus convicciones y del marco legal establecido.

Durante el período de transición, Mansouri aseguró que los salarios de los empleados del sector público se seguirán pagando a través de una plataforma bancaria. Asimismo, mencionó que la ley de préstamos del gobierno permitirá el pago de los salarios del sector público.

En cuanto a la estabilidad económica del país, Mansouri señaló la importancia de unificar y liberalizar el tipo de cambio y trabajar gradualmente para estabilizarlo sin interferencias del Banco Central.

Cabe destacar que el mandato de Riad Salameh como gobernador del banco central estaba previsto para concluir a finales de mayo pasado. A pesar de las acusaciones de corrupción y lavado de dinero, Salameh ha permanecido en su cargo desde 1993, lo que lo convierte en uno de los gobernantes de bancos centrales más longevos en el mundo.

Este cambio histórico se produce en un momento en el que la crisis en el Líbano sigue intensificándose, tanto en el ámbito político como en el económico. La presidencia sigue vacante y la incapacidad para elegir un nuevo presidente de la República se suma a las difíciles condiciones económicas que enfrentan los ciudadanos.