Arrestos y acusaciones ayudan a vigorizar plan de seguridad libanés
Acusaciones contra 11 personas por pertenecer a un grupo armado y atacar a ciudadanos e instituciones estatales vigorizaron el plan de seguridad del gobierno libanés, que prosiguió hoy con más arrestos en Trípoli y la Bekaa.
Acusaciones contra 11 personas por pertenecer a un grupo armado y atacar a ciudadanos e instituciones estatales vigorizaron el plan de seguridad del gobierno libanés, que prosiguió hoy con más arrestos en Trípoli y la Bekaa.
Medios noticiosos locales reportaron que la estrategia de seguridad en aldeas de la Bekaa y en la norteña ciudad de Trípoli llevó en las últimas horas a confiscar varios autos con status irregular, decomisar drogas y apresar a individuos sospechosos y procurados por la justicia.
Anoche, el Ejército llevó a cabo redadas en Jamalia, Kaval, Sharawna, Osseira y Dar Wassia, en la región de Baalbek, y allanó casas a la entrada de la aldea de Iaat, donde arrestó a sospechosos, mientras en el poblado de Aidamon, en Akkar, capturó a un contrabandista de armas desde Siria.
Las medidas aplicadas en conjunto por efectivos del Ejército y de las Fuerzas de Seguridad Interna (policía) de El Líbano coincidieron con la presentación de cargos contra 11 residentes, incluido un ciudadano nacional, del barrio Bab El-Tebbaneh, en Trípoli.
El comisionado gubernamental de la Corte Militar, juez Saqr Saqr, formalizó las imputaciones en base a la hostilidad mostrada por los ahora acusados contra efectivos de las Fuerzas Armadas, desplegadas a finales de marzo para frenar los enfrentamientos sectarios en aquella urbe portuaria.
Los encartados, todos de confesión musulmana sunnita, también enfrentarán juicio por delitos de sedición, daño de edificios, disparos contra miembros de las fuerzas de seguridad, tentativa de asesinato y asesinato, pues durante los choques perdieron la vida unas 30 personas, casi todas civiles.
La tensión en Trípoli se agudizó por choques armados entre sunnitas partidarios de la oposición armada contra el presidente sirio, Bashar Al-Assad, y chiitas alawitas que respaldan al Gobierno de Damasco.
Asimismo, el jefe de la municipalidad de Trípoli, Nader Al-Ghazal, reveló que se comenzó a instalar cámaras de seguridad en varias partes de la norteña localidad que estarán conectadas a un sistema de computadoras programado para informar a un centro receptor cualquier actividad sospechosa o violenta.
Las cámaras, colocadas en la céntrica calle Azmi, se ubicarán en todas las principales vías y plazas públicas de Trípoli, precisó el funcionario a la agencia estatal de noticias NNA, al descartar que con ello se reemplacen los puntos de control y el patrullaje de policías y militares.
Como parte del plan de seguridad, que incluye chequeos de licencias de conducción conductores y matrículas de motocicletas, la dirección regional de seguridad arrestó el sábado a cuatro sirios que comercializaban narcóticos en el oeste del valle de la Bekaa.
En la misma región fue apresado un delincuente libanés buscado por robo, promover contrabando de dinero falso y disparar contra el Ejército.
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