Colegio Sirio Libanés, un poco de historia
El Colegio Sirio Libanés fue fundado en 1933 por iniciativa de Moisés José Azize y se trató del primer colegio bilingüe en idioma árabe de América. Síntesis histórica aportada por el Arq. Azize.
El colegio fue inaugurado el 15 de marzo de 1933 con la presencia del Presidente dela Nación, General Agustín P. Justo, siendo la primera vez que un presidente de la Nación asistía a un acto de la comunidad árabe.
También se hicieron presentes ministros del Poder Ejecutivo, así como los presidentes de ambas Cámaras Legislativas, y otras altas autoridades nacionales.
En ese marco, el presidente Justo brindó "por la colectividad sirio-libanesa, que tan elocuente muestra de cordialidad y simpatía ofrece al pueblo argentino”.
Por su parte, el Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Dr. Manuel de Iriondo, afirmó que “la Argentina recibe con los brazos abiertos a los sirio-libaneses, porque sabemos bien como retribuyen a la hospitalidad ofrecida desinteresadamente, y con qué tenacidad colaboran en el progreso común”.
En la institución se admitían alumnos pupilos, medio-pupilos y externos sin distinción de nacionalidad o credo.
La enseñanza religiosa sería optativa y la institución era administrado por una Comisión Directiva, integrada también por toda entidad de beneficencia que quisiera aportar apoyo moral y financiero.
Los obispos ortodoxos de Siria y el Líbano, respondieron felicitando por la iniciativa y alentando con entusiasmo a llevarla a buen término, destacándose especialmente los conceptos elogiosos y la bendición enviada por Su Beatitud el Patriarca de Antioquía y todo Oriente.
La construcción del edificio se inició el 27 de septiembre de 1931 con la colocación de su piedra fundamental, en Suipacha 842/848 de la Ciudad de Buenos Aires (actualmente Casa de Entre Ríos), ante más de tres mil personas que participaron de ese acto.
Esa obra se levantaba en lo que era el atrio de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de Antioquía, que había sido inaugurada el 25 de diciembre de 1926 con la Misa Solemne de Navidad, concelebrada por el Obispo de Alepo y Alejandreta, Mons. Rafael Nemer y el Arcipreste Moisés Hillar (actualmente Teatro La Capilla).
“En este Colegio los alumnos podrán estudiar, además de las materias correspondientes a los programas de los establecimientos educacionales del estado, el idioma árabe y la historia de los árabes, contribuyendo con ello a ensanchar los horizontes de la cultura argentina”, señaló Moisés José Azize en dicha ceremonia.
Y agregó: “Debemos reconocer sin titubeos ni ambages, que solo hemos podido realizar este esfuerzo y alcanzar este éxito, bajo el cielo límpido y claro de un país libre y democrático, donde los únicos blasones del honor son los útiles del trabajo fecundo y la labor proficua, y los únicos títulos de nobleza son los méritos alcanzados por el propio esfuerzo”.
El 2 de febrero de 1933 recorrieron las dependencias del Colegio los periodistas de los diarios La Prensa,La Nación,La Razón, El Diario, Ultima Hora, además de representantes de publicaciones árabes, quienes publicaron amplias y prestigiosas crónicas sobre el nuevo colegio.
El 6 de febrero de 1933, se iniciaron los cursos nocturnos de idioma árabe, expresando al respecto quien fuera presidente de la Academia de la Lengua Árabe en Damasco, Habib Estéfano, en carta del 13.3.1933: “La creación del Colegio Sirio-Libanés en Buenos Aires es una de las obras que más honran a nuestra colectividad en el continente americano”.
El 18 de marzo de 1933, por resolución del Consejo Nacional de Educación, el Colegio fue incorporado a la enseñanza oficial, siendo que normalmente no se hacían incorporaciones de colegios hasta que no tuvieran al menos un año de antigüedad.
El 2 de abril de 1934 a sólo un año de su inauguración, se inician los cursos secundarios, asumiendo el cargo de rector el Doctor D. Horacio Beccar Varela, a la sazón, ministro de Agricultura de la Nación.
Cabe destacar que Don Moisés Azize, quien presidía el Banco Sirio Libanés del Río de la Plata, donó todos los honorarios que le correspondían por su cargo a beneficio del Colegio Sirio Libanés, en un gesto que fuera compartido por todo el cuerpo directivo.
La institución dejó de funcionar hacia 1935.
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