Arias Duval (Parte 2): “A la larga o a la corta, el esfuerzo se reconoce”
Esposo, padre de tres hijos, abogado, servidor público, e hincha de San Lorenzo, Martín Arias Duval, responsable directo de la creación e implementación del Programa Siria.
Durante su gestión en la DNM tomó contacto con todas las colectividades de la Argentina. ¿Cómo fue su relación con la colectividad árabe?
Mis primeros contactos con la colectividad árabe se dieron cuando me desempeñé como Secretario en el Fuero Federal, y luego como Subsecretario del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Ahí empecé a notar que a cualquier persona con turbante y un Corán se la trataba de terrorista.
Esa experiencia me impactó, y tuve la oportunidad de conocer a un muchacho joven que era perseguido por la policía por su ascendencia de árabe y prédica del Corán. Con él entablé una relación cordial y me sensibilicé con su situación. Además de que fue el responsable de que probara los primeros postres árabes.
Luego, en la DNM tuve un contacto más fluido con todas las colectividades, siendo las siria y libanesa dos de ellas, y las organizaciones civiles que las representan.
Promediando tu gestión como Director de la DNM inició el conflicto sirio que generó una demanda entre la colectividad siria. ¿Cómo se gestó la respuesta desde la DNM?
Nosotros quisimos responder de forma adecuada a un problema que conlleva un sinfín de dificultades producto del idioma y la cultura. Por eso facilitamos el ingreso al país a través de un programa especial de visado , al mismo tiempo que comprometimos a la sociedad argentina.
Eso explica el requisito de familiar directo en la primera versión del programa y que luego fuera dejado de lado, permitiendo también a las organizaciones de la sociedad civil tomar el rol de garante. De esta forma, se podía garantizar a la inclusión de los inmigrantes.
Por ejemplo, una familia siria se ubicó en La Rioja gracias al apoyo de la colectividad siria en Argentina, que también le proveyó de maestros de español y trabajo. No menos importante, la mujer llegó embarazada pudo dar a luz en nuestro país. Hoy, están tramitando el ingreso de los abuelos de la recién nacida.
La implementación de un programa de visado humanitario tan original no pudo sino desnudar algunas dificultades durante su implementación. ¿Cuáles fueron y qué respuestas se les dio?
Una vez diseñado el programa la aprobación fue inmediata. Además, me sentí muy respaldado por la colectividad siria, el exMinistro del Interior, Florencio Randazzo, y exPresidenta de la Nación, Cristiana Fernández, con lo cual su puesta en marcha fue inmediata.
Nuestra única aprehensión eran las acusaciones de derecha de facilitar en ingreso a terroristas, y las de izquierda de traer mano de obra barata. Por eso la importancia de poder comprometer a la sociedad Argentina en el programa.
Otras dificultades se descubrieron durante la implementación, por ejemplo, la publicidad del programa, la confirmación del vínculo y demostración de ingresos, por eso se eligió el boca-en-boca para la divulgación, y durante la segunda etapa del programa se permitió la mediación de instituciones como garantes y el estampado de la visa en cualquier consulado argentino.
Se vuelve una necesidad preguntarle sobre el impacto y resultado del programa. ¿Cuántos inmigrantes ingresaron al país a través del programa?
Contrariamente a lo que pensamos, pocos. Se tramitaron 245 solicitudes, y al final de mi gestión 197 habían sido resueltas de manera satisfactoria, 4 fueron denegadas e ingresaron al país un total de 94 personas.
La diferencia entre las solicitudes aprobadas y los ingresos se debe a que muchos individuos se negaron a abandonar su país, no pudieron acercarse al consulado, o el consulado no los pudo localizar.
Además, 203 casos de un total de 238 ciudadanos sirios que solicitaron ingreso al país por fuera del programa durante 2015 fueron resueltos satisfactoriamente, y otras 143 radicaciones fueron otorgadas. Éstos últimos de sirios que ya residían en el país.
Aunque mucho menor, un número de libaneses y palestinos también tomaron residencia en el país durante 2015.
Ud. es presidente de la Fundación Más Ciudadanía que tiene el objetivo de: Promover la cultura cívica, el compromiso y la participación del ciudadano, la transparencia en la gestión de los funcionarios públicos, la solidaridad social y el respeto de los valores republicanos y democráticos. ¿Cómo compatibiliza ese objetivo con la función pública?
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) nacieron para cubrir la ausencia del Estado, especialmente durante la década de 1990 donde estos organismos, por ejemplo, organizaron comedores comunitarios. A partir de 2003, la presencia del Estado aumentó y las ONG se convirtieron en herramientas de articulación entre la sociedad civil con el Estado.
De hecho, Más Ciudadanía nace como un espacio que contiene posiciones políticas diversas pero con el objetivo común de institucionalizar nuestras ganas de hacer algo por el prójimo. Y gracias a que algunos provenían del sector privado y otros del Estado, la organización desarrolló una red de vínculos que le permitió transformarse en un articular entre la sociedad y el Estado.
Como padre de tres hijos y teniendo en cuenta su experiencia personal y profesional, ¿qué consejo le daría a la juventud argentina?
A mí me dieron el anticonsejo cuando era meritorio en el Poder Judicial. Recuerdo que un compañero de trabajo, al verme cruzar la Av. 9 de Julio con una pila de expedientes en medio del verano, me preguntó: ¿Por qué te esforzás tanto si nadie te lo va a reconocer?
Yo le recordé que detrás de cada expediente había una persona o familia, y que mi esfuerzo podía ahorrarle tiempo valioso a esas personas. Por eso con los años yo tuve la suerte de ser reconocido y hacer una carrera exitosa, mientras que él sigue en el mismo cargo.
Por eso mi consejo a los jóvenes, entre ellos mis hijos, es que sean responsables y solidarios, que valoren lo que la vida les da, que trabajen y se esfuercen por lo que quieren.
Nota: Visite aquí la primera parte de esta nota.
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