Arias Duval (Parte 1): “A la larga o a la corta, el esfuerzo se reconoce”
Esposo, padre de tres hijos, abogado, servidor público, e hincha de San Lorenzo, Martín Arias Duval, responsable directo de la creación e implementación del Programa Siria.
Todos los argentinos somos fruto de una mezcla de nacionalidades y razas. ¿Cuáles son los orígenes de su familia?
Mis orígenes son heterogéneos. La familia de mi madre tiene orígenes franceses e italianos, mientras que la familia de mi padre provenía del país vasco. Y el apellido Arias Duval es resultado de la unión entre mis bisabuelos paternos, ella era Duval y él Arias Chavarría. También, una rama de mi familia paterna tiene orígenes criollos, más de cinco seis generaciones que vienen de la República del Paraguay.
Ud. tiene una larga trayectoria en el sector público como funcionario. ¿Puede describirla brevemente?
Ingresé como meritorio en el Poder Judicial y pase por todos los cargos posibles; desde meritorio pasando por escribiente, oficial, prosecretario hasta llegar a ser secretario de un juzgado federal. Luego fui Juez durante cinco años en un Tribunal Oral en lo Criminal de Quilmes, Provincia de Buenos Aires.
También me desempeñé como Subsecretario durante las gestiones de Arslanian en el Ministerio de Justicia y Seguridad, y luego en el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aries, en los años 1998, y 2004 a 2007. Entre 2007 y 2015, fui Director Nacional de Migraciones.
Además de desempeñarse como funcionario público, Ud. milita y enseña en la Universidad de Buenos Aires. ¿Qué disfruta más: educar, militar o conducir?
No tengo una preferencia. Me gustan las tres actividades y a todas las desempeño con pasión. Sin dudas que hay diferencias, y la conducción ofrece la posibilidad de ser protagonista de una transformación, mientras la militancia exige acompañar y apoyar una idea.
Disfruto mucho enseñar porque uno puede llevar a la reflexión a los alumnos y traspasar un punto de vista basado en la experiencia. Por eso ocurre que cuando a uno lo vuelven a encontrar los alumnos dicen: “Me acuerdo que Ud. decía…” Y eso lo disfruto mucho también.
Teniendo en cuenta su experiencia como Juez Criminal y Juez Penalista, y su última función como Director Nacional de Migraciones, ¿qué nos puede decir sobre la relación entre las colectividades y la seguridad?
Primero, creo que tenemos una visión sesgada porque siempre que pensamos en seguridad hacemos referencia al aparato preventivo y represivo. Siempre pensamos en los pequeños aspectos de la seguridad: la policía, la justicia y la cárcel.
Segundo, seguridad significa “certeza de poder disfrutar derechos y bienes jurídicos”. Por eso cuando pensamos en un estado de seguridad como la ausencia del delito, la visión está sesgada.
Tercero, si el Estado interviene para sancionar el delito es porque la seguridad ya fue afectada. Por eso es importante la tarea de prevención del delito, y para eso es necesaria una visión amplia sobre lo que es seguridad.
Volviendo a tu pregunta, creo que la causa principal que origina conflictividad social es la exclusión en sus diferentes formas: económica, laboral, cultural o religiosa.
Por ejemplo, la anterior Ley de Migraciones no permitía a muchos migrantes regularizar su situación documentaria, consecuentemente no podían trabajar regularmente y terminaban siendo explotados laboralmente o siendo captados por redes de narcotráfico u otras organizaciones criminales.
En ese entonces, la inmigración fue particularmente de un país y se hizo común decir que todos los narcotraficantes eran de ese país. Pero lo que estaba ocurriendo era la exclusión de una comunidad que no podía regularizar su situación documentaria, que se vio obligada a vivir en condiciones de hacinamiento, necesidades básicas insatisfechas, y vulnerables a las redes de narcotráfico.
Por eso es importante entender a la seguridad como la certeza en el goce de los derechos individuales y colectivos.
La migración se impuso en la agenda política internacional debido al reciente aumento de migrantes hacia Europa. ¿Cuál es su reflexión al respecto?
Creo que todos los países tienen una responsabilidad implícita en la solidaridad internacional. Al mismo tiempo, creo que los países centrales tienen una responsabilidad mayor porque se desarrollaron aprovechándose de los países menos desarrollados.
Entonces, todos los países debemos garantizar el derecho a migrar y debemos facilitar su residencia en nuestro país, pero también es importante poder garantizar las condiciones para que esa migración no ocurra, la otra cara de la moneda: el derecho a no migrar.
Durante su gestión la inmigración hacia la Argentina no cesó. ¿Qué balance hace sobre su gestión como Director Nacional de Migraciones (DNM)?
Debo decir que estoy contento con nuestra gestión porque pude abrir la DNM y acercarla a la sociedad. Nadie sabía realmente bien qué hacía el organismo ni cuál era su reglamento, y durante nuestra gestión publicamos toda la información necesaria para las gestiones.
Además, iniciamos un trabajo conjunto con organizaciones de la sociedad civil, las colectividades y ONGs que trabajan con inmigrantes. También simplificamos y agilizamos los trámites de residencia y obtención de documento nacional de identidad, y mantuvimos bajas las tasas migratorias—Argentina tiene las más bajas de la región.
Todo eso nos permitió reeditar la Fiesta de las Colectividades , desarrollar un programa de abordaje territorial y otro para afectados por el conflicto sirio, poner en valor y reabrir el Museo del Inmigrante y digitalizar la base de datos de inmigrantes, y eliminar los formularios de egreso/ingreso al país, incorporando tecnología de última generación en todos los procesos sustantivos que lleva a cabo la DNM.
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