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lunes, 25 de enero de 2016

Saleh: “Yo milité en el Partido Comunista Iraquí” (Parte 2)

Por Jodor Jalit

En el marco del seminario “Nuevas Realidades Internacionales” ofrecido por la Maestría de Política Internacional de la Universidad Tres de Febrero (UNTREF), Alkhalifa se refirió a la actualidad política de Oriente Medio, y profundizó sobre lo expuesto con este medio.

¿Cuénteme sobre su infancia, adolescencia y juventud en Iraq?

Nací en una pequeña ciudad iraquí llamada Mandali, ubicada al noreste del país, cerca de la frontera con Irán. Allí convivían distintas minorías étnicas, lingüísticas y religiosas; diversidad que se reflejó en el seno de mi familia porque mi padre era sunní y mi madre shía.

Debido a que por entonces sólo Bagdad, Mosul y Basora ofrecían una educación universitaria competitiva, me mudé a la ciudad capital tras finalizar estudios primarios y secundarios en Mandali. Fue recién a partir de 1978 que las grandes universidades proliferaron en Iraq.

Durante la década de 1970, las universidades atravesaron un período de gran politización. ¿Ud. lo vivió así? ¿Cómo impactó en su vida?

Sí, yo milité en el Partido Comunista Iraquí (PC) que luego fuera proscrito por el régimen de Saddam Hussein. Desde su fundación en el año 1934, el PC fue muy popular en la sociedad iraquí y en las universidades. El partido Baath se fundó 13 años más tarde y contaban con un pequeño apoyo en las universidades, aunque el uso de la fuerza y amenazas les permitió ampliar sus bases.

Tras ser proscrito el PC siguió operando aunque su organización fue descubierta y me detuvieron en más de una oportunidad. La primera vez fui llevado a una cárcel en Bagdad; esa fue la peor y más larga detención que sufrí. Allí me encontré con muchos compañeros del PC y casi pierdo la regularidad en la universidad.

¿Cómo fue su vida tras la liberación?

La persecución política nunca cesó. Mi nombre estaba en las listas de todos los aeropuertos y puestos de frontera. Me era imposible salir del país y comencé a dar clases en un instituto secundario en Bagdad.

¿Por qué y en qué condición se fue de Iraq?

Estaba harto de vivir perseguido y decidí hablar con un militar de alto rango conocido mío para que me ayudara a salir del país. Fue así como en 1978, gracias a una nota que decía “Hay una coincidencia de nombres, pero no es la persona de la lista” emigre a Marruecos. A pesar de eso todo fui interrogado hasta el último instante antes de que parta el avión.

¿Cómo fue su nueva vida en Marruecos y por qué lo abandonó?

Retomar mi vida en Marruecos fue fácil porque el país no contaba con cuadros académicos formados, especialmente en el rubro educación, de modo tal que me encontré con muchas oportunidades. De hecho, permanecí allí seis años trabajando sobre temas de lengua y literatura árabe, primero contratado por el Ministerio de Educación y luego en el sector privado.

Mi estadía allí fue agradable porque a diferencia de países como Iraq, Siria y Egipto donde uno no podía escaparle a la política, en Marruecos uno era incentivado a tomar distancia con la política. Sin embargo, tras fundar un instituto educativo privado surgieron problemas administrativos, y fui obligado a dejar el país en ocho días.

¿A donde migró y con qué se encontró?

Tras permanecer unos meses en la clandestinidad mientras mis amigos buscaban alguna forma de que yo permanezca en Marruecos, “sin comerla ni beberla” terminé en España, país que gentilmente me abrió sus puertas. A diferencia de lo ocurrido en Marruecos, en España me encontré con pocas oportunidades y sin recursos.

Mi lucha en Europa fue dura. Comencé como corresponsal del diario Asharq Al Awsat, gracias a la intervención del poeta y amigo iraquí Abd Al Wahab Al Bayati, y di clases particulares de lengua árabe hasta que recibí una beca para doctorado del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Cuando terminé el doctorado continué enseñando, primero en el departamento de lenguas de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, luego en la Escuela Oficial de Idiomas, y por último, donde estoy ahora, en la Universidad Autónoma de Madrid.

¿Qué material ha publicado?

He publicado varios libros sobre gramática árabe y también traduje cuentos árabes al castellano, como así también un libro de Adb Al Wahab Al Bayati. Todos mis libros están disponibles en la Biblioteca de la Universidad Tres de Febrero, donde están disponibles para los curiosos y público en general.

En mi tesis doctoral traté la materia tradicional en el teatro árabe contemporáneo, o sea, estudié los personajes, los acontecimientos, el acervo cultural, los hechos históricos mencionados, etc., porque creo que los dramaturgos eligen personajes o acontecimientos como es el caso de Saladino, o Hussein, o la pérdida de Al Andaluz, para tratar temáticas actuales, por el ejemplo, Palestina o la situación de los países árabes.

Por eso mi tesis tiene un fondo muy político, y además, es el momento en el cual comienzo a desarrollar un mayor interés por las temáticas políticas.

***                     

Waleed Saleh Alkhalifa nació en 1951 en la ciudad iraquí de Mandali, donde cursó estudios primarios y secundarios. Cursó la Licenciatura en Filología Árabe en la Universidad de Bagdad y abandonó el país tras varios años de persecución política por su afiliación al Partido Comunista. Continúo su carrera académica como profesor en la Escuela Universitaria de Magisterio de Errachidia hasta 1984 cuando abandonó Marruecos por motivos políticos. Obtuvo el Doctorado en Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en 1990, fue nombrado Traductor Jurado en 1992, y completó la Licenciatura en Filología Hispánica en la Universidad de Valencia en 1994. Hoy se desempeña como profesor titular del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos y Estudios Orientales de la UAM, y es miembro del Comité Científico del Instituto de Estudios Sobre Diversidad Cultural de la UNTREF.

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Visite aquí la primera parte de esta nota.

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