Se prepara el regreso sirio a la Liga Árabe
La Liga Árabe se prepara para reintegrar a la República Árabe Siria, después de haberla excluido en 2011 en violación de sus propias reglas.
Si bien parecería prematuro describir el regreso como “inminente”, surgen claros indicios de que la Liga Árabe se prepara para reintegrar a la República Árabe Siria, después de haberla excluido en 2011 en violación de sus propias reglas.
Exclusión
Integrante del conjunto de 6 fundadores de la Liga Árabe en 1945, Siria fue excluida del total de 22 miembros del organismo en 2011.
Ello sucedió a pedido del entonces presidente de Estados Unidos Barack Obama, supuestamente por tratarse de una dictadura que reprimía al pueblo, cuando en realidad el país estaba enfrentando una operación secreta proveniente del exterior y tendiente a destruir sus estructuras sociales y el Estado sirio.
A finales de 2011, la Liga Árabe había aceptado enviar a Siria una misión de observación conformada con personalidades provenientes de cada uno de los países miembros. Después de haber viajado por todo el país y de haberse reunido tanto con responsables del gobierno sirio como con los líderes de la oposición, la misión de observadores concluyó que no existía en Siria ninguna “revolución” sino una agresión externa.
Qatar compró entonces la presidencia anual de la Liga Árabe a la Autoridad Palestina, pagó a Sudán USD 1000 millones para que retirara al jefe –sudanés– de la misión de observadores, que acabó siendo disuelta, y el llamado Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) –un ente mediático de la Hermandad Musulmana con base en Londres, sostenido por el MI6 británico y compuesto por una sola persona– fue convertido en fuente única de información sobre Siria para los medios occidentales y las monarquías del Golfo.
Retorno
Aunque no existe, por el momento, ninguna moción oficial que estipule la reintegración de Siria a la Liga Árabe, el personal de la sede de dicha organización en El Cairo está reinstalando las banderas de la República Árabe Siria.
En paralelo, recientes reportes mediáticos sugieren que Túnez y Argelia están coordinando los esfuerzos para restablecer a Siria como miembro de pleno derecho de la Liga Árabe. Según esos informes, el presidente tunecino planea invitar al presidente Bashar Al Asad a la cumbre de la liga en marzo.
En este marco el 16 de diciembre último, convirtiéndose en el primer jefe de estado árabe en visitar Siria desde el inicio del conflicto, el presidente de Sudán Omar Al Bashir, viajó a Damasco donde fue recibido por el mandatario sirio.
Inmediatamente después de ese encuentro, en el cual el presidente sudanés hablaba en nombre de EEUU, Arabia Saudita y Qatar, el presidente estadounidense Donald Trump anunciaba la retirada de las fuerzas militares estadounidenses ilegalmente presentes en suelo sirio.
A su vez, finalizando el 2018, otras dos petro-monarquías del golfo aliadas de Arabia Saudita como Emiratos Árabes Unidos y Bahrein reabrieron sus embajadas en Damasco; mientras que según Trump, Riad financiaría parte de los USD 400 mil millones que habrá que dedicar a la reconstrucción de Siria.
Más aun, este jueves 3 de enero, el jefe diplomático de Irak, Mohamed Alhakim, confirmó el apoyo de Bagdad al regreso de Siria al seno de la Liga Árabe, en una declaración citada por el Ministerio de Relaciones Exteriores en la que agregó la necesidad de la reapertura de los cruces fronterizos entre los dos vecinos para estimular el comercio. "Irak apoya la unidad de Siria y su regreso a su posición normal en el mundo árabe y la región y el restablecimiento de su posición en la Liga Árabe…", afirmó.
Todo este panorama coincide con lo afirmado a principios de octubre pasado por el presidente sirio en una entrevista brindada a un periódico kuwaití, asegurando que Siria había alcanzado un "gran entendimiento" con los demás estados árabes después de años de hostilidad. Si bien el mandatario no especificó a que países se refería, dijo que delegaciones árabes y occidentales ya habían comenzado a visitar Siria para prepararse para la reapertura de las misiones diplomáticas y de otro tipo.
En síntesis, al cabo de más de 6 años de resistencia frente al aislamiento diplomático y económico, y tras casi 8 años de guerra abierta contra Siria, su presidente se mantiene en el cargo mientras que en el Medio Oriente ampliado prácticamente nadie cree que Siria haya vivido una “revolución que perdió el rumbo”.
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