Estados del Golfo se reconcilian con Qatar
En el marco de la 41ª Cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se anunció un acuerdo de reconciliación que pone fin al conflicto de más de tres años entre Qatar y el bloque encabezado por Arabia Saudita y Emiratos.
El acuerdo se anunció la noche del 4 de enero y puso fin a una de las peores crisis diplomáticas en la historia de la región del Golfo.
Con un aire solemne pero visiblemente complacido, el ministro de Relaciones Exteriores de Kuwait hizo el anuncio la noche del 4 de enero después de una llamada telefónica en la que participaron el emir de Kuwait Nawaf Al-Ahmad Al-Sabah, el emir de Qatar Tamim bin Hamad Al-Thani y el príncipe heredero de Arabia Saudita y ministro de defensa Mohammed bin Salman (MbS).
“Se acordó abrir el espacio aéreo y las fronteras terrestres y marítimas entre el Reino de Arabia Saudita y el estado de Qatar, a partir de esta noche”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Kuwait, Ahmad Nasser Al-Sabah.
Después de un bloqueo de más de tres años a Qatar, la decisión pone fin a la crisis. El único vínculo del país con la Península Arábiga pasa por Arabia Saudita, pero el gobierno saudí ordenó el cierre de su frontera con Qatar el 5 de junio de 2017.
En ese momento, Arabia Saudita, Emiratos, Bahréin y Egipto cortaron conjuntamente los lazos con el emirato qatarí, criticándolo por una serie de motivos: sus relaciones con Irán, el apoyo a la organización “Hermanos Musulmanes” y el presunto complot para desestabilizar a sus vecinos a través de su emisora estatal Al Jazeera.
Diplomacia kuwaití
El anuncio se hizo a las puertas de la 41ª Cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que comenzó el 5 de enero en la ciudad de Al-Ula, en el noroeste de Arabia Saudita, y el ministro de Relaciones Exteriores de Kuwait calificó la reunión como una oportunidad para la "reconciliación". El rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz Al-Saud, inauguró la cumbre instando a la “unidad regional”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Faisal bin Farhan, confirmó que la cumbre “abre una nueva página para la estabilidad y la solidaridad del Golfo”. Agregó que el acuerdo exige la no injerencia en los asuntos internos.
“El acuerdo exige una confrontación conjunta de cualquier amenaza a la seguridad del Golfo y el restablecimiento de la cooperación y las relaciones fraternales, especialmente entre Qatar y los 4 países que lo boicotearon”, agregó.
Según especialistas, es posible que la administración Trump haya desempeñado un papel fundamental para poner fin a la crisis, de acuerdo con su estrategia centrada en lograr el mayor número posible de éxitos diplomáticos en la región antes de la salida del presidente del cargo el 20 de enero, y con miras a la elecciones presidenciales de 2024. Sin embargo, se sabe que la diplomacia kuwaití fue particularmente decisiva en el resultado favorable, ya que el país tiene una participación muy activa en la mediación de conflictos regionales.
Una cumbre especial
El martes comenzaron las actividades de la Cumbre del Golfo en la ciudad saudita de Al-Ula, donde los participantes firmaron la “Declaración de Al-Ula”, que incluye el acuerdo de reconciliación entre Qatar y los estados del Golfo.
Durante la cumbre, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, pidió a “la comunidad internacional que detenga los programas de misiles balísticos que amenazan la paz en la región“.
Bin Salman destacó la necesidad de aprovechar los factores comunes entre los países del Consejo de Cooperación, atacando el programa nuclear iraní.
Por su parte, el emir de Kuwait, Nawaf Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah, dijo que "designar a nuestra declaración como ‘acuerdo de solidaridad’ refleja nuestra preocupación por la nación árabe”.
¿“bofetada” para EAU?
Si bien, los saudíes y los qataríes habían hecho varios intentos para encontrar una solución al conflicto, siempre tropezaron con un obstáculo en lo que respecta a la influencia de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
“Es una bofetada para los Emiratos Árabes Unidos, que se verán obligados a seguir la corriente a regañadientes”, dijo Quentin de Pimodan, asesor del Instituto de Investigación de Estudios Europeos y Americanos (RIEAS). “Arabia Saudita había tratado de moderar el entusiasmo de Abu Dabi en varios temas, incluida la guerra en Yemen, la producción de petróleo y la normalización de las relaciones con Israel”, agregó.
De Pimodan agrega que: “a su vez, MbS está tratando de forjar su posición como jefe de estado. Pero hasta ahora, se ha convertido en un subordinado del príncipe heredero emiratí Mohammed bin Zayed Al-Nahyan. La decisión de Arabia Saudita proporcionó una forma para que MbS pusiera a Riad en el centro de atención del CCG, sin importar las opiniones de los otros estados hostiles a Qatar".
Disputa inconclusa
Varios expertos coinciden en que ninguna de las disputas que enfrentaron a Qatar con sus vecinos, especialmente los EAU y Bahréin, ha terminado todavía.
"Este aspecto en particular no recibe mucha atención, pero la hostilidad del Reino de Bahrein hacia Qatar ha sido la más persistente, y el reino ha acusado al emirato durante mucho tiempo de interferir en sus asuntos internos", afirmó de Pimodan.
"Es en parte debido a las repetidas quejas de Bahrein sobre Doha que los otros países de la región llegaron a ver a Qatar como un estado potencialmente peligroso", agrega. Después de una serie de rumores de que Bahrein no participaría en la reunión del CCG, el príncipe heredero del pequeño reino finalmente respondió afirmativamente a la invitación del rey Salman.
¿Y qué hay de Egipto, cuya principal crítica en Doha involucra la cobertura de Al Jazeera de los levantamientos de 2011 y el golpe militar que derrocó a Mohamed Morsi en 2013?
Si Arabia Saudita pone todo su peso en este asunto, los otros estados se alinearán, pero según De Pimodan: "Los Emiratos Árabes Unidos no van a dar el asunto por concluido y en cuanto Qatar de un paso en falso, seguramente lo usarán como pretexto para atacar a Doha con una nueva ronda de críticas".
En cuanto a Turquía, que formó una relación particularmente acogedora con Qatar durante el bloqueo, Doha pronto podría pedir, como muestra de buena voluntad, que Turquía reduzca su presencia militar en su suelo, habrá que ver cómo reacciona a ello el régimen de Erdogan. Las fuerzas turcas expandieron su presencia allí poco después de que entrara en vigor el bloqueo, en un momento en que los qataríes temían un golpe saudí.
Aunque Qatar ha proyectado un alto nivel de resistencia en estos últimos años, es consciente del equilibrio de poder regional; por lo cual era de esperarse que la crisis no sería eterna. Con este nuevo acuerdo, el emirato celebra el fin de una serie de nocivas y graves consecuencias como las que expresan las pérdidas económicas de Qatar Airways, entre otras, resultante del cierre de espacios aéreos vecinos merced al bloqueo multilateral.
Pax saudita
La crisis diplomática interna del Golfo de los últimos tres años dio paso a una batalla legal y una cobertura mediática inusualmente vehemente, mientras se rehacían las alianzas, con Turquía optando por respaldar a Doha. Este antagonismo estratégico e ideológico dejó su huella en situaciones y crisis regionales varias tales como las que castigaron a Libia, Túnez, Sudán, Siria y Yemen.
Si se suma a ello, el reciente blanqueo de relaciones con el régimen de Israel por parte de varios estados del Golfo, y a su vez en el marco del comienzo de una nueva administración en Washington y la constante beligerancia de este último hacia Teherán, esta nueva “pax saudita” será un nuevo factor a tener en cuenta en el siempre complejo cuadro regional.
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