Nuevo rey saudí, Salman Ibn Abdulaziz: Sucesión y perspectivas

El nuevo rey de Arabia Saudita se movió rápidamente este viernes para nombrar al ministro del interior del país como príncipe heredero, convirtiéndolo en el segundo en la línea al trono, a la vez que prometió continuar las políticas de sus predecesores, en un discurso televisado a nivel nacional.

Las acciones del rey Salman Ibn Abdulaziz se dieron mientras el, ricamente petrolero, reino comenzaba el duelo por el Rey Abdullah, quien murió la madrugada del viernes , a la edad de 90 años. Abdullah, oficialmente se convirtió en rey en 2005, siguiendo a su hermano mayor, el rey Fahd, aunque previamente ya había pasado casi dos décadas en el poder, asistiendo a su hermano monarca, afectado por una larga enfermedad.

Sucesión y movimientos en la corte

El decreto real de Salman pone a su sobrino el príncipe Muhammad Ibn Nayef en línea para ascender al trono después de su sucesor designado, el príncipe heredero Muqrin (también hermano de Fahd, Abdullah y Salman).

Muhammad Ibn Nayef es el hijo de otro hermano del rey Salman, Nayef. Al igual que su padre, quien gozó de un formidable poder en Arabia Saudita hasta su muerte en 2012, Ibn Nayef es el jefe del poderoso Ministerio del Interior que supervisa a la policía.

Asimismo, Salman, hermano de los 5 últimos reyes saudíes y sexto de los hijos de Abdulaziz en acceder al trono, también nombró este viernes a su hijo, el príncipe Muhammad, como ministro de Defensa. El príncipe Muhammad Ibn Salman, ya en sus jóvenes 30 años, era el jefe de la corte real de su padre cuando Salman era príncipe heredero y es uno de sus hijos predilectos.

Los nombramientos apuntan a un cambio significativo a mediano plazo, ya que implican el inicio de un recambio generacional en el manejo del poder del mayor reino peninsular.

Así como el rey Fahd, y el rey Abdullah, tanto el nuevo rey Salman, de 79 años, como su heredero el príncipe Muqrin, 69, son todos hermanos e hijos de Abdulaziz Ibn Saud, quien fundara el conservador reino en la década de 1920. De modo que Muhammad Ibn Nayef, el nuevo príncipe heredero diputado, es el primero del amplio conjunto de nietos y sobrinos nietos de Abdulaziz Ibn Saud, que están compitiendo por el poder en el futuro.

Ibn Nayef, de 55 años, tiene una reputación como “modernizador” y está bien versado en los modos de occidentales. Los gobiernos de Washington y Londres manifiestan hacia él, "admiración", en su papel como ministro del Interior; pues habiendo estado a cargo de los esfuerzos antiterroristas saudíes; sobrevivió a un casi certero intento de asesinato por parte de un extremista suicida de Al Qaeda.

El nombramiento de su homónimo primo, el príncipe Muhammad Ibn Salman como ministro de Defensa también sugiere que el sentido de la marcha hacia el recambio, es claro: Muhammad nació en 1980, haciendo de él, a sus 34 años, casi un bebé en un sistema hasta ahora dominado por hombres mayores a los 70 años.

Lo que no se espera, claro está, desde una perspectiva más amplia y con mayores implicancias regionales y globales, es algún cambio de nombre que también implique y/o permita algún atisbo de una distinta visión y ubicación geopolítica del reino, que pusiese en riesgo la consabida e histórica alianza con EEUU y sus satélites. 

Nuevo liderazgo. Perspectivas

Durante el pasado año, Salman había tomado gradualmente mayores responsabilidades en los deberes de su hermano el rey Abdullah, a medida que crecía su incapacidad. Ha representado al país en importantes reuniones en el extranjero y también sirvió como viceprimer ministro y ministro de Defensa. Aunque se comenta que su salud no es óptima, (se especula que tiene la enfermedad de Parkinson), los saudíes lo niegan.

La estabilidad y continuidad, es probable que sean sus principios rectores, en un momento de alarma por un cumulo de factores como: el aumento del extremismo regional, representado por ‘Estado Islámico’ y Al Qaeda, la agitación en el vecino Yemen, la fuerte rivalidad regional del reino con Irán, y la controversia sobre sus resistidas llamadas a un corte en la producción de la OPEP en momentos en que el precio del petróleo se ha desplomado.

"Vamos a seguir respetando las políticas correctas que Arabia Saudita ha seguido desde su creación", dijo Salman en el discurso emitido en la cadena de televisión estatal saudí.

El nuevo monarca hizo, también, una referencia indirecta en su discurso televisado, al caos que esta dominando el gran Medio Oriente, en referencia a la acción de E.I. en Irak y Siria. "Las naciones árabes y el Islam están en extrema necesidad de la solidaridad y la cohesión", dijo el rey.

Una vez más, según se señalara anteriormente, está claro que bajo el nuevo liderazgo, no es esperable ningún cambio de timón destacable en materia de geopolítica, con miras a la difícil situación regional e intensamente conflictivo cuadro mundial. El mismo que avizora un creciente panorama de “neo-guerra fría” entre EEUU y Rusia, sumado al constante problema y eterna sospecha que implica el sueño del gigante chino en el establishment estadounidense, sobrados motivos para que Washington cierre filas con sus aliados, principalmente uno tan estratégico como el reino de los Ibn Saud.

Las exequias del rey Abdullah

El extinto rey Abdullah Ibn Abdulaziz Ibn Saud fue enterrado después de la oración de la tarde del viernes, a la que asistieron líderes islámicos, príncipes saudíes, poderosos clérigos y hombres de negocios árabes.

Más temprano, los líderes de todo el mundo expresaron sus condolencias.

El presidente de EEUU, Barack Obama, lo describió como un líder sincero que tuvo el coraje de sus convicciones, incluyendo "su creencia firme y apasionada en la importancia de la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita, como una fuerza para la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio y más allá".

En el Reino Unido, se dispuso el izado de banderas a media asta, comenzando por el Palacio de Buckingham, lo cual si bien generó un importante disgusto en amplios sectores de la población y una amplia polémica en los medios, fue respetado a rajatabla y habla también de la consideración de la dirigencia británica de Arabia Saudita como aliado incondicional.

Por su parte, España tiene una muy buena relación histórica con Arabia Saudita, por lo cual el Rey Felipe VI viajará este sábado a Riad para asistir a las exequias del rey Abdullah, así como don Juan Carlos, quien ha enviado un telegrama al rey Salman, en el que expresa su "más sincero sentimiento de pesar" y manifiesta su compromiso de reforzar los lazos de amistad y cooperación que unen a ambos países.

El presidente de los vecinos Emiratos Árabes Unidos, el jeque Khalifa Ibn Zayed Al Nahyan, dijo en un comunicado que Abdullah "generosamente dio mucho a su pueblo y su nación".

En Egipto, el gobierno mostró su agradecimiento por el apoyo incondicional de Abdullah para con el actual régimen egipcio, declarando siete días de luto, cuatro días más que los períodos de luto para otras muertes recientes. La oficina del presidente Abdel Fatah Al Sisi dijo en un comunicado: "La historia nunca olvidará sus numerosos logros en la defensa del arabismo y el Islam; actos, que él realizó con honor, honestidad y sinceridad, guiado por la verdad, la justicia, la caballerosidad y el coraje”. "El pueblo egipcio nunca olvidarán las posiciones históricas del difunto Rey Abdullah Ibn Abdulaziz hacia Egipto y su pueblo."

Bajo Abdullah, Arabia Saudita envió miles de millones de dólares en ayuda a Egipto después de que Sisi derrocara a Mohamed Morsi de la Hermandad Musulmana, en 2013, en un intento de garantizar la erosión a largo plazo de la influencia regional de la Hermandad. La familia real saudí ve a la Hermandad como una amenaza a su propia autoridad en Riad, en relación al manejo de la comunidad sunnita del Islam.