Walid Jumblatt pide celeridad en destrabar el entuerto político libanés

El dirigente Walid Jumblatt, la figura más influyente en la comunidad drusa del Líbano, dice estar tan alarmado como cualquiera por el ascenso del grupo islamista radical guiado por una visión puritana del Islam, el cual es una gran amenaza para las minorías religiosas, entre ellas la suya. Los cristianos y yazidíes ya han huido de su avance en Irak.

Jumblatt dijo que los líderes cristianos en el Líbano, -siendo el país objetivo de una incursión mortal por los combatientes del E.I. desde Siria este mes- necesitan reconocer el peligro de lo que está pasando en la región y acordar un nuevo jefe de Estado.

La presidencia del Líbano, única reservada exclusivamente para un cristiano en el mundo árabe, ha estado vacante desde mayo, cuando terminó el mandato de Michel Suleiman. El Parlamento ha fracasado repetidamente para elegir a su sucesor en ausencia de un acuerdo político.

Algunos observadores creen que un acuerdo de este tipo debe ser negociado por los estados regionales rivales que ejercen influencia crítica sobre las alianzas que compiten en el Líbano, en particular Arabia Saudita e Irán. Pero Jumblatt dijo que el problema era "local".

"Es un error cristiano. Ellos no están viendo lo que está pasando alrededor", dijo. "Depende de ellos saber que al mantener esta división, están haciendo la presencia cristiana en el Líbano cada vez más débil."

"Ellos se están debilitando a sí mismos y debilitando el Líbano."

La que una vez fuera la fuerza dominante en el Líbano, la comunidad maronita, hoy se encuentra dividida internamente y rodeada de otras alianzas rivales que definen la política del país acuciado por una crisis: la ‘Coalición 8 de Marzo’ incluido el grupo Hezbollah respaldado por Irán shiíta, y la ‘Alianza 14 de Marzo’, con respaldo saudí, liderada por el político sunní Saad Al-Hariri.

Con los líderes maronitas -incluyendo los enemigos durante la guerra civil: Michel Aoun y Samir Geagea- ambos apuntando a la presidencia, probablemente esta será ocupada solo mediante un acuerdo sobre un candidato aceptable para todos.

El Jefe del Ejército Jean Kahwaji, cuyas fuerzas lucharon contra los militantes islamistas durante cinco días en la ciudad fronteriza de Arsal este mes, es visto como un candidato potencial. Tanto Suleiman y su predecesor, Emile Lahoud, fueron ex comandantes del ejército.

"Culpar a Hezbollah no llevara a ninguna parte"

Además de la presidencia, las elecciones parlamentarias también han sido víctimas de estancamiento político. Las elecciones que debían llevarse a cabo el año pasado se aplazaron hasta finales de este año.

Jumblatt vinculó su apoyo a una nueva prórroga del mandato del parlamento existente, a la elección de un presidente: "Sólo voy a ir a por una prolongación técnica de algunos meses, tal vez seis meses, condicionado a la elección de un presidente."

Los drusos son una de las comunidades más pequeñas del Líbano, pero golpean por encima de su peso en política. Jumblatt ha maximizado su influencia al cambiar alianzas varias veces en los últimos años.

A pesar de sus diferencias, los líderes libaneses han logrado unirse de caras a la amenaza planteada por el Estado Islámico.

Junto con otros grupos radicales, sus combatientes se apoderaron de la ciudad fronteriza de Arsal el 2 de agosto, en el desbordamiento más grave en el Líbano a la fecha, luego de tres años de conflicto en Siria.

Decenas de personas, entre ellas 19 soldados, murieron en la batalla. Los milicianos se retiraron el 5 de agosto, llevándose con ellos 19 soldados y 17 policías capturados.

"El Estado islámico es una amenaza tanto para el Islam moderado encabezado por el Sr. Saad Al-Hariri y por supuesto para Hezbollah", dijo Jumblatt. "Hay una convergencia, una ansiedad generada por un enemigo común... lo cual es bueno", dijo.

Alabando el ejército, agregó: "Más allá de nuestras estúpidas disputas políticas, todavía tenemos instituciones que puedan resistir."

La crisis de Arsal, trajo a Hariri de regreso al Líbano después de tres años de exilio auto-impuesto. Él trajo consigo mil millones de dólares en ayuda saudí para ayudar a las fuerzas de seguridad a combatir el extremismo.

Jumblatt dijo que Hariri debe "recordar a la gente que los musulmanes del Líbano no puede entrar en el radicalismo". Una minoría religiosa extendida en toda la región, los drusos -una fe arraigada en el Islam, pero influida por la filosofía griega antigua y de la India- ha sobrevivido a anteriores oleadas de persecución a lo largo de la historia.

El auge del Estado Islámico parece haber empujado Jumblatt más cerca de Hezbollah, cuyos guerrilleros altamente capacitados están combatiendo la insurgencia dominada por los islamistas sunnitas en Siria junto a las fuerzas del presidente Bashar Al Asad.

Mientras que el mantiene su feroz oposición a Al Asad, Jumblatt ha bajado decibeles en su crítica del papel de Hezbollah en Siria.

Enemigos políticos de Hezbollah, incluyendo Hariri, todavía lo acusan de que su papel en Siria ha provocado los ataques islamistas sunníes en Líbano.

Jumblatt está atrapado por su pronóstico de que Al Asad eventualmente caerá. "Él no va a sobrevivir. En última instancia va a caer", dijo.

Pero dijo que no tenía ningún sentido culpar a Hezbollah por combatir en Siria, diciendo que el grupo estaba siguiendo la política iraní. "Continuar culpando a Hezbollah no conducirá a ninguna parte", dijo. "Ahora tenemos que encontrar en algún lugar, algún tipo de coordinación, un esfuerzo político, un joint venture político."

"Ahora todo depende de nosotros."