Milicianos extremistas toman Arsal y el ejército promete expulsarlos

Miles de civiles libaneses y refugiados sirios huían este lunes en camionetas y automóviles atestados de una ciudad fronteriza que fue tomada por milicianos de la vecina Siria. El éxodo se produjo mientras los soldados libaneses despachaban refuerzos en un intento por liberar a Arsal de los extremistas sirios.

Los enfrentamientos son la extensión más grave de la violencia del conflicto interno sirio en el Líbano, lo que alimenta los temores de que esta diminuta nación se convierta en un nuevo frente en el conflicto, actualmente en su tercer año.

La lucha de 3 días en Arsal, una ciudad de enorme mayoría sunnita rodeada por pueblos shíitas, podría agravar las tensiones sectarias en el Líbano. El ejército ha prometido expulsar a los milicianos de la ciudad, una tarea ambiciosa considerando la naturaleza porosa de la frontera con Siria y las divisiones políticas y sectarias en el seno del Líbano.

Hasta ahora han muerto 11 soldados libaneses y 13 están desaparecidos en la lucha en torno de Arsal, que estalló el sábado cuando los milicianos sirios cruzaron la frontera y se apoderaron de los puestos del ejército libanés.

Los residentes que huían de Arsal afirmaron haber aprovechado una calma relativa entre la medianoche y la madrugada del lunes para empacar e irse. Después prosiguió la lucha y se podían ver columnas de humo negro desde la ciudad.

Desde la distancia se oían los impactos de los disparos de tanques contra las posiciones rebeldes. Una docena de camiones plataforma libaneses transportaban tanques hacia los suburbios de Arsal el lunes.

El Ejército del Líbano está dispuesto a hacer frente a los extremistas y no permitirá que amenacen la integridad del país, afirmó este lunes el comandante de las Fuerzas Armadas libanesas, Jean Kahwaji.

“El Ejército libanés está dispuesto a hacer frente a los grupos de extremistas religiosos que intentarán aprovechar la situación creada en (el poblado fronterizo con Siria) Arsal”, dijo en rueda de prensa.

Según el jefe militar, tres días de combates en Arsal se saldaron con 10 militares muertos, 25 heridos y 16 desaparecidos; estos últimos podrían haber sido capturados por los islamistas.

La zona fronteriza de Arsal, considerada una base de retaguardia de los extremistas, desde la que lanzan sus ofensivas contra Damasco y Homs, ha sido escenario de varias operaciones de las tropas libanesas y sirias contra esos grupos.

En la mañana de este lunes, los combates se reanudaron después de que unos 600 insurgentes atacaran una base del Ejército del Líbano cerca de Arsal, a 12 kilómetros de la frontera con Siria. Las fuerzas libanesas lograron repeler el ataque islamista.

Entretanto, crece el flujo de refugiados de la zona de combates. Entre los que huyen de la región hay numerosos ciudadanos sirios que se encontraban en un campo de refugiados en la zona, informa la cadena libanesa Al Manar.

Los combates entre el Ejército del Líbano y los extremistas del 'Frente Al Nusra', el 'Estado Islámico' y otros grupos armados similares comenzaron después de que los militares detuvieran en la zona de Arsal a varios combatientes de Al Nusra, incluido Imad Ahmed Jumaa, uno de sus comandantes. En respuesta, los islamistas atacaron retenes del Ejército e invadieron Arsal, pero las tropas repelieron el ataque y recuperaron el control de todas las posiciones.

Según Jean Kahwaji, el cabecilla extremista detenido preparaba una ofensiva contra el Ejército libanés, por lo que su arresto “frustró ese plan criminal”.

En la operación el Ejército libanés cuenta con el apoyo de la Fuerza Aérea siria, que este lunes volvió a bombardear las posiciones de los extremistas.

Por otro lado, de acuerdo a Al Manar, la guerrilla shií de Hezbollah, declaró que “luchará hombro a hombro con los militares contra los que amenazan la integridad del Líbano, su estabilidad y soberanía”.

El movimiento ha combatido en varias ocasiones contra grupos extremistas en la zona de Arsal. En la última ocasión, el pasado 14 de julio, milicianos de Hezbollah impidieron el intento de un grupo de 400 mercenarios de entrar en territorio libanés y los hicieron retroceder hacia el interior de Siria.