Líbano, entre aciertos y desafíos
Las medidas impulsadas por el Gabinete libanés para detener la propagación del COVID-19 comienzan a dar resultados; mientras tanto, nuevos desafíos económicos y sociales vuelven a surgir.
Pasados más de dos meses desde que el Líbano informó su primer caso del nuevo coronavirus el 21 de febrero, el país ha cerrado todas las instituciones no esenciales, incluido el Aeropuerto Internacional de Beirut, y ha establecido toques de queda nocturnos y una serie de otras medidas para alentar a las personas a quedarse en casa.
El jueves pasado, el Gabinete decidió extender el aislamiento nacional hasta el 26 de abril. Este domingo, el país del cedro obtuvo los primeros números positivos de la cuarentena, luego de que el Ministerio de Salud anunció sólo dos nuevos contagios, el registro diario más bajo en semanas.
Con menos de 700 contagios, hasta ahora, el enfoque del Gobierno liderado por Hassan Diab parece estar dando algunos resultados positivos: la cantidad de nuevos casos diarios confirmados de infecciones por COVID ha comenzado a disminuir desde finales de marzo, y las cifras generales se han mantenido.
Esta reciente caída ha brindado a los investigadores y profesionales médicos una cautelosa esperanza de que la capacidad del sistema de atención médica nacional pueda superar el brote sin abrumarse. Sin embargo, persisten profundos desafíos económicos en el país, importantes en torno al acceso a suministros y pruebas médicas, lo que dificultará determinar el alcance total del brote.
El obstáculo más grande que enfrenta Líbano es la disponibilidad de reactivos para pruebas, hisopos y equipos de protección personal para trabajadores médicos durante la crisis.
Firass Abiad, jefe del Hospital Universitario Rafik Hariri, lugar donde se trataron los primeros casos de COVID en el Líbano, afirmó que “se necesitan más pruebas”, y aseguró que hay varios sectores por cubrir, como las comunidades que viven en campos de refugiados, cárceles y áreas rurales.
Actualmente, se realizan 550 pruebas diarias en el país, pero se les está dando prioridad a las personas de alto riesgo y aún no se realizan exámenes comunitarios. El ministro de Salud Pública, Hamad Hassan, declaró la semana pasada que el número de testeos se incrementarán en “los próximos días”
Según Ziad Rahal, CEO del Hospital Rahal Akkar en Halba, en el norte de Líbano, esta escasez está presente en todo el país.
El difícil presente de la economía libanesa afecta directamente al tratamiento de la pandemia de coronavirus. Al respecto, el equipo del primer ministro comenzó a elaborar un borrador del plan de reforma económica que incluye medidas para modificar el sector bancario y devaluar gradualmente el tipo de cambio oficial, que alcanza las 2900 liras libanesas (LL) por dólar en el mercado negro, casi el doble que al cambio oficial (1507 LL).
El plan, diseñado como una hoja de ruta para que el país del cedro salga de su profunda crisis económica y monetaria, describe -entre otras medidas- planes para reestructurar el sector bancario a expensas de los accionistas y grandes inversores, y buscar asistencia del FMI y otros financiadores internacionales.
"La estabilización de la economía es una prioridad inmediata", afirma un borrador filtrado en las últimas horas en los medios locales. Además, informa que se solicitará asistencia financiera extranjera sustancial, proyectando que se necesitarán entre USD 10 y 15 mil millones en financiamiento, en los próximos cinco años.
El proyecto también expresa la esperanza de que parte del financiamiento provenga de los USD 11 mil millones prometidos al Líbano en la conferencia internacional de donantes CEDRE en 2018. Sin embargo, el dinero aún no se ha liberado ya que el gobierno del Líbano no realizó las reformas prometidas necesarias para desbloquearlo.
Asimismo, promete avanzar con algunas de las reformas pactadas desde hace mucho tiempo, incluidas las medidas anticorrupción y la revisión del sector eléctrico del país, para hacer frente a la escasez crónica y los déficits presupuestarios.
Finalmente, el borrador prevé una "devaluación controlada gradual" de la moneda desde la tasa oficial actual de 1507 LL por dólar hasta un valor de 3000 LL por dólar para 2024. Impulsado por la escasez de dólares en el sistema, en el intercambio del mercado ilegal la tasa ya ha alcanzado las 2900 LL y ha provocado una inflación generalizada, que se espera sea del 25 por ciento anual en 2020.
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