Rosario distingue a José y Pedro Adad
Cuarta generación de una familia dedicada a la fabricación y venta de pochoclo en Rosario, los carritos Adad son un clásico en cualquier parque de la ciudad.
El Concejo Municipal de Rosario, aprobó el Decreto 46.444 a través del cual declara Ciudadanos Distinguidos de la ciudad de Rosario a Don José Adad y Pedro Adad. Cuarta generación de una familia dedicada a la fabricación y venta de pochoclo en Rosario, los carritos Adad son un clásico en cualquier parque de la ciudad.
Este viernes (29 de agosto) desde la red social Facebook, Julio Adad –sobrino nieto de José y Pedro, los dos hijos de Manzur que hasta estos días continuaron con el legado- dio a conocer una idea que rápidamente prendió en los numerosos seguidores que “Pochoclos Adad una tradición” tiene en la red social. A un mes de la muerte de Pedro, quiere que la ciudad homenajee a sus legendarios pochocleros con dos placas recordatorias en dos lugares muy especiales: Los colegios Normal 3 y Dante Alighieri.
Los Pochoclos Adad son una marca registrada de Rosario, casi a la altura del Monumento a la Bandera, o del tradicional carlito. Juan Manzur Adad había nacido en El Líbano, pero un día decidió hacer la América y viajó rumbo a Chicago, Estados Unidos. Allí compró una máquina para cocinar pochoclos, y con ella, su mujer Yasmín y su familia subió a un barco que lo trajo definitivamente a la Argentina. Sus hijos, José, Pedro, Miguel, Eduardo, Angélica, Adelina y Marta tomaron la posta y, con las décadas, los carritos de Adad se multiplicaron por toda la ciudad y hasta llegaron a la Costa Atlántica durante los veranos.
“José estuvo casi 50 años todos los días en la puerta del Normal 3 vendiendo pochoclo a la salida de los chicos de la escuela, y Pedro estuvo 46 años haciendo lo mismo frente a la Dante”, explica Julio en diálogo con Rosarioplus.com. La idea, compartida en Facebook, prendió rapidísimo: en pocas horas había sumado casi 15 mil me gusta, más de mil comentarios y se había compartido casi unas 9 mil veces.
Julio es cuarta generación de pochocleros Adad. Cada fin de semana sale con uno de los carritos a vender pororó a los parques de la ciudad. Durante la semana, es jefe de residentes de traumatología del Hospital Centenario. Vender pochoclo a los miles de rosarinos que sábados y domingos salen a pasear por los parques es su cable a tierra. Quizás una enseñanza que aprendió de sus abuelos tíos.
“Ellos ya lo hacen por amor, no necesitan más nada económicamente y hasta están jubilados, pero eligen seguir levantándose a las 6 de la mañana a preparar el pochoclo, eso es amor”, resume Julio sobre José, que a sus 85 años se lo sigue viendo los sábados en el Parque Independencia y los domingos al pie del Anfiteatro, y sobre Pedro, que hizo lo mismo hasta hace un mes, cuando falleció a sus 82 años.
El furor por los pochoclos Adad en Facebook no es cosa nueva. “El 9 de julio subí una foto de José vendiendo pochoclo y 1800 personas le dieron me gusta y 118 mil la vieron, esto no es normal”, se sorprende Julio. Espera que, ante este pedido, el apoyo de los fieles seguidores de los legendarios pochocleros empujen a las autoridades a cumplir su sueño y poder brindarles un merecidísimo homenaje.
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