Líbano presente en Gral. Madariaga

¿Cuándo y en qué circunstancias nació esta institución?

La Sociedad Libanesa de Gral. Madariaga se fundó en Marzo de 1920, tan solo13 años después de establecida la localidad. En su origen la institución sirvió como sociedad de socorros mutuos, y a lo largo de su existencia nuestra sede se transformó en discoteca bailable, club de cartas y sede social.

Hoy en día alquilamos el salón se alquila para fiestas con el objeto de recaudar fondos para mantenimiento de la sede. Además, la sociedad tiene dos panteones centenarios en el cementerio local y estamos refaccionándolos.

¿Qué actividades desarrollan durante el año?

El evento más importante para nuestra institución es el Encuentro de Colectividades, actividad realizada en el mes de Septiembre. El año pasado participamos junto a las colectividades española, montenegrina e italiana, que junto a la libanesa son las más importantes de la ciudad.

En aquella ocasión, nos visitó Monseñor Charbel de la Iglesia Católica Maronita de Buenos Aires, quien ofreció una misa en conjunto con los párrocos de las otras colectividades. También contamos con el apoyo del Ballet de Folklore Libanés Firqat Shat Lubnan de la ciudad de Mar del Plata que realizo una muestra de danzas.

¿Cuáles son los objetivos para el año que comienza?

Queremos retomar las cenas típicas de forma mensual en nuestra sede social, terminar la reparación de los panteones y el primer piso de nuestra sede. Por suerte contamos con una comisión directiva importante y proactiva, de la cual participan: Osvaldo Togni, Jorge Flores, “Negrucho” Fernández, Ramiro Zegbi, Oscar Latuf, Ezequiel y Carolina Abait, Luciano Guidi, y Juan Carlos Srur, entre otros.

¿Por qué es tan importante la colectividad libanesa en Gral. Madariaga?

No hay una razón específica, pero creo que la antigüedad de la localidad y el pujante sector agrícola-ganadero atrajeron a los migrantes libaneses. Además, el libanés es un apasionado por sus orígenes y eso se refleja en el compromiso por honrar la memoria de sus abuelos.

Recuerdo cuando llegué a Metrit (Líbano), y trataba de imaginarme la travesía que mis abuelos debieron realizar para poder llegar a Madariaga, sabiendo que en el proceso perderían el contacto con su familia. Hoy, con las redes sociales disponibles la comunicación se facilitó y permite reestablecer el contacto.

¿Cómo viajaste a Líbano?

Viajé a través de RJ Liban en el año 2013, junto a un grupo de jóvenes pertenecientes a Juventud de la Unión Cultural Argentino Libanesa. Y mientras recorríamos el país buscábamos nuestras familias. Era un trabajo de hormigas porque visitábamos la municipalidad, la iglesia, el registro civil, etc. para encontrar pistas sobre la actualidad de la familia. Pero muy gratificante al momento del reencuentro por la generosidad y calidez que caracteriza al libanés.

¿Qué fue lo que más te gustó de Líbano?

Fui sin expectativas porque quería descubrir lo que era estando allí, pero si hay algo que me impactó fue la capacidad para reconstruirse. Yo no podía creer que haya habido una guerra en el centro de Beirut. Por otro lado, no me sorprendió la calidez de la gente porque es algo que veo en la colectividad libanesa en Argentina.

¿Tenés ganas de volver a Líbano?

Sí, aunque esta vez ya no siendo parte de JUCAL (risas). Todavía sigo en contacto con los chicos y chicas con que viajé, y la idea está presente. Solo falta un poco de tiempo.