La Asociación de Beneficencia Drusa redobla su apuesta cultural
En el marco del 90º Aniversario de su fundación, la institución lanza un nuevo proyecto de difusión cultural, se inaugurará el Centro Cultural Argentino Árabe Casa Emir Amín Arslán “Bait el Emir”.
El 26 de abril de 1926 el ilustre Emir Amín Arslán fundó la institución comunitaria y benéfica que en breve cumple 90 años de vida activa, y que buscando dar continuidad a un amplio programa cultural llevado adelante por su Comisión Directiva, inaugura un nuevo espacio cultural con identidad propia.
El encuentro será el próximo martes 26 de abril a las 19, en la sede de la ABD, J. A. Cabrera 4625.
El Centro “Bait el Emir” tendrá un directivo a cargo, el Dr. Pablo Tornielli, quien concedió una entrevista exclusiva a esta Redacción, en compañía del presidente de la ABD, Daniel Attar.
¿Cuál ha sido tu vínculo con la Asociación Drusa?
P.: Lo que me termina vinculando a la Asociación de Beneficencia Drusa (ABD) es mi estudio biográfico sobre el Emir Amín Arslán, fundador de la ABD, y es la razón principal por la que ahora he sido convocado.
Me pareció fundamental, en un momento, determinar los aspectos biográficos y brindar precisión a la biografía de este personaje que fue tan importante, entre otros países, para la Argentina, porque he visto que se lo nombraba y citaba en distintos lugares con variados errores e imprecisiones.
¿Cómo fue tu encuentro con el personaje?
P.: Comencé a hacer un estudio cuyo propósito era establecer por qué el entonces senador, Joaquín V. González, había defendido la inmigración, que en aquel momento se llamaba otomana o siro-otomana, y una de las razones que yo suponía era que en eso podía haber influido su amistad con el Emir.
Anticipo igual, que la respuesta fue negativa, porque la intervención de González en el Senado de la Nación, en favor de la inmigración, fue en septiembre de 1910, cuando todavía no había llegado a la Argentina el Emir.
Sin embargo, a propósito de ese estudio me fui encontrando con el Emir Arslán y se convirtió en el objeto del estudio, puesto que Joaquín V. González está suficientemente biografiado y no requiere tanta investigación, contrariamente al Emir.
Por otra parte, mi interés en la cultura e idioma árabe proviene de años atrás, con distintos cursos de idioma, entre ellos también en la ABD, y un acercamiento académico a la cultura. Y el idioma fue esencial para estudiar al Emir, pues él escribió en tres idiomas: árabe, francés y castellano; y sus obras en árabe y en francés no están aún traducidas.
¿Qué proyectos de trabajo tendrá Bait el Emir?
P.: Seguramente, uno de los proyectos que tendrá que encarar la Casa del Emir será fomentar la difusión de esas obras que no fueron, hasta el momento traducidas, y abrirlas a un público masivo. Asimismo reeditar en forma electrónica algunas de sus obras en castellano, que no se editan desde la década de 1940.
Y desde este trampolín nos podemos lanzar a una cantidad de objetivos mucho mayores, pero es un muy buen punto de partida, pues significa la recuperación de ese aporte fundamental que hizo a la inteligencia argentina, una persona que era, como señalo en mi ensayo sobre el Emir, un “hombre de tres mundos” , del Medio Oriente, de Europa y del Nuevo Mundo.
Actualmente, son necesarias más que nunca, este tipo de visiones plurales para tratar de superar los prismas que nos imposibilitan ver y entender las cosas que están pasando en el mundo.
¿Y cómo se articula esto con el trabajo cultural de la institución?
D.: Precisamente como señaló Pablo, se trata de un trampolín que nos permitirá ir a un espacio más grande, en el cual se interconectan constantemente nuestra herencia oriental con la cultura argentina de la cual también somos parte indivisible hoy luego de más de un siglo de presencia.
Con ese espíritu es que viene trabajando la institución con sus actividades que conjugan lo árabe y lo argentino, tenemos idioma, danza folclórica, canto y música árabes, pero también tenemos tango y folclore argentinos, con un público asistente a todas ellas, del más variado origen y sin ningún tipo de discriminación. A ello debe agregarse la puesta en valor de nuestra biblioteca.
Vale decir que ese es el marco de unidad y fusión constante que es la ABD, excediendo los límites de su esencia primigenia e identidad cultural o espiritual, para amplificarla y sumarla a un crecimiento integral, que no hace más que definirnos como este conjunto humano que es nuestra colectividad, de allí que nuestra herramienta básica y vehículo por excelencia sea la cultura.
P.: De hecho la tipología de la identidad argentina, es perfectamente compatible con este esquema, en nuestro país lo que viene de afuera es una suma, no un ‘peligro’ ni una ‘contaminación’, sino un aporte enriquecedor, como podemos ver a lo largo de nuestra historia nacional a través de las distintas presencias comunitarias que han llegado. Todas han aportado y enriquecido eso que estamos construyendo diariamente que es la ‘identidad nacional’.
De manera tal que la invitación está hecha, y es extensiva a la colectividad toda, para la inauguración del Centro “Bait el Emir” coincidente con el 90º Aniversario de la ABD, el próximo martes 26, en la cual se ofrecerá un espectáculo especial de música y canto árabe, más degustación de comida típica de Líbano y Siria.
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