¡Campeones otra vez!

Poco es lo que se puede aportar desde el análisis técnico en nuestra tribuna. Para eso están los medios especializados que lo han hecho y siguen haciendo con sobrada calidad y en forma profusa.

Solo queremos sumar nuestra voz desde el Diario Sirio Libanés al merecido festejo de nuestra querida Selección Argentina, encabezada por Lionel Scaloni y conformada por esos jóvenes gladiadores del balompié con el inmenso Lio Messi a la cabeza.

Nuestro festejo argentino por el Tricampeonato del Mundo tuvo eco en distintas partes del orbe, allí donde por presencia de argentinos o simplemente por conexión con la mística de nuestro fútbol y este gran conjunto y proyecto que es la selección albiceleste, la alegría argentina también dijo presente.

Siria y Líbano no han estado ausentes en el feliz sentimiento compartido. Aquellos conectados con la tierra de nuestros ancestros, hemos recibido imágenes de festejos callejeros y caravanas de autos con bocinazos la noche del domingo, en Tartous (Siria) o en Trípoli (Líbano), por ejemplo.

Además de la especial conexión con la Argentina, muy posiblemente en este caso en particular, se haya sumado el desdén popular hacia una Francia históricamente colonialista y opresora, madre de gran parte de los males históricos y actuales que aquejan a Siria y Líbano.

Pero no hace falta ahondar ahora en esos temas. Sin necesidad de análisis geopolíticos puntuales, baste decir que entendemos que hay algo milenario que conecta a todo ser humano de bien y que en nuestra estirpe y herencia hemos valorado siempre en forma excelsa: el amor por ese máximo valor que es la Justicia.

Y esta justicia deportiva es la que celebramos para la Argentina, su Selección capitaneada por el más grande del mundo: Lio Messi, y todo un pueblo que desde ayer vive con desahogo, la alegría de ser una vez mas los CAMPEONES DEL MUNDO.

Desde nuestro corazón decimos ¡Gracias querida Scaloneta! … Por haber dejado tu impronta en las páginas de la historia del fútbol mundial, por haber regresado a su justo lugar al fútbol argentino y habernos regalado con tu esfuerzo la merecida gloria y el eterno orgullo, en casa y en el mundo.