Shakespeare y la música protagonizan el festival Al Bustan
El Festival Al Bustan se desarrolla en Beirut y se celebra hasta el 20 de marzo de 2016.
El Líbano es un crisol, con una historia densa y a veces dramática. Pero también es bastante más. En las colinas de Beirut hace 23 años que se celebra un festival de música clásica.
Nunca se ha cancelado un concierto. Ni siquiera en los momentos más difíciles para el país, golpeado por bombas y atentados en una demoledora guerra civil protagonizada por actores internacionales.
Myrna Bustani, la primera mujer diputada electa en el parlamento libanés, es la fuerza apasionada que está detrás del evento:
“En 1991 cuando volví al Líbano vi durante mi visita a Beirut que la situación era dramática en todo lo referente a la música clásica: se utilizaba en los funerales y cada vez que había un asesinato o una bomba o una explosión. Y es algo que me sorprendió tanto que me dije Hay que hacer algo. Les pregunté a algunos amigos: ¿Hacemos un festival de invierno? Me respondieron: ¿crees que encontrarás artistas que quieran venir al Líbano? Siempre he dicho que los artistas tienen mucho valor”.
Este año el tema del Festival Al Bustán es “Música y Shakespeare” en la conmemoración del cuarto centenario de su muerte. El programa es muy variado, desde óperas clásicas, como el Otelo de Verdi o Rossini, al teatro lírico japonés Nō con Shakespeare al fondo.
Para el director musical del festival, Gianluca Marcianó, el sueño de una noche de verano, de Mendelssohn era pieza obligada de la llamada “música incidental’, compuesta para acompañar la obra.
Mendelssohn ha creado una orquestación sofisticada, y sigue perfectamente las líneas maestras de Shakespeare. “Desde el primer acorde de la Marcha Nupcial experimentas una sensación plena de felicidad y paz. Está llena de emociones”, expresa Marcianó.
Asimismo, asegura: “ Este festival siempre ha progresado, con el leitmotiv de la esperanza. El lenguaje universal de la música, la música en sí, rompe todas las barreras; habla solo con las notas, habla solo con las emociones. Para el público el concierto es un momento catártico, donde todos los problemas de la vida desaparecen, al menos por unos momentos, y nos da la posibilidad de volver a nuestras raíces como seres humanos con sentimientos puros”.
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