Los tesoros perdidos de Siria renacen en el Coliseo
El viejo anfiteatro romano escenifica la lucha de la inteligencia con el fanatismo al exponer copias de las obras destruidas por el terrorismo.
Reviven en el Coliseo de Roma algunos de los tesoros de Siria e Irak, concretamente de Palmira, Ebbla y Nimrud, destruidos o dañados durante la guerra o por la furia alocada del terrorismo. La exposición se llama “Renacer de las destrucciones” y abre sus puertas hasta el 11 de diciembre.
Pero, como demostración de la importancia de la exposición y del compromiso de Italia por salvar la cultura siria, la muestra se presentó con la presencia del jefe del Estado, Sergio Mattarella, y de los ministros de Exteriores, Paolo Gentiloni, y el de Cultura, Dario Franceschini.
Gracias a una reconstrucción a escala real realizada en Italia, es posible admirar tres monumentos destruidos o dañados: El Toro androcéfalo que ya no existe del Palacio Noroeste de Nimrud (Irak), la Sala de Archivo de Ebbla (Siria) que custodiaba 17.000 tablillas cuneiformes y que se encuentra en grave estado de abandono, o una parte del techo destruido del milenario templo de Bel en Palmira (Siria).
El objetivo de la exposición es sensibilizar a la opinión pública internacional en el conocimiento de la cultura y salvaguardia de los lugares y monumentos que son patrimonio de la humanidad. Además, se quiere favorecer el debate sobre la reconstrucción de lo que se destruye y acerca de la restauración de cuanto queda dañado.
El renacer de estos tres monumentos ha sido posible gracias al trabajo muy especializado de tres empresas italianas, con el recurso de las nuevas tecnologías en 3 D, bajo la guía de un comité científico de arqueólogos e historiadores del arte. El público puede así admirar la grandiosidad de estos monumentos únicos.
Originales
Junto a las reconstrucciones, se exponen dos altorrelieves originales procedentes directamente de Palmira y dañados por el terrorismo.
Concluida la exposición, estas dos obras que representan a un hombre y una mujer, esculpidas en piedra, serán restauradas en Italia y después serán devueltas al Museo Nacional de Damasco.
“La cultura es un patrimonio común y también un signo de civilización contra el oscurantismo”, ha dicho el presidente Mattarella, quien ha rendido también homenaje al famoso arqueólogo asesinado en Palmira, Khaled Asaad, calificado de “héroe”, porque “con otras personas salvó una gran cantidad de obras maestras que son patrimonio de la humanidad”, dijo Mattarella.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Paolo Gentiloni, subrayó la importancia de la preservación de este patrimonio cultural y de símbolos de la civilización antigua: “Se defiende algo de extraordinario valor como es el pluralismo, la realidad plural de los territorios que hoy son objetivo de guerras y conflictos”.
La exposición ha supuesto un desafío técnico-científico, además constituir un gran instrumento de comunicación.
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