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miércoles, 15 de octubre de 2014

Jorge Taiana en la segunda jornada del curso “Mediatizaciones”

Segunda jornada del curso de extensión universitaria “Mediatizaciones: La construcción imaginaria de Oriente Medio” organizado por el Departamento Académico la Fundación Nínawa Daher (FND) PILAR, junto con la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social (FCEyCS) de la Universidad del Salvador (USAL). 

El Diario Sirio Libanés estuvo presente el martes 14 de octubre en la segunda jornada de este curso en la sede de la facultad, dirigido a estudiantes de comunicación social y abierto a profesionales de otras disciplinas, con la exposición en esta segunda jornada, del ex-canciller y actual diputado porteño, el Lic. Jorge Taiana. Asimismo cabe destacar la distinguida presencia del Sr. Embajador de la República del Líbano, Dr. Antonio Andary así como representantes de la sede diplomática del Reino de Arabia Saudita.

La amplia trayectoria de militancia política sumada a la formación profesional del Lic. Taiana como Sociólogo, asesor de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, coordinador del Centro de Estudios Sociales del Servicio de Paz y Justicia en América Latina, embajador y canciller argentino; permitieron a los presentes nutrirse de una exposición de alta jerarquía resultante de su profunda visión y conocimientos en el terreno de las relaciones internacionales.

Nuevamente luego de una breve bienvenida por parte del Lic. Máximo Paz, decano de la FCEyCS de la USAL y una presentación y agradecimiento por parte de la Lic. Alicia Daher en nombre del Departamento Académico de FND, se inició la exposición del Lic. Taiana, denominada “Los Desafíos de la Paz”, de la cual extraemos para el público de DSL, los conceptos sobresalientes.

Como introducción efectuó el orador reflexiones acerca del marco histórico del siglo XX donde resaltó que uno de los hechos más trascendentes del mismo, desde el terreno de la geopolítica, ha sido el renacimiento cultural y político árabe, llevado adelante por esa cultura que tuvo en la Historia un apogeo extraordinario y el conocido posterior periodo de declive durante el Imperio Otomano.

Ese renacimiento implicó, varios elementos: han surgido los numerosos estados nacionales árabes, la presencia del petróleo, el gran impulsor económico del siglo XX, surgido sobre todo en países del golfo y también en el norte de África, pero también tuvo que ver este renacer con procesos de mayor trascendencia. Uno de ellos fue el fin de la decadencia en el Mundo Árabe, tras la extinción del Imperio Otomano al finalizar la Primera Guerra Mundial que permitió la emergencia de lo que luego fueron los estados, que comenzaron primero como reinos.

Tras transitar un período de mandatos de la Sociedad de las Naciones con la influencia regional británica y francesa, el traslado de liderazgos políticos y religiosos de una parte a otra, (ejemplo Jordania que era Transjordania, con un liderazgo extraído de la Península Arábiga). Sumado a esto, y luego de la crisis del colonialismo posterior a la finalización de la Segunda Guerra Mundial, se termina de delinear el surgimiento definitivo ya para fines de los '50s de los estados árabes modernos. Señala aquí el Lic. Taiana, la fecha clave de 1960 con la resolución 1514 de la ONU.

Continúa indicando que el agregado de la aparición del petróleo durante el periodo post otomano, sin duda le da un atractivo económico y político extraordinario a la región y con un elemento adicional que es la cuestión de Palestina, o sea la cuestión de la migración judía hacia Palestina, proceso que había comenzado a fines del SXIX, generando para los años ‘30s una serie de enfrentamientos abiertos entre las comunidades judía y árabe y que luego con el ingrediente del holocausto y el nazismo toma mayor dimensión.

Todo eso lleva a la partición de Palestina, el surgimiento del estado de Israel, la guerra del ’48 y la expulsión masiva de población árabe. Luego enumera las guerras: la del ’56 (guerra de Suez), la del ’67 marcada por la resolución 242 de la ONU y la guerra del ’73 con la resolución 338 .

Dichas guerras estuvieron, así como la partición de Palestina, bajo un marco político internacional que fue la “guerra fría”, la cual tuvo una consecuencia muy importante ya que transformó a Israel en el aliado privilegiado y decisivo de los EE.UU. en la región.

Por el otro lado, en muchos de los países árabes se produjeron revoluciones que terminan con las monarquías, la primera es la de 1952 en Egipto que depone al rey Faruq, llegando al poder Gamal Abdel Nasser. Procesos similares se dan en otros reinos del momento, iniciando así el proceso del nacionalismo y socialismo árabes. De modo que se pasa de las monarquías a nuevos esquemas, sean con gobiernos militares o de partidos revolucionarios como el Baath en Siria e Irak, que en general llevan adelante una política de modelos nacionalistas laicos con fuerte desarrollo de los sectores estatales; en lo internacional, aliados con la URSS y muy enfrentados a EE.UU. e Israel y llevando adelante un sólido apoyo a la causa palestina.

Mientras en la Península se da un proceso de reordenamiento de monarquías tradicionales con el surgimiento de nuevos reinos alrededor de Arabia Saudita ya en los 70s, como Omán, Emiratos, Qatar , los cuales tienen también una posición pro palestina pero en este caso con una sólida relación política y económica con EE.UU. y el Reino Unido.

Esta situación de guerra fría más el enfrentamiento de la cuestión palestina, la ocupación de Israel de los territorios en los cuales se debía construir el estado palestino, se mantiene durante toda la guerra fría con las distintas vicisitudes pero sin solución completa, aunque hay diferentes momentos donde parece que se va a poder llegar a un acuerdo de paz, como por ejemplo con los acuerdos de Camp David en 1978 donde Egipto, la gran potencia árabe, comandado ya no por Nasser sino por Sadat, firma un acuerdo de paz con Israel. Pero no se llega a una solución definitiva y el conflicto queda estancado a raíz de una relativa división dentro del mundo árabe respecto a fortaleza del apoyo a la causa palestina, y en cambio por el otro lado un muy fuerte apoyo de los EE.UU. a Israel, el cual se mantiene invariable a lo largo del tiempo.

Ya para el fin de la guerra fría hay dos elementos que se han desarrollado y han aumentado la frustración en el mundo árabe, uno es el relativo fracaso desde lo económico y social de muchos de los movimientos de liberación, en cuanto al desarrollo sostenible de sus países y el segundo elemento es que comienza a aparecer un nuevo factor en Medio Oriente que va a ser la aparición de países islámicos no-árabes como actores de peso en la región, esto principalmente debido a la involución política de Egipto como gran potencia árabe sustentadora histórica de la causa palestina.

Principalmente los nuevos actores regionales son:  Irán que a partir de la revolución islámica de 1979 y sobre todo a partir de la guerra con Irak de 1980 al ‘88, empieza a tener una presencia en la región, con un relacionamiento directo con las comunidades shiítas que eran minoritarios en el Mundo Árabe, principalmente los vecinos iraquíes. Por otra parte también Turquía comienza a jugar su propia agenda regional, muy presente a la fecha.

Señala el Lic Taiana que lo decisivo en todo el proceso histórico es el fin de la guerra fría:  “la desaparición de la URSS rompe el equilibrio mundial y deja a la causa árabe en general y la causa palestina en particular, en una situación de debilidad estratégica frente al mundo unipolar que conduce EE.UU., el aliado fundamental de Israel.” A partir de ese punto las posibilidades de una salida de negociación al conflicto, se alejan y comienza a gestarse una serie de conflictos que parecieran disconexos con el núcleo central del conflicto con Israel, ya que pareciera que tienen más que ver con el fracaso o estancamiento en varios de los países árabes.

Señala un hecho decisivo que marca desde su óptica la aparición de este mundo pos guerra fría, una vez rotos los equilibrios, que es la primera guerra de Irak en 1991 con la ocupación de Kuwait, la aventura de Saddam Hussein bajo reclamos históricos de pertenencia, además de ser un error estratégico de envergadura, es una muestra más de la ausencia de estos equilibrios previos internacionales que había ayudado a construir la guerra fría, los cuales si bien no solucionaban los conflictos, al menos los mantenían dentro de cierto cauce manejable.

Caída la URSS, en los años 90, la primer respuesta de EE.UU. es buscar un nuevo esquema de gestión internacional a través de recurrir a los organismos multilaterales para reordenar ese mundo pos guerra fría, una época de cierto optimismo, una serie de conferencias internacionales sobre distintos temas que tratan de superar el bloqueo que había producido la guerra fría y avanzar hacia una nueva organización mundial.

El próximo paso serio siguiente en el intento de buscar una nueva solución al conflicto principal de la región, son las reuniones para los acuerdos de Oslo, los últimos acuerdos que se intentan (1993), pero ese ya es el mundo de la nueva unipolaridad, aunque en una primera etapa de principios de los 90s de optimismo ya mencionada, en la cual pareciera que EE.UU. todavía permitía una posibilidad de propuestas multilaterales de resolución de conflictos. Finalmente, a medida que se avance en esa década se va a ir viendo que EE.UU. ha abandonado paulatinamente este camino y va cada vez más introduciéndose en un mundo de unilateralidad basada en su condición de gran potencia hegemónica.

La década del optimismo tuvo las conferencias de Río en el ‘92 (medio ambiente), después la del ‘93 en Viena (derechos humanos), en el ‘94 en El Cairo (población), en el '95 en Copenhague (desarrollo social) junto con la de Beijing (mujer), en el 2000 una conferencia sobre desarrollo y en el 2001 la conferencia contra la discriminación, el racismo y la xenofobia en Durban, Sudáfrica.

“Esta conferencia fue la primera que en alguna medida fracasa a diferencia de las anteriores que habían resultado exitosas en el terreno del discurso y los planes de acción en el marco de un optimismo que ya estaba acabado para cuando se produce Durban." Aqui señala el orador uno de los dos principales motivos del fracaso: la falta de solución y respuesta a la cuestión de Palestina.

Entonces señala esa conferencia, claramente el fin de esa década de optimismo, el fin de la esperanza de desarrollo global, cooperación y paz con la llegada del escepticismo y el fracaso. Marca el fin de la voluntad de construir un mundo multipolar, buscando consensos a través de los organismos multilaterales. Allí también es cuando se empieza a hablar de modificar y actualizar el viejo esquema de las Naciones Unidas para adaptarlas a este nuevo mundo unipolar post guerra fría, algo que a la fecha no se terminó de concretar.

Dice el Lic. Taiana: “Durban terminó el 7 de septiembre de 2001, cuatro días antes del ataque a las torres. El quiebre que se expresa con una manera violenta y tremenda en el ataque a las torres, ya estaba presente en la política a través de la división entre los países centrales y los países en desarrollo. La ilusión, expectativa, esperanza de la construcción de un mundo común ya era una expectativa en baja, lesionada y cuestionada”.

Luego viene el 2003, el gran acto de fuerza unilateral, que es la segunda guerra en Irak, con invasión y ocupación incluidas, la cual ha traído consecuencias devastadoras para el orden internacional no solo para Irak y Medio Oriente, sino para toda la comunidad internacional. Para agravar la situación EE.UU. llevo adelante la destrucción del ejército iraquí que era la única fuerza cohesionadora que mantenía unificado ese país en sus tres grandes bloques de poder constitutivos.   

Llegando cronologicamente a la actualidad, el orador ingresa en el proceso que se ha dado en llamar “primavera árabe” con toda su serie de movimientos masivos que han modificado la gran mayoría de los gobiernos en los países árabes. Dice: “El orígen del fenómeno algunos lo ven como un reflejo de la crisis mundial de 2008-2009, claro que algo tiene que ver pero quiero señalar dos cuestiones: primeramente que me parece la más importante es que la vida política interna de muchos de los países árabes se ha visto con mucha tendencia a la esclerosis de los regímenes y esto es una consecuencia directa de la persistencia del conflicto alrededor de la cuestión palestina y la falta de solución del mismo y de esto son responsables principalmente la gran potencia, es decir EE.UU. y su apoyo, Israel. En segundo lugar entonces, ha sido del interés de EE.UU. mantener un inmovilismo en ciertos países árabes, notablemente en Egipto, por ejemplo... , y esto trajo una serie de consecuencias que llevaron a esclerosar más los regímenes”.

"La situación de Medio Oriente sigue sin resolverse y eso es una de las situaciones más graves de las relaciones internacionales y tiene una potencialidad explosiva enorme a nivel regional y global, entre otras cosas porque todos sabemos que Israel es una potencia nuclear". "...pretender que haya paz en el conjunto de países de la región mientras no se solucione este conflicto de forma digna para el pueblo palestino, es irreal". “No son dos cosas separadas, no podemos pensar que Palestina es una cosa y la situación de Irak no tiene nada que ver con eso, o que la aparición del integrismo islámico no tiene que ver con eso. 

Señala el Lic. Taiana que por otra parte el cuadro actual se da en un momento en que los EE.UU. están paulatinamente dejando de ser la potencia unipolar hegemónica y donde se vislumbra un mundo que lentamente ve la emergencia de fuerzas que van a llevar a la multipolaridad. Claro que esto no se construye de un día para otro, pero se esta dando primeramente en lo económico y después lentamente en lo político como consecuencia de ello. "Parte de eso lo hemos visto el año pasado con el intento de EE.UU. de bombardear Siria y con el freno de Rusia y China no lo pudo hacer”.

"Desde lo militar no es posible pensar en la multipolaridad a menos que pensemos en conflictos asimétricos y esto es lo que plantean agrupaciones como los talibán o E.I. que utilizan estas estrategias de enfrentamientos asimétricos donde no son tan fáciles de combatir de forma convencional”.

Para concluir señaló: “estamos viendo un escenario de una alta complejización constante, de una conflictividad que surgida del conflicto árabe-israelí en relación a la tierra palestina van consolidándose y extendiendo en diferentes conflictos que se retroalimentan y potencian mutuamente y no parecen tener fin, sobre todo a partir de la potenciación de los integrismos, pero hablamos mucho hoy en día del integrismo islámico y no hablamos de los integrismos que se dan en el seno de otros credos, el ascenso de los sectores integristas en Israel es claramente un enemigo de la posibilidad de solución justa ya que el desarrollo de los asentamientos, los cuales es difícil a esta altura no creer que tienen el objetivo concreto de evitar la posibilidad fáctica de la instauración del estado palestino. Esto ha llegado al punto en que los palestinos hoy están poniendo en duda la solución de los dos estados…”.

La perspectiva a futuro, claramente es la necesidad de una mayor participación de la comunidad internacional, no hay solución a los distintos conflictos de Medio Oriente sin solución al núcleo que es el tema palestino y no hay solución del tema palestino sin participación activa de la comunidad internacional.

La jornada académica concluyó con la entrega de una placa recordatoria por parte de la Lic. Daher de la Fundación Nínawa Daher. La próxima cita contará con la presencia del periodista Jorge Castro.

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