Cuando el baile reduce distancias y une
La gastronomía no es la única forma de unir culturas. Ahora a través del baile los latinos se hacen cada vez más presentes en Medio Oriente.
La danza del vientre tiene sus orígenes en Medio Oriente, mientras que la salsa surge de las tradiciones de América Latina. Combinándolas se obtiene una forma de baile enérgica que con tal sólo un movimiento de caderas, une dos regiones del mundo separadas por miles de kilómetros de tierra y mar.
La mezcla del baile del vientre con la salsa latina es cada vez más común. Muchas bailarinas profesionales apuestan a esta fusión que no sólo da buenos resultados, sino que también permite acortar brechas culturales.
Pero, esta colaboración cultural no se limita al baile sino que va más allá, a la música en sí. Por ejemplo, el egipcio, Hossam Ramzy, y el chileno, Pablo Carcamo, publicaron un álbum en 1994 concebido especialmente para la danza del vientre.
Por otra parte, “Hanine y Son Cubano” es un grupo en el que la cantante libanesa y los músicos combinan el canto tradicional árabe con la música cubana.
La mezcla de sabores de Medio oriente y América Latina no es lo único que atrae a los oyentes. Es también la posibilidad de una mejor comprensión mutua, como explica un comentarista de YouTube:
“El maravilloso canto árabe tradicional se entreteje con el mítico jazz cubano. Como siempre soñamos, la música acabará uniendo a las personas, ofreciéndonos un mundo mejor.”
Egipto, principalmente, con una tradición de la danza del vientre muy arraigada, acoge ahora a una salsa que derriba fronteras y promueve la diversidad.
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